La demencia afecta a cada persona de manera diferente, pero hay algunas señales de advertencia comunes. Intente este interactivo respondiendo las preguntas con un 'Sí' y 'No'. No es un test para la demencia, pero si le preocupa, debe hablar con su médico y buscar más información.
A las personas con demencia a menudo les resulta difícil realizar tareas de la vida cotidiana que son tan familiares que generalmente las hacemos sin pensar. Una persona con demencia posiblemente no sepa en qué orden ponerse la ropa o los pasos para preparar una comida.
De vez en cuando, todos tenemos dificultades para encontrar la palabra correcta, pero una persona con demencia a menudo olvida palabras sencillas o usa palabras inusuales, de modo que su habla o su escritura resultan difíciles de comprender.
A veces nos olvidamos del día de la semana o adónde estamos yendo, pero las personas con demencia pueden perderse en lugares conocidos, como la calle donde viven, se olvidan de dónde están o cómo llegaron allí, y no saben cómo regresar a casa. Una persona con demencia también podría confundir el día y la noche.
Las personas con demencia podrían vestirse de forma inadecuada; por ejemplo, con varias capas de ropa un día caluroso o muy pocas un día frío.
Una persona con demencia podría tener dificultades para seguir el hilo de una conversación o pagar las cuentas.
Cualquiera puede extraviar temporalmente la billetera o las llaves. Una persona con demencia podría poner cosas en lugares insólitos, como la plancha en el refrigerador o un reloj pulsera en la azucarera.
Cualquiera puede sentirse triste o malhumorado de vez en cuando. Una persona con demencia podría volverse excepcionalmente emocional y experimentar cambios rápidos en el estado de ánimo sin ningún motivo evidente o mostrar menos emoción que lo habitual.
Los problemas de imagen son diferentes de los problemas típicos relacionados con la edad, como las cataratas. Las personas con demencia pueden tener dificultades para leer, juzgar la distancia espacial y determinar el color o contraste.
A veces, cualquiera puede cansarse de las tareas domésticas, las actividades laborales o las obligaciones sociales. Una persona con demencia, en cambio, podría volverse muy pasiva y pasar horas frente al televisor, dormir más de lo habitual o perder el interés en sus pasatiempos habituales.