El liderazgo eficaz es crucial para la reforma de los sistemas de salud de acuerdo con la nueva visión de la atención primaria de salud. Los ministerios de salud deben desempeñar una rectoría firme con respecto a sus sistemas de salud y movilizar a otras partes interesadas para presentar una justificación sólida y basada en datos probatorios para las reformas necesarias en el diálogo con todos los sectores del gobierno y la sociedad.
En el período 2008-2009, la OPS y sus Estados Miembros llevaron a cabo varias iniciativas encaminadas a promover una orientación de atención primaria de salud mediante la promoción de la causa y el diálogo entre diferentes sectores, la creación de capacidad de liderazgo y mejoras en la recopilación de información sanitaria.
En la Argentina, la OPS ha ayudado a aumentar el apoyo a la promoción de la salud y a las iniciativas que abordan los determinantes sociales de la salud mediante el Programa Nacional de Municipios y Comunidades Saludables. El programa moviliza a los actores locales para apoyar y llevar a cabo las actividades que aumentan el acceso a los servicios de salud esenciales, promueven la salud ambiental, amplían las oportunidades para la educación y el empleo y fomentan los modos de vida sanos. La OPS ha trabajado para fortalecer la capacidad técnica e institucional del programa a fin de forjar alianzas intergubernamentales e intersectoriales que abogan por políticas públicas favorables a la salud y las medidas a los niveles nacional y local.
En las Bahamas, la OPS siguió dando su apoyo en el 2008-2009 para el establecimiento de un Sistema de Información de Salud Pública que ayudará a estandarizar y a convertir todos los expedientes médicos en archivos electrónicos a nivel de la atención primaria. El sistema aportará una base de datos consolidada de los pacientes a fin de facilitar el análisis de la morbilidad, la mortalidad y otros indicadores para suministrar datos probatorios que mejoren la toma de decisiones a nivel de país, de la comunidad y de los establecimientos de salud. La OPS también ha colaborado activamente con el Ministerio de Salud para fortalecer la administración del sistema farmacéutico nacional, ayudando a elaborar un nuevo marco normativo para los suministros farmacéuticos y analizando una ley sobre farmacia, elaborada recientemente.
En Belice, el Ministerio de Salud ha mejorado sus actividades para recabar información sanitaria, mediante la recopilación y el desglose de los datos por edad, sexo y ubicación geográfica. El Sistema de Información Sanitaria de Belice fue desplegado en todo el país en el 2008, con la cooperación técnica de la OPS, la Red de Sanimetría y otros asociados, y es un modelo de un sistema electrónico asequible, eficiente, eficaz y confidencial que aportará datos probatorios para la toma de decisiones relativas a la salud. El sistema crea un registro de salud electrónico para cada paciente que utilice los servicios de atención primaria del país y facilita la detección y la reducción de las inequidades. En el 2008, la OPS prestó apoyo especial a la aplicación del análisis de género a los datos de salud, utilizando como ejemplos la infección por el VIH y los traumatismos por accidentes de tránsito.
Como parte de un esfuerzo quinquenal para ayudar a los Estados Miembros a reducir las desigualdades por razones de género en el ámbito de la salud, la OPS organizó una serie de talleres en el 2008–2009 destinados al personal del ministerio de salud y a miembros de la sociedad civil del Caribe, Centroamérica y la región andina sobre cómo incorporar un enfoque de género en el análisis de salud y la planificación de los sistemas de salud de los países. La OPS también elaboró una serie de productos de información y guías sobre el desglose de los datos y otros aspectos del análisis étnico y de género. Un taller conexo realizado en Colombia se centró en las poblaciones indígenas y las personas de ascendencia africana. Algunos ejemplos dignos de mención acerca del progreso alcanzado en el 2008–2009 en cuanto a la incorporación de las perspectivas étnica y de género se encuentran las iniciativas que incluían la estrategia de atención integrada a las enfermedades prevalentes de la infancia (AIEPI) en el Ecuador y en el sistema nacional de salud del Paraguay. También en el 2008, la OPS organizó un concurso sobre las mejores prácticas para destacar y difundir las actividades de integración de las cuestiones étnicas y de género en los sistemas de salud.
En la República Dominicana, la OPS ayudó al Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social a organizar el Foro Dominicano 2008 sobre Atención Primaria de Salud, que reunió a representantes del sector de la salud y a líderes políticos y comunitarios para llegar a un acuerdo sobre cómo fortalecer la atención primaria de salud. La OPS también apoyó el lanzamiento por parte del ministerio de una nueva Estrategia regional sobre salud neonatal, en la cual 17 organizaciones se comprometieron a adoptar la estrategia como una manera de impulsar los Objetivos de Desarrollo del Milenio. La estrategia incluye un plan de acción y un Perfil Nacional de Salud del Niño que utiliza datos desglosados a nivel provincial para identificar las brechas y las inequidades en la salud del recién nacido a nivel local. La OPS también ayudó al ministerio a que fortaleciera su unidad de cuentas de salud, mediante la elaboración de indicadores para el gasto total de salud en el 2008 y métodos de contabilidad para hacer el seguimiento del gasto relacionado con la infección por el VIH/sida, los medicamentos y el programa gratuito de seguro contra riesgos de salud.
En Barbados y el Caribe Oriental, la OPS está apoyando la ejecución de la Encuesta Gradual Panamericana para las Enfermedades Crónicas no Transmisibles y sus Factores de Riesgo a fin de recabar pruebas para fundamentar la formulación de políticas y el perfeccionamiento de los servicios de salud. Dominica, Saint Kitts y Nevis y Barbados ya hicieron la encuesta, mientras que las Islas Vírgenes Británicas y Granada ya iniciaron el proceso.
A fin de mejorar la base de datos probatorios para elaborar programas de prevención de la violencia, en el 2008-2009, la OPS trabajó con el centro colaborador de la OPS/OMS sobre Salud y Violencia y Salud (CISALVA) de la Universidad del Valle en Cali (Colombia) para ayudar a establecer “observatorios” sobre la violencia y los delitos en Colombia, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Panamá. La OPS ayudó a establecer observatorios similares para la violencia de género en Barbados, Bolivia, Chile, El Salvador, Granada, Honduras, Nicaragua, San Vicente y Uruguay destinados a brindar apoyo al análisis y la concientización en materia de violencia contra la mujer, así como a elaborar modelos de atención para las mujeres maltratadas. En México, la OPS trabajó con el centro colaborador de la OPS/OMS de investigación sobre traumatismos y violencia, en el Instituto Nacional de Salud Pública, en la formulación de intervenciones para las mujeres maltratadas y los agresores masculinos.
Además, la OPS ayudó a redactar la Declaración del 2008 de los Ministros de Salud sobre Prevención de Violencia y Lesiones en las Américas, emitida en Mérida, México, que sirvió de base para la resolución CD48.R11 adoptada por el 48.o Consejo Directivo de la OPS. En la declaración se insta a los gobiernos a que adopten medidas más estrictas y a la sociedad civil a que prevenga y controle la violencia y los traumatismos, en particular mediante la creación de entornos seguros, sanos y sostenibles. La declaración también requiere mejorar el tratamiento de las víctimas de la violencia y los traumatismos, así como atención integral que incluya la promoción de la salud e incorpore los derechos humanos, el género y los enfoques interculturales. También aboga por mejores servicios de urgencia, atención traumatológica, servicios de rehabilitación y por el aumento de los servicios legales y sociales para las víctimas de violencia y traumatismos. La OPS, conjuntamente con otros organismos de las Naciones Unidas, está también colaborando con los gobiernos nacionales y locales en Brasil, Colombia, El Salvador, Honduras, Guatemala y Suriname para elaborar programas destinados a mejorar la seguridad humana y prevenir la violencia.
En el Ecuador, la OPS ha ayudado al Ministerio de Salud Pública a que evalúe y fortalezca su función rectora como parte de un proceso de transformación del sector de la salud encaminado a ampliar el acceso a la atención de calidad y la reducción del gasto sanitario en efectivo. Entre las áreas que necesitan refuerzo se encontraban las capacidades de formulación de políticas de salud, manejo y reglamentación sectorial, sistemas de garantía de la calidad, vigilancia de salud pública, gestión integrada de los recursos de cooperación tanto nacionales como internacionales, promoción de la investigación y el desarrollo tecnológico en salud y puesta en práctica de un sistema de información sanitaria nacional. Los resultados se incorporaron como un componente clave de una propuesta de transformación del sector de la salud que se aprobó mediante una consulta nacional.
En El Salvador, la OPS colaboró con el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social para formular una ley nueva sobre el Sistema Nacional de Salud, que procura fortalecer la función rectora del ministerio. El nuevo Sistema Nacional de Salud asigna prioridad a la salud familiar y se basa en un modelo integral de atención primaria de salud que ya se ha aplicado en 40% de las unidades de salud del país. El entonces presidente, Antonio Saca, elogió a la OPS por su contribución a la elaboración de la nueva ley.
La OPS siguió dando su apoyo a las iniciativas emprendidas en Guatemala, Honduras y Nicaragua para mejorar la información destinada a la toma de decisiones relativas al acceso a los medicamentos. Las iniciativas empezaron en el 2007 cuando los expertos en medicamentos esenciales y sistemas de salud y protección social ayudaron a los ministerios de salud de los tres países a llevar a cabo las encuestas en hogares y en servicios farmacéuticos para evaluar el acceso a los servicios de salud y a los medicamentos esenciales, utilizando métodos elaborados por la OPS y la OMS para medir la exclusión en materia de salud. Los resultados de las encuestas, analizadas en el 2008-2009, mostraron una correlación marcada entre el acceso a los servicios y el acceso a los medicamentos, lo cual contradecía la hipótesis de que las personas pueden adquirir medicamentos a través de mercados no controlados sin tener acceso a los servicios de atención de salud. Los resultados mostraron la importancia de crear redes de atención de salud que sean accesibles para las personas como parte de su vida cotidiana, gracias a establecimientos situados cerca de sus hogares y que ofrezcan atención de salud de calidad.
En el 2008-2009, la OPS colaboró con la OMS para promover las sinergias entre las iniciativas mundiales de salud (por ejemplo, la Alianza GAVI y el Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria) y las iniciativas para fortalecer los sistemas de salud basados en la atención primaria de salud. El trabajo reconoce que la estructura de cooperación internacional de salud tiene un efecto claro en los sistemas de salud y que la corriente de inversiones y de recursos financieros y humanos de estas iniciativas no siempre contribuye a fortalecer las funciones clave de los sistemas de salud. De hecho, la cooperación internacional en el ámbito de la salud en algunos casos ha contribuido directa o indirectamente a la fragmentación y la segmentación de los sistemas de salud al centrarse en enfermedades, productos o poblaciones específicos. En algunos casos, las iniciativas mundiales en realidad han debilitado las capacidades nacionales al promover medidas que son ineficaces en el contexto de las necesidades y las prioridades de un país en particular.
En mayo del 2008, la OMS lanzó un proceso de consultas internacionales a fin de promover nuevas orientaciones para las iniciativas mundiales de salud y así desempeñar una función positiva para el fortalecimiento de los sistemas nacionales de salud y sus capacidades y para contribuir al acceso universal y equitativo a la atención de salud. La estrategia de atención primaria de salud sirve de punto de la partida para esta iniciativa y como base para las recomendaciones sobre el diseño de intervenciones que tienen en cuenta y apoyan las estrategias y los planes nacionales para el fortalecimiento de los sistemas de salud.
Como parte de estos esfuerzos, la OPS está ayudando a los países que pertenecen a la Alianza GAVI (Bolivia, Cuba, Guyana, Haití, Honduras y Nicaragua) a formular y ejecutar propuestas para fortalecer sus sistemas de salud como una manera de lograr y mantener niveles más altos de cobertura de vacunación.
En Jamaica, en el 2008, la OPS se integró a un grupo de estudio establecido por el Ministerio de Salud y Ambiente para definir estrategias y planes destinados a fortalecer la atención primaria de salud en el país. La OPS ayudó a elaborar la versión preliminar de estos planes y está colaborando en la etapa siguiente del proceso. Además, la OPS está colaborando con el Banco Interamericano de Desarrollo, el Ministerio de Salud y el Instituto de Planificación de Jamaica para analizar la repercusión de la crisis financiera mundial en el sistema de salud, en particular en la abolición reciente de las tarifas que pagan los usuarios, mayor demanda de los servicios de salud, y presión posible sobre los servicios de atención de salud.
La OPS está apoyando a México en sus iniciativas para lograr la integración de su sistema de salud sumamente segmentado, basándose en los principios de la atención primaria de salud, mediante la promoción de la causa, facilitación, mediación y participación en negociaciones y consultas en el Consejo Nacional de Salud. En el 2008, el Consejo firmó tres acuerdos relacionados con la cooperación técnica de la OPS que se centran en el desarrollo de redes integradas de servicios de salud (RISS) basadas en la atención primaria de salud. Como parte de estos acuerdos, México celebró una consulta nacional sobre las RISS, y una delegación de la Secretaría de Salud de México, del Instituto Mexicano del Seguro Social y dos ministros del gabinete participaron en una reunión regional de consulta celebrada en Belo Horizonte (Brasil). Se planificaron otros eventos que tendrán lugar este año para facilitar el debate acerca de las bases conceptuales y estratégicas de estas actividades. La OPS también ha firmado acuerdos de cooperación técnica centrados en la renovación de la atención primaria de salud con el Instituto Mexicano del Seguro Social y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado.
En el 2008-2009, la OPS subrayó el enfoque renovado de atención primaria de salud en la prestación de cooperación técnica para apoyar a los programas de acción sanitaria de la Comunidad del Caribe (CARICOM), del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), la Comunidad Andina y del Mercado Común de Cono Sur (MERCOSUR).
Para la CARICOM, la OPS apoyó la culminación de la iniciativa Cooperación para la Salud en el Caribe III, que aporta el marco principal para los esfuerzos colectivos destinados a fomentar la salud y desarrollo en la subregión. Ésta iniciativa, aprobada por los ministros de salud de la CARICOM en su 28.o Consejo para la Salud y el Desarrollo Social celebrado en junio del 2009, refleja el compromiso de la subregión con la equidad en el acceso a la prevención y el tratamiento, así como su enfoque intersectorial a la salud.
Para apoyar la integración centroamericana, la OPS ayudó a formular el Programa de Acción Sanitaria y el Plan Estratégico de Salud de Centroamérica y la República Dominicana. Tanto el programa como el plan tienen por objeto mejorar la coordinación de los organismos de cooperación y la armonización de las prioridades subregionales dentro del marco de la renovación de la atención primaria de salud.
En relación con el MERCOSUR, la OPS emprendió actividades para fortalecer la atención primaria de salud en las comunidades fronterizas, en el marco de una red integrada de atención de salud, y abordar los determinantes sociales de la salud, en particular mediante la inocuidad y la seguridad de los alimentos y la salud ambiental
Otras actividades similares estuvieron dirigidas hacia las poblaciones fronterizas de la Región Andina, mediante la colaboración de la OPS con el Organismo Andino de Salud (ORAS/CONHU). Además, la OPS apoyó al Observatorio Andino sobre Recursos Humanos para la Salud y la Red Andina de Laboratorios Nacionales de Salud Pública, así como las negociaciones para la adopción de una política andina conjunta sobre el acceso a los medicamentos esenciales.
El Ministerio de Salud del Paraguay adoptó medidas importantes en el 2008, con el apoyo y la cooperación técnica de la OPS, para fortalecer la ejecución de su estrategia de atención primaria de salud. En agosto del 2008, el ministerio lanzó una nueva política sanitaria nacional conocida por su lema, “Calidad de vida y salud con equidad en el Paraguay”. La política tiene como finalidad fortalecer el sistema de salud según los principios y elementos de la atención primaria de salud, en especial cobertura ampliada, equidad en el acceso garantizada, mejoramiento de la calidad de la atención, promoción de la participación comunitaria y mejor coordinación entre los niveles de la atención. Para dirigir este proceso, el ministerio creó una nueva Dirección General de Atención Primaria de Salud.
También con el apoyo de la OPS, el ministerio elaboró un “plan de contingencia” de seis meses encaminado a aumentar la cobertura sanitaria y a luchar contra la exclusión, reducir los gastos en efectivo, mejorar la calidad de los servicios de salud, luchar contra la corrupción y reducir la burocracia. El plan incluía la ejecución progresiva de una política de servicios de salud gratuitos, que se pondría en práctica por medio de resoluciones y decretos. También como parte de este proceso, en el 2008 Paraguay empezó a formular reformas estructurales encaminadas a establecer un sistema nacional de salud descentralizado. Entre las primeras medidas se encontraba la creación de 38 Unidades de Salud Familiar, que están prestándoles servicios de salud integrales a 133.000 personas.
La oficina de la OPS en la frontera entre México y los Estados Unidos en El Paso, Texas, encabezó la formación de un grupo consultivo técnico que elaborará políticas y líneas intersectoriales de acción para abordar los determinantes sociales de la salud a lo largo de la frontera entre México y los Estados Unidos. El nuevo Grupo Consultivo Técnico Fronterizo sobre Factores Sociales Determinantes de la Salud surgió de una reunión en agosto del 2008 que agrupó a expertos de ambos países para tratar el informe publicado recientemente por la Comisión sobre Determinantes Sociales de la Salud. El grupo elaborará un marco conceptual para afrontar los desafíos especiales de la zona fronteriza y establecerá metas y objetivos prioritarios para el trabajo en esta esfera, lo que comprende fortalecer los conocimientos y la comprensión de la dinámica de los determinantes sociales de la salud en la región fronteriza.
La OPS colaboró con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en el 2008-2009 en dos esferas para fortalecer la evidencia destinada a la formulación de políticas regionales en materia de atención primaria de salud. En la primera de ellas, “fortalecimiento de las estadísticas demográficas y sanitarias”, la labor se concentró en incorporar las cuestiones étnicas en los datos de salud y las estadísticas vitales y en aumentar la participación de los indígenas y de las personas de ascendencia africana en los próximos censos para el 2010. En la segunda, “evaluación del progreso hacia los Objetivos de Desarrollo del Milenio relacionados con la salud”, la colaboración incluía un estudio sobre los pueblos indígenas y los afrodescendientes en América Latina, así como proyecto acerca de las desigualdades territoriales y los ODM.
El Centro Latinoamericano de Perinatología y Desarrollo Humano de la OPS (CLAP) trabajó para fortalecer la coordinación interinstitucional y formar alianzas y redes a los niveles mundial y regional, entre socios como la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), IPAS, ACDI/VOCA, la Unión Europea, UNICEF, FNUAP y March of Dimes. El CLAP también promovió el establecimiento de redes de instituciones perinatales en un número cada vez mayor de países, entre ellos, Argentina, Bolivia, Colombia, Ecuador, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Perú, Paraguay y Uruguay.
En el 2008, la OPS promovió el debate en los Estados Miembros acerca del informe publicado recientemente por la Comisión sobre Determinantes Sociales de la Salud y de cómo abordar los determinantes sociales de la salud mediante políticas y medidas sinérgicas que combinaban la salud ambiental con la renovación de la atención primaria de salud. Varios países ya han formado comisiones nacionales para elaborar políticas en estas esferas, mientras que otros están empezando a ejecutar programas que aborden el sinnúmero de factores que afectan el bienestar de las poblaciones.
Una vez más, el programa de vacunación de la OPS encabezó lo que se ha convertido en la iniciativa de salud panamericana más conocida del continente, la Semana de Vacunación en las Américas. En el 2008, la Semana se inició con varios actos de inauguración formal en las zonas fronterizas de Estados Unidos y México, Centroamérica y Panamá, Brasil, Colombia, Perú y Guyana. Entre los asistentes se encontraban presidentes, ministros y otros dignatarios de alto nivel, además de artistas famosos como Ricardo Montaner y Jerry Rivera. La iniciativa movilizó a miles de trabajadores y voluntarios de salud, y se utilizaron campañas de comunicación de masas para ampliar la cobertura de vacunación en toda la Región. Participaron 45 países y territorios y casi 60 millones de personas recibieron las vacunas contra diversas enfermedades como la poliomielitis, el sarampión, la rubéola, el tétanos, la fiebre amarilla y la gripe. Muchos países también aprovecharon la oportunidad para ofrecer otros servicios de salud, entre ellos los frotis de Papanicolaou, administración de suplementos de vitamina A y tamizaje de la tuberculosis.
La OPS se asoció con el ONUSIDA y el UNICEF para elaborar un informe sobre la infección por el VIH/sida en el que se hizo hincapié en las poblaciones vulnerables específicas, como los hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres, los trabajadores del sexo y los usuarios de drogas ilícitas, a fin de afrontar mejor las vulnerabilidades por razones de género, las cuestiones relacionadas con los derechos humanos y las dificultades que deben superarse para lograr el acceso universal al tratamiento y a los servicios de prevención de la infección por el VIH.
La OPS también emprendió una iniciativa de mapeo con la finalidad de recabar datos sobre la disponibilidad de servicios de salud sexual y reproductiva, así como de servicios de prevención de la infección por el VIH y la cobertura para la población adolescente, a objeto de señalar las necesidades de servicios de atención primaria en la Región para la formulación de políticas y la toma de decisiones.
La OPS apoyó la creación de una nueva Alianza Panamericana por la Nutrición y el Desarrollo, encabezada por los Directores Regionales de las Naciones Unidas para América Latina. La Alianza procura avanzar hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio gracias al fortalecimiento y la integración de las respuestas internacionales y nacionales a la nutrición, la salud y el desarrollo, mediante estrategias intersectoriales e interprogramáticas, intervenciones y herramientas en diversas esferas como salud, nutrición, educación, agua y saneamiento, agricultura, comercio, trabajo, participación social, género y derechos humanos.
En el 2008-2009, la OPS intensificó su colaboración con organizaciones religiosas, entre otras, la Conferencia Episcopal Latinoamericana (CELAM), la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y los representantes de salud de la Conferencia General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, que tiene 15 millones de miembros y más de 6.000 hospitales, consultorios y centros de salud mundiales. Con el apoyo de la OPS y la OMS, la Iglesia Adventista del Séptimo Día organizó una Conferencia Mundial sobre la Salud y el Modo de Vida a mediados del 2009 en Ginebra, donde los participantes intercambiaron conocimientos y experiencia acerca de la adopción de las normas mundiales de atención de salud de la OMS como parte de las iniciativas para impulsar los ODM relacionados con la salud. Más de 700 personas participaron en esta conferencia.
La OPS trabajó durante el período 2008-2009 a fin de movilizar recursos financieros y técnicos y para facilitar la coordinación multisectorial a nivel de país en materia de salud del niño. Conjuntamente con algunos organismos internacionales y nacionales, como la OMS, AID, UNICEF, además de organizaciones no gubernamentales y religiosas, el sector privado y la sociedad civil, la OPS promovió la ampliación de la estrategia de atención integrada a las enfermedades prevalentes de la infancia y otras iniciativas relacionadas con la salud del niño.
La OPS colaboró con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) a fin de canalizar parte de una subvención de €528 millones (de euros) en apoyo de la reforma de las Naciones Unidas y el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (Fondo de Cumplimiento de los ODM). A finales del 2008, la OPS/OMS había recibido la aprobación de varios proyectos que sumaban US$3,7 millones. Las representaciones de la OPS/OMS en los países están participando en proyectos en Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, y Perú y en otros sitios mediante la preparación de notas conceptuales y documentos programáticos conjuntos con las Naciones Unidas.
En el 2008-2009, la OPS siguió trabajando con una subvención de US$4 millones distribuída a lo largo de cuatro años de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) para fortalecer los sistemas y servicios de salud en el contexto de la atención primaria de salud y para mejorar la calidad de los servicios de salud en toda la Región. Como parte de la administración de la subvención, un coordinador técnico ayudó a identificar las sinergias, a potenciar al máximo los resultados y a promover una visión compartida entre los diversos actores y los numerosos proyectos incluidos en el acuerdo general.