Las enfermedades cardiovasculares, son el principal componente de las Enfermedades No Transmisibles (ENT). La mayoría de las muertes prematuras por estas enfermedades pueden prevenirse o retrasarse mediante políticas públicas activas, responsables y socialmente comprometidas con la salud. La prevención, en particular a través de la educación formal e informal, así como mediante la información y comunicación a la sociedad en su conjunto, es un elemento clave.
Se estima que las acciones enfocadas a promover estilos de vida saludables harían posible evitar al menos un 80% de las enfermedades cardiovasculares a nivel mundial. Gran parte de las actividades en torno a la Semana del Corazón se enfocan en dichas acciones. Para prevenir y controlar estas enfermedades, se vuelve necesario atacar con mayor determinación los factores de riesgo, entre ellos el tabaquismo, el uso abusivo del alcohol y el azúcar. La buena noticia es que las ENT no son un reto científico tan complejo. Las respuestas muchas veces son sencillas, y en muchos casos, incluso, baratas: dejar de fumar, reducir la ingesta de sal, consumir menos azúcar, etc.