El cáncer cervicouterino es una enfermedad prevenible mediante la vacunación contra su agente causal, y también mediante la detección y el tratamiento de lesiones precancerosas, para los cuales hoy en día se cuenta con múltiples alternativas tecnológicas y programáticas. Asimismo, gracias a la detección temprana, es posible evitar la morbilidad y la muerte, ya que el tratamiento adecuado permite obtener tasas elevadas de curación. Pese a lo enunciado, el cáncer cervicouterino es, todavía, una causa importante de muerte por cáncer en las mujeres a nivel mundial y particularmente en la Región de las Américas, sobre todo en los países de ingresos bajos, los cuales tienen más del doble de incidencia que los de ingresos altos y una mortalidad siete veces más elevada, lo que refleja la inmensa inequidad en el control de la enfermedad. En respuesta a esta realidad, en el 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó la estrategia para la eliminación del cáncer cervicouterino como problema de salud pública a nivel mundial, la cual establece como meta reducir la incidencia de la enfermedad a menos de 4 casos por 100 000 hacia el 2060. Para cumplir esta meta, se plantea lograr coberturas de vacunación del 90% en las niñas al llegar a los 15 años, coberturas de tamizaje del 70% con una prueba de alto desempeño en mujeres a los 35 años y a los 45 años, y lograr el tratamiento de al menos un 90% de las lesiones precancerosas y de cáncer invasor identificadas en el tamizaje. Esta publicación contiene los datos de cobertura de vacunación, tamizaje, incidencia y evolución de la enfermedad desde el 2001 en las Américas, por edades y grupos poblacionales, así como conclusiones relevantes para tomar en cuenta a fin de disminuir los casos y continuar la lucha contra esta enfermedad. Enlaces relacionados: |