Introducción
La salud y los Objetivos de Desarrollo del Milenio: del compromiso a la acción
Los Objetivos de Desarrollo del Milenio son el cometido de mayor alcance que se haya emprendido jamás para combatir las privaciones humanas y el primero en poner la salud en el centro del desarrollo. Nos dan una oportunidad inigualable para mejorar la salud y la equidad al movilizar la acción multisectorial coordinada para combatir las enfermedades y mejorar los determinantes sociales de la salud.
Dra. Mirta Roses Periago
Directora
Organización Panamericana de la Salud
Introducción
Para los países de la Región de las Américas y de todo el mundo, los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) de las Naciones Unidas han sido a la vez un reto y un catalizador. Esa era la intención de los 189 jefes de gobierno que respaldaron la Declaración del Milenio en los albores del siglo XXI. Al refrendar los ODM, los líderes de los países de ingresos bajos y medianos se comprometieron a intensificar considerablemente la acción para reducir la pobreza y mejorar la calidad de vida de las personas más vulnerables, mientras que los representantes de los países de ingresos altos prometieron aumentar el apoyo a estos esfuerzos. Juntos, estos líderes expresaron el compromiso mundial nuevo y sin precedentes de “hacer realidad para todos el derecho al desarrollo y a liberar de necesidades a toda la especie humana”.
En América Latina y el Caribe, el llamado de los ODM a la acción ha sido plasmado en una agenda regional de desarrollo centrada en la reducción de la pobreza y las disparidades entre ricos y pobres teniendo en cuenta que el continente americano es la región más desigual del mundo. En los mandatos emanados de las Cumbres de las Américas, las asambleas generales de la Organización de los Estados Americanos (OEA), las reuniones del Consejo Directivo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y otros foros regionales se han preconizado reiteradamente políticas y programas orientados a la reducción de la inequidad y la mejora de las condiciones de vida para los pobres.
Los líderes políticos de la Región reiteraron su compromiso en la Conferencia Internacional del 2003 sobre los ODM en América Latina y el Caribe, celebrada en Brasilia, y en las Cumbres de las Américas celebradas en Monterrey en el 2004, en Mar del Plata en el 2005 y en Puerto España en el 2009. La Declaración de Brasilia del 2003, en particular, fue un llamamiento firme a la acción, en la cual se indicaron con un grado considerable de detalle las responsabilidades de los Estados, los legisladores, la sociedad civil y la comunidad internacional para impulsar los ODM. La Región estuvo bien representada en las cumbres de revisión de los ODM del 2005 y el 2010, y todos los organismos de las Naciones Unidas que trabajan en las Américas contribuyeron a los informes de progreso del 2005 y el 2010, coordinados por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas.
Mandatos de la OPS que apoyan los ODM, 2000-2010
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Los ODM asignan una función central a la salud. Tres de los ocho objetivos (4, 5 y 6) abordan desafíos específicos de la salud, en tanto que otros dos objetivos (1 y 8) y al menos tres metas están relacionados de manera inseparable con la salud (véase el recuadro 2). Eso refleja el amplio consenso del siglo XXI de que la salud es tanto un resultado como un insumo esencial del desarrollo social y económico. En efecto, el marco de los ODM muestra que el estado de salud y la esperanza de vida se han convertido en indicadores representativos del funcionamiento de una sociedad.
Aunque el marco de los ODM no incluye cada prioridad actual de la salud mundial (las enfermedades crónicas son una omisión llamativa), los objetivos relacionados con la salud abordan los principales factores que contribuyen a aumentar la carga de morbilidad de las poblaciones más vulnerables del mundo. Igualmente importante es que varias metas abordan los principales determinantes sociales de la salud y las desigualdades en este ámbito, reforzando un enfoque promovido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la OPS. Con este enfoque, los ODM han creado oportunidades sin precedentes para promover la acción y las inversiones en la salud y en los factores sociales que influyen en ella a nivel local, nacional, regional y mundial.
Los Objetivos de Desarrollo del Milenio
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Aunque la acción de la OPS/OMS para impulsar los ODM comenzó poco después de la Declaración del Milenio, el marco fundamental para este trabajo se estableció en el 2004 en el 45.o Consejo Directivo de la OPS, cuando los líderes de salud de la Región dieron máxima prioridad a los ODM y se comprometieron a fortalecer el compromiso político en todos los niveles del gobierno (resolución CD45.R3).
En esa época, no parecía probable que ningún país de la Región de las Américas pudiera alcanzar todas las metas de los ODM, según el informe Los Objetivos de Desarrollo del Milenio y las metas de salud, elaborado por la Oficina Sanitaria Panamericana en preparación para la Asamblea General de las Naciones Unidas del 2005, en el cual se basó la resolución del Consejo Directivo del 2004. La Región en conjunto no estaba progresando lo suficiente para alcanzar las metas relativas a la mortalidad materna e infantil ni estaba encarrilada para detener y controlar la propagación de la infección por el VIH para el 2015. Las posibilidades de controlar y detener la malaria y tuberculosis, y de alcanzar las metas relativas al acceso al agua, el saneamiento y los medicamentos esenciales eran poco claras. A fin de acelerar el progreso, en el estudio se preconizaba un “enfoque panamericano”, según el cual los gobiernos, la sociedad civil, el sector privado y las organizaciones internacionales debían colaborar por medio de alianzas nuevas y con una mayor asistencia para el desarrollo a fin de avanzar en la consecución de los ODM.
En respuesta al informe, los ministros se comprometieron a tomar una serie de medidas en sus países y en el plano internacional con la finalidad de acelerar el progreso en la consecución de los ODM, entre ellas promover las alianzas intersectoriales, intensificar la acción en el campo del desarrollo sanitario nacional y la protección social, mejorar la medición y el seguimiento del progreso realizado en la consecución de los ODM y fomentar una mayor participación de la sociedad civil en la acción para impulsar los ODM. Los ministros exhortaron a la Oficina Sanitaria Panamericana a que apoyara sus esfuerzos y a que incorporara las prioridades de los ODM relacionadas con la salud en todos sus programas de cooperación técnica, prestando especial atención a los países y grupos de la población más necesitados.
Estos compromisos con la aceleración del progreso en la consecución de los ODM relacionados con la salud se reforzaron con la Agenda de Salud para las Américas 2008-2017, dada a conocer por los ministros de salud de la Región previamente a la sesión de apertura de la Asamblea General de la OEA en Panamá en el 2007. La nueva agenda regional concordaba con los ODM tanto explícitamente como en su énfasis en los determinantes sociales de la salud y la ampliación de la protección social con la finalidad de reducir las inequidades entre los países y dentro de ellos.
Los Estados Miembros de la OPS/OMS dieron seguimiento a estos compromisos incorporando los ODM en sus procesos de planificación de la salud y del desarrollo a nivel nacional, formulando iniciativas nuevas y redoblando los esfuerzos que ya estaban orientados hacia los ODM en áreas como la mortalidad materna e infantil. Esta acción recibió el apoyo decidido de los donantes internacionales, en particular del Fondo para el Logro de los ODM, de España, de la Oficina Sanitaria Panamericana y de otros colaboradores de las Naciones Unidas.
La cooperación técnica de la OPS/OMS para apoyar la labor de los Estados Miembros en esta área ha incluido tanto programas en curso como iniciativas especiales centradas explícitamente en los ODM. Entre los primeros cabe señalar la acción para mejorar la nutrición del lactante y del niño pequeño, reducir la mortalidad materna e infantil, controlar la infección por el VIH y otras infecciones, promover el acceso al agua potable y el saneamiento, fortalecer y reorganizar los sistemas de salud y ampliar la protección social en el ámbito de la salud. Las iniciativas especiales incluyen la cooperación técnica en cuatro áreas principales: a) fortalecimiento de la base de datos probatorios y seguimiento del progreso hacia la consecución de los ODM, b) abogacía y construcción de consensos, c) elaboración y ejecución de planes y estrategias regionales para alcanzar los ODM, y d) movilización de recursos y alianzas. A fin de impulsar los ODM a nivel local, la OPS/OMS también puso en marcha la iniciativa “Rostros, voces y lugares de los ODM”, que constituye una acción intersectorial integrada, con varios asociados, a fin de fomentar la participación de las comunidades más vulnerables de la Región para abordar las brechas en el progreso en la consecución de los ODM que se ocultan detrás de los promedios nacionales.
Todos estos esfuerzos han contribuido al gran progreso realizado en relación con los ODM en la Región durante los últimos años. En contraposición al 2004, ahora la Región en su totalidad está al día para alcanzar la mayoría de las metas relacionadas con la salud de los ODM, en particular las relativas al hambre, la mortalidad en la niñez, el agua y el saneamiento. Entre los principales avances se encuentran la disminución de la desnutrición infantil, la ampliación del acceso al agua y el saneamiento, y la disminución de la incidencia de la malaria y la tuberculosis y de la mortalidad por estas enfermedades. Es difícil evaluar el progreso en algunas áreas, especialmente la mortalidad materna, debido a problemas con los datos. Sin embargo, solo la meta de haber detenido y comenzado a reducir la propagación de la infección por el VIH/sida en el 2015 parece seguir estando fuera del alcance de la Región, a pesar de los grandes adelantos en la ampliación del tratamiento y la prevención de la infección por el VIH.
Al mismo tiempo, este progreso ha sido muy desigual entre los países y especialmente dentro de ellos. Algunos siguen rezagados y es poco probable que alcancen las metas que la Región en su totalidad está en camino de cumplir. Sin embargo, prácticamente en todos los países de la Región hay grupos y comunidades vulnerables que se han beneficiado poco o no se han beneficiado en absoluto del progreso en relación con los ODM a nivel nacional. La necesidad de centrarse especialmente en estos grupos ha sido un principio fundamental de la labor de la OPS/OMS para impulsar los ODM y es una de las enseñanzas principales extraídas de las experiencias de la Región en esta área.
Otras enseñanzas, que se describen detalladamente en el capítulo 3 de este informe, son la necesidad de adaptar las metas y los indicadores para que sean válidos en el contexto regional, la urgencia de formar capital humano a nivel local y la importancia de incorporar el cambio climático y la sostenibilidad en el programa de desarrollo regional. Será importante aprovechar todas estas enseñanzas para afianzar los avances y acelerar el progreso en la consecución de los ODM en los años que quedan antes del 2015, así como procurar un progreso sostenible en los años subsiguientes.
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