La cultura de la desigualdad ampara a la subcultura y lacra de la violencia contra la mujer en las Américas y el mundo
Washington, D.C., 14 de marzo de 2008 (OPS)—La alta prevalencia de violencia intrafamiliar en los países de la Región de las Américas se mantiene; la gran mayoría de los Estados Miembros de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) tienen instauradas legislaciones en respuesta a este fenómeno epidémico centrado especialmente contra las mujeres. Sin embargo, expertos de la OPS han subrayado que, al día de hoy, la implementación de estas leyes "aún sigue siendo parcial".
Estos serán algunos de los mensajes fundamentales que destacarán miembros de la delegación de la OPS que, encabezada por su Directora, Dra. Mirta Roses Periago, asiste en Mérida, México, a la 9 Conferencia Mundial sobre Prevención de Lesiones y Promoción de la Seguridad. Se trata de la primera vez en su historia que esta conferencia mundial auspiciada por la Organización Mundial de la Salud se hará sede en un país de las Américas.
Para el Asesor Regional de la OPS en Prevención de la Violencia, Dr. Alberto Concha-Eastman, el que esta conferencia mundial se celebre este año en un país de América Latina representa la apertura de una extraordinaria y singular oportunidad para subrayar como nunca antes la preocupante dimensión regional de la violencia intrafamiliar en los países de América Latina y del Caribe.
"La violencia contra las mujeres es reconocida como una violación a los derechos humanos y es un importante problema de salud pública", afirmó el Dr. Concha-Eastman. "Las cifras indicadoras de la violencia contra la mujer en América Latina y el Caribe no solo se han mantenido; en algunos países están incluso creciendo -dijo el Asesor- tal y como reveló el último informe "Ni una más. El derecho a vivir una vida libre de violencia en América Latina y el Caribe" liderado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y en el que también participaron la OPS y el conjunto de agencias y organizaciones de Naciones Unidas en la Región.
En las Américas y en todas partes, las mujeres -todas las mujeres- tienen el derecho a vivir una vida exenta de violencia, señaló el Asesor Regional de la OPS. "Las instituciones de gobierno de todos nuestros países tienen no solo la potestad sino el deber constitucional de garantizar que este derecho humano llegue a todos por igual".
Durante la Conferencia Mundial de México, el Asesor Regional de la OPS destacará que, más allá de las cifras de una situación que caracterizó como de sistémica y sistemática, la respuesta del sector de la salud pública se debe reforzar y acompañar de un acción inter-institucional e intersectorial, con la definición de claras políticas y con marcos legislativos aplicables y aplicados.
"Respecto a la violencia intrafamiliar y contra la mujer intervienen también aspectos de fondo cuyo abordaje es impostergable", afirmó el experto de la OPS. "A pesar de los puntuales avances que representa el que la mayoría de los países tengan ya legislaciones sobre violencia intrafamiliar y específicamente contra la mujer, lo cierto es la implementación de estas leyes sigue siendo aún parcial. Esto impide que se le den validez a los sobradamente justificados argumentos que en su día motivaron su introducción".
La violencia contra la mujer tiene un fuerte impacto en el hogar, particularmente sobre los hijos e hijas que también la sufren y atestiguan. En este sentido, el Dr. Concha-Eastman informó de al menos siete sintomatologías o desarrollos que la violencia doméstica produce sobre las hijas y los hijos:
- Son receptores del abuso, rabia o enojo de los padres o madres
- Produce sicopatologías sobre los menores
- Produce lesiones, enfermedades y muertes
- Fomentan el riesgo a que se perpetúe en ciclo de violencia
- Aumenta el riesgo de abuso sexual
- Aumenta el riesgo de conductas sexuales de riesgo y de uso de drogas y otras substancias
- Promueve una mayor exposición a violencia por parte de novios o "amigos".
"Las intervenciones básicas en el sector salud se centran en medidas de prevención así como en la detección de estas situaciones y en la atención integral a las mujeres afectadas", dijo el Dr. Concha-Eastman. "El sector salud y la salud pública en particular debe contribuir y fomentar el empoderamiento de las mujeres a la hora de tomar decisiones. También se trata de fomentar la incorporación de los hombres en actividades orientadas a romper los ciclos de violencia y la cultura de la violencia".
En el informe "Ni una más. El derecho a vivir una vida libre de violencia en América Latina y el Caribe" se afirma que la cultura de la desigualdad que ampara la violencia se inscribe en la de por sí violenta desigualdad de oportunidades, el desigual acceso a recursos y servicios de la justicia, la discriminación laboral y salarial, así como la desigual distribución del poder y del tiempo entre hombres y mujeres.
"Necesitamos poner fin a este prevalente abuso de derechos humanos en las Américas y, por extensión, en todo el mundo", señaló finalmente el Dr. Concha-Eastman.
Enlaces de interés:
- Informe: ¡Ni una más! El derecho a vivir una vida libre de violencia en América Latina y el Caribe
Otros comunicados de prensa:
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Para mayor información sobre la 9 Conferencia Mundial sobre Prevención de Lesiones y Promoción de la Seguridad, visitar Seguridad2008.
La OPS fue establecida en 1902 y es la organización de salud pública más antigua del mundo. Es la Oficina Regional para las Américas de la Organización Mundial de la Salud y trabaja con los países para mejorar la salud y elevar la calidad de vida de sus habitantes.