Buenos Aires, noviembre de 2008 (OPS).- Melitona Enrique, la última sobreviviente de la Masacre de Napalpí, murió a los 107 años en la provincia argentina de Chaco a raíz de un paro cardiorrespiratorio. Sus hijos decidieron trasladar el cuerpo al paraje Aguará, donde también descansan otros familiares de esta toba, que en1924 logró sobrevivir a la matanza de más de 400 aborígenes.
El fallecimiento se produjo en la ciudad de Machagai, su lugar de residencia, luego del debilitamiento de la salud de Melitona, quien se encontraba afectada por problemas respiratorios, lo que la había obligada a estar varias veces internada este año.
Melitona, ejemplo de fuerza y resistencia en las comunidades indígenas, falleció luego de que enero pasado fuera homenajeada durante un acto en el que el Estado reconoció por primera vez su responsabilidad en la matanza. Fue un gesto que buscó ratificar el nuevo vínculo que comenzó a entablar el Gobierno con las comunidades.
Durante el evento, el gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, también le obsequió una casa en Machagai para que pudiera llevar adelante una vida en mejores condiciones. Así fue como ella y su hijo Sabino dejaron el paraje en el que vivían en situación de cruda pobreza para adaptarse a la nueva vivienda, aunque sin abandonar las dificultades económicas que afectaban a ella y su familia.
El deceso de Melitona, quien tuvo 12 hijos, "enlutó a comunidades originarias y a todo el Chaco, calando hondo en los funcionarios del gabinete provincial, quienes habían visitado y reconocido en vida la trayectoria de esta toba que hasta último momento mantuvo intactas sus ganas de vivir", manifestó Rodolfo Sobko, director de Salud Indígena de Chaco.
El Ministerio de Salud provincial había enviado un equipo especial para atender a Melitona, quien la semana pasada había sido internada en el hospital 4 de Junio de Sáenz Peña, aunque los médicos y sus allegados evaluaban días atrás la posibilidad de trasladarla al hospital Perrando de Chaco para una mejor atención.
"Tuvo un vida llena de golpes y soportó estoicamente todo el dolor que significó perder a sus hermanos en Napalpí", lamentó el periodista Vidal Mario, autor de un libro que refleja la historia de Melitona, a quien la lucidez la acompañó hasta último momento.