La OPS está colaborando con la Cooperativa de Hospitales de Antioquia (COHAN) en Colombia, un centro colaborador de la OPS/OMS para los medicamentos e insumos hospitalarios esenciales, a fin de promover una herramienta nueva para mejorar la gestión de los servicios de salud conocida como PERC (Producción, Eficiencia, Recursos y Costos). La iniciativa incluye la elaboración de manuales y cursos virtuales así como capacitación para los gerentes y otros usuarios. PERC aprovecha y reemplaza el sistema de gestión de la información WinSIG, también creado por la OPS.
En Honduras, la OPS ayudó al Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas (COPINH) a crear el Centro UTOPÍA, un “centro de encuentros y amistad” para la comunidad Lenca de La Esperanza (Intibucá), que servirá de punto de reunión para la capacitación y el aumento de la capacidad en áreas como la medicina natural y tradicional, la agricultura sostenible, el crédito alternativo y el ahorro, la agricultura integrada, cuestiones relativas al género y soluciones a los problemas de salud que afectan a los indígenas. El centro, financiado por el fideicomiso Lydia Behm, incluye un museo sobre la cultura Lenca, una biblioteca, un transmisor de radio, un estudio y un área de computación, una cocina, un área administrativa y cuatro dormitorios. El complejo de siete hectáreas también tiene una huerta de frutas y verduras.
El Centro Latinoamericano de Perinatología y Desarrollo Humano de la OPS (CLAP) produjo y difundió nuevas directrices para el proceso continuo de la atención de la madre y el recién nacido en el contexto de la atención primaria de salud, junto con una serie de manuales prácticos, materiales didácticos y otras publicaciones que abarcaban temas como las infecciones perinatales, la utilización del sistema informático perinatal, la planificación familiar y la promoción de la salud del niño. En el 2008-2009, el centro organizó 30 talleres en 12 países, en los que impartió capacitación a más de 800 participantes de toda la Región sobre la atención de salud maternoinfantil. También brindó apoyo a los cursos de capacitación a distancia sobre la aplicación en la comunidad y en el entorno clínico de la estrategia de atención integrada a las enfermedades prevalentes de la infancia (AIEPI), en los que se cubrieron temas como el manejo de casos, la promoción de la salud, las aptitudes de organización en la prestación de la atención apropiada y prácticas familiares clave en áreas vulnerables y de difícil acceso.
Desde antes del comienzo de la pandemia de gripe por A (H1N1), la OPS viene prestando cooperación técnica a los Estados Miembros de América Latina y el Caribe para promover una respuesta eficaz de los servicios de atención primaria de salud en caso de una pandemia. Como parte de las actividades de preparación para una posible pandemia, la OPS proporcionó recomendaciones específicas sobre la preparación de los establecimientos de salud para casos inusuales o inesperados de enfermedad respiratoria aguda y directrices sobre la detección de casos y el triaje de los pacientes con síntomas respiratorios, haciendo hincapié en la importancia de la detección temprana y la notificación de casos extraños.
Después de los brotes epidémicos, la OPS produjo y difundió un documento técnico sobre la estrategia de atención primaria de salud y la respuesta a la pandemia, en el que se promueve un enfoque amplio e integrado que se centra no solo en los hospitales sino en todos los niveles de atención, facilita la participación familiar y comunitaria en la prevención y la asistencia domiciliaria, e incluye a otros sectores, como los educadores y los grupos religiosos.
La OPS también proporcionó recomendaciones y capacitación específicas sobre el control de las infecciones en los establecimientos de salud y ayudó a los países de toda la Región a que obtuvieran equipo de protección personal para el personal sanitario, con especial énfasis en los países de menos ingresos. La OPS también proporcionó directrices sobre el manejo clínico de casos, la comunicación de riesgos para directivos de los servicios de salud, la organización de los servicios de salud en los países donde se han notificado casos del virus y en aquellos donde aún no se ha notificado ninguno, y la respuesta a una segunda situación de emergencia (como un desastre natural) durante una pandemia de gripe.
La OPS está también trabajando para garantizar el acceso equitativo de sus Estados Miembros a los medicamentos antivíricos y las vacunas contra el nuevo virus H1N1.
En el 2008-2009, la OPS llevó a cabo varias iniciativas dirigidas a las enfermedades transmisibles y que también ayudaron a fortalecer la atención primaria de salud en los Estados Miembros.
La OPS apoyó la aplicación de una estrategia de gestión integrada para la prevención y el control del dengue (EGI-dengue) en los países miembros, en la que se hizo un hincapié especial en la atención primaria de salud y ambiental. Las estrategias elaboradas para Bolivia y Chile, y las que se están elaborando actualmente para Puerto Rico y el Caribe, tratan las enfermedades a todos los niveles de la atención del paciente, haciendo hincapié en la atención primaria, que brinda las mejores oportunidades para evitar las defunciones por alguna enfermedad. Una de las metas de estas estrategias es que 100% de las unidades de salud en cada país usen las normas establecidas para la atención del dengue.
La OPS colaboró con el Departamento de Salud en Chiapas, México, para elaborar un plan de acción integrado para el control y la eliminación de las enfermedades infecciosas desatendidas (oncocercosis, tracoma, enfermedad de Chagas y leishmaniasis), haciendo hincapié en los servicios de atención primaria de salud y un mejor abastecimiento de agua.
La OPS está también llevando a cabo varios esfuerzos centrados en el tratamiento y el control de la tuberculosis que sirven para fortalecer la atención primaria de salud, entre ellos iniciativas para mejorar la atención integral de los pacientes tuberculosos mediante la capacitación del personal sanitario en la orientación y pruebas de detección del VIH, y en la educación sanitaria para los pacientes, las familias y las comunidades, y por medio de un mejor tratamiento clínico de la enfermedad; la promoción de la participación comunitaria en la estrategia DOTS; el fortalecimiento de las redes de laboratorios; el aumento de la capacidad de gestión de los medicamentos; la capacitación en epidemiología básica; y el trabajo con los sectores público y privado para incorporar a los prestadores en la red de servicios de atención primaria de salud.
La OPS continuó prestando apoyo a las actividades para ampliar y reorientar los servicios de salud para la prevención y la atención de la infección por el VIH sobre la base de los principios de la estrategia renovada de atención primaria de salud. Una iniciativa importante fue la inserción de la atención integral de la infección por el VIH en los programas de estudio de enfermería, psicología y medicina en la región andina. El programa también adaptó módulos específicos relacionados con la infección por el VIH de la estrategia de Atención Integrada a las Enfermedades de los Adolescentes y Adultos (AIEA) para su uso en América Latina y el Caribe, organizó un debate regional de tres días con los directivos de los programas nacionales de sida y tuberculosis sobre la manera de mejorar los servicios integrales para el tratamiento y control de la infección por el VIH y la tuberculosis, y produjo directrices provisionales para la atención del sida y la tuberculosis, junto con módulos de capacitación conexos, ayudas del trabajo y carteles para los prestadores de asistencia sanitaria.
En el 2008-2009, la OPS también trabajó para concientizar acerca de la eficacia, la factibilidad y la seguridad del método de “detección y tratamiento” del cáncer cervicouterino dentro de la atención primaria de salud. La OPS ha ayudado a aplicar el enfoque en Guatemala y Perú, y empezó una labor similar en el Paraguay como parte de un paquete integrado de atención primaria de salud. La OPS también colaboró con el Ministerio de Salud en Nicaragua para capacitar a los prestadores y mejorar la calidad y la cobertura de los servicios de tamizaje del cáncer cervicouterino en la atención primaria de salud.
En Nicaragua, la OPS brindó apoyo al Ministerio de Salud en la evaluación del avance y de los retos en la ejecución de las políticas sanitarias basadas en la atención primaria de salud. Mediante un proceso conocido como JABA, se llevaron a cabo evaluaciones en 149 de los 153 municipios del país. Se detectaron varios adelantos sumamente importantes, incluida la prestación gratuita de servicios de salud, el mejoramiento en la provisión de medicamentos en las unidades de salud del ministerio, la creación de días especiales y ferias de salud, y que no se negaran los servicios solicitados. El proceso JABA ha sido concebido para mejorar la responsabilización pública.
También en Nicaragua, la OPS apoyó la ejecución de un modelo de salud familiar y comunitaria en 11 departamentos para mejorar la prestación de los servicios de salud y ampliar la cobertura de vacunación en las comunidades remotas. Como parte de estas actividades, la OPS colaboró con el Ministerio de Salud para fortalecer la supervisión de los servicios de vacunación a todos los niveles, a fin de evaluar la calidad y la capacidad de la cadena de frío, introducir la nueva vacuna antineumocócica y apoyar la descentralización del tratamiento antirretrovírico en 23 establecimientos de salud.
En Panamá, la OPS ayudó al Ministerio de Salud a que se elaboraran y diseminaran guías nuevas para la atención integral a los pacientes diabéticos, obesos e hipertensos. Las guías, que forman parte de la estrategia renovada de atención primaria de salud de Panamá, promueven la prevención y el control de estas enfermedades en los entornos de atención de primer nivel, haciendo hincapié en la participación comunitaria.
En el Perú, la OPS ha dado apoyo a la descentralización del sistema de salud, al fortalecimiento de la atención primaria y a las iniciativas para lograr el acceso universal a la salud.
En el Perú, gracias a las iniciativas de descentralización se han transferido 125 funciones del sistema de salud del nivel central al nivel departamental. A fin de apoyar este proceso, la OPS ha prestado cooperación técnica para la organización y el desarrollo de servicios de salud basados en los principios de la atención primaria de salud, haciendo hincapié en cuestiones como los sistemas de remisión y de devolución de pacientes, acreditación de los servicios, garantía de calidad, planificación y financiamiento. Además, la OPS ha ayudado a elaborar una estrategia nueva de salud familiar encaminada a ampliar los servicios de salud y a fortalecer la atención primaria de salud con énfasis en la prevención y la promoción de la salud, en particular para las personas de bajos ingresos. Al aplicar la estrategia de salud familiar, el Perú ha reorientado su modelo de atención de salud al asignar más importancia a la atención integral de la familia y menos a la atención integral individual.
La OPS está ayudando a los Estados Miembros a que mejoren la calidad de los servicios de salud mediante una iniciativa regional para mejorar la salud y la seguridad del personal sanitario. Entre algunos de los aspectos destacados de esta iniciativa en el período 2008-2009 se cuentan la vacunación de 1,5 millones de trabajadores de salud del Perú contra las enfermedades infecciosas contraídas por transmisión ocupacional, como la hepatitis B.
En Suriname, la OPS está apoyando un plan del sector de la salud que procura mejorar la cobertura sanitaria, fortalecer la atención primaria y mejorar la eficiencia, la equidad y la calidad de los servicios de salud. Como parte de este apoyo, la OPS ha participado en un comité directivo de atención primaria de salud de la comunidad que hizo una evaluación rápida de los servicios de salud existentes en el interior, que servirán de base para la introducción de los servicios de salud amplios e integrados en todo el sistema de salud del país. La OPS también está colaborando con el UNICEF y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (FNUAP) para introducir la atención primaria de salud integral mediante un enfoque integrado de tratamiento en 57 dispensarios que forman parte de una red privada y religiosa, llamada Medical Mission, de Suriname. Se ha previsto que, tras algunas adaptaciones, el enfoque se convierta también en el patrón nacional para los dispensarios de atención primaria en el sector público. Además, la OPS ha ayudado a adaptar algoritmos y protocolos de la atención integrada a las enfermedades prevalentes de la infancia (AIEPI) a las necesidades y normas particulares de Suriname.
En Trinidad y Tabago, la OPS ha apoyado un enfoque de atención primaria de salud mediante la promoción de los sistemas integrados de prestación de servicios y la incorporación de los servicios de salud mental en la atención primaria de salud comunitaria. La OPS ayudó a organizar tres iniciativas en estas áreas: un foro nacional sobre promoción de la salud mental y la prevención de la enfermedad mental, así como una consulta nacional sobre los sistemas integrados de prestación de servicios, ambos en octubre del 2008, y un taller sobre el fortalecimiento del sistema de salud mental, en marzo del 2009. La consulta sobre los sistemas integrados de prestación de servicios aportó sugerencias para formular una propuesta regional de la OPS sobre los sistemas integrados de prestación de servicios, que surgió del proceso de renovación de la atención primaria de salud.
Como parte de su apoyo a la reforma sanitaria en el Uruguay, la OPS ayudó a formular un programa de capacitación sobre atención primaria de salud y se espera que asistan a los cursos unos 3.000 médicos del sector público y privado de todo el país. La representación de la OPS/OMS en ese país elaboró el programa de estudios con la participación de instituciones públicas y privadas, entre otras la Universidad de la República del Uruguay. La meta es dar reorientación profesional a los participantes para que puedan responder mejor a las exigencias de un sistema basado en la atención primaria de salud. La OPS también ha promovido actividades similares en otros departamentos.
También para apoyar la reforma sanitaria en el Uruguay, la OPS ayudó a llevar a cabo un proyecto piloto sobre la atención primaria de salud bucodental en el departamento de Canelones. El proyecto promovió el uso del tratamiento restaurativo atraumático (TAR), un procedimiento para eliminar la caries dental con instrumentos manuales, que puede ser usado por personal no dental y trabajadores de atención primaria de salud. Como parte del proyecto piloto se hicieron estudios sociológicos y antropológicos para evaluar las condiciones de salud bucodental de la comunidad y las necesidades locales, lo que abarcó encuestas que utilizaban el índice CPO (dientes cariados, perdidos y obturados), que permite hacer comparaciones de la salud bucodental de diferentes grupos y en todos los países.
En las Islas Turcas y Caicos, la OPS impartió capacitación en el seguimiento de contactos y orientación psicológica para enfermeras y médicos que cuidan a pacientes infectados por el VIH o por alguna infección de transmisión sexual. La OPS también prestó apoyo a una evaluación de los servicios de salud mental de las islas, utilizando el Instrumento de Evaluación de la OMS para los Sistemas de Salud Mental (OMS-AIMS). Los resultados se están utilizando para elaborar un proyecto de plan de salud mental que se centrará en la atención primaria de salud.
En el 2008, la OPS apoyó la iniciativa de Venezuela, Barrio Adentro, que ha instalado 8.000 “puntos de consulta” en viviendas y ha construido 3.580 dispensarios cuya prioridad principal es la atención a las personas de bajos ingresos que tradicionalmente han carecido de acceso a los servicios de salud, tanto rurales como urbanos. La iniciativa ha conducido a la ampliación de la atención primaria de salud a unos 17 millones de personas en todo el país y ha servido de base para la creación de áreas integrales de salud de la comunidad como unidades operativas para el sistema de salud, prestando servicios de asistencia sanitaria junto con los gobiernos locales y los ciudadanos.
También en Venezuela, la OPS apoyó las iniciativas para incorporar un plan de acceso universal al tratamiento para la dependencia del tabaco en el Sistema Nacional de Salud Pública, mediante una red de establecimientos de atención primaria. La iniciativa ha capacitado a 1.125 médicos, enfermeras, psicólogos y psiquiatras. Entre julio del 2008 y febrero del 2009, la iniciativa favoreció a unos 3.000 fumadores, con una tasa de abandono del hábito de fumar de 16% al final del tratamiento. El tratamiento gratuito incluye el uso de bupropión y de parches de nicotina.
A fines del 2008, el Campus Virtual de Salud Pública de la OPS impartió su primer curso sobre el aumento de la capacidad para la renovación de la atención primaria de salud. Cincuenta y nueve estudiantes de 17 países de la Región realizaron el curso.
En Puerto Rico, la OPS entabló conversaciones con el Departamento de Salud a fin de establecer un módulo del Campus Virtual de Salud Pública en la facultad de salud pública de la Universidad de Puerto Rico. La OPS asignó recientemente cinco salas virtuales del recinto universitario para que funcionen en coordinación con la universidad.
La OPS trabajó con una subvención del Canadá de C$12 millones por conducto de la Agencia Canadiense para el Desarrollo Internacional (ACDI) para promover un enfoque integrado e intersectorial con respecto a las enfermedades transmisibles, haciendo hincapié en la reducción de las inequidades en el acceso a los servicios de salud y abordando las necesidades de salud prioritarias de las poblaciones vulnerables y marginadas. El programa está destinado a zonas seleccionadas en Colombia, Ecuador, Paraguay y Perú y se rige por los principios de la atención primaria de salud, asignando importancia particular a la vigilancia de enfermedades en la comunidad, a la promoción de la salud, a la educación sanitaria y a la creación de capacidad local para aumentar la participación y el poder de decisión de la comunidad.
Además, en el período 2008-2009 la OPS trabajó con casi €2 millones aportados por el Gobierno de España para mejorar la organización, la gestión y la prestación de servicios de salud en América Latina y el Caribe como parte de las iniciativas para reducir la enfermedad, la discapacidad y la muerte prematura en la Región. Los fondos costearon las actividades para fortalecer la capacidad de organización y de administración de las instituciones de salud y las redes de prestación de servicios de salud basadas en los principios de la atención primaria de salud, así como las mejoras en la atención primaria y promoción de políticas y estrategias para integrar las redes de servicios de salud. El financiamiento también costeó las actividades de fortalecimiento de los servicios médicos de urgencia; la elaboración de una estrategia regional para mejorar la seguridad y la calidad de la atención, en especial el establecimiento de un Observatorio Regional sobre Seguridad del Paciente y Calidad de la Atención; iniciativas para combatir las enfermedades crónicas no transmisibles en el Caribe y en otros sitios; y actividades para mejorar el tamizaje y el tratamiento del cáncer cervicouterino en Bolivia, Haití y Paraguay.
La OPS ayudó a organizar el primer Coloquio regional sobre organización y gestión de servicios sanitarios de emergencia, celebrado en Medellín, Colombia, en noviembre del 2008. A la reunión asistieron expertos de Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, España, Estados Unidos, México, Panamá, Perú, y Trinidad y Tabago, quienes formularon líneas colectivas de acción destinadas a mejorar los servicios sanitarios de emergencia en toda la Región. Los debates abarcaron temas como los marcos jurídicos para la política sanitaria, organización y gestión de la atención prehospitalaria, manejo de la sala de urgencias, recursos humanos y equipo para los servicios de emergencias, además de servicios médicos de emergencia y de respuesta a los desastres. Los participantes en el coloquio se comprometieron a formar un equipo de expertos para ayudar a la OPS a que formule una estrategia regional destinada a fortalecer los servicios médicos de emergencia en las Américas.
Una de las iniciativas de cooperación técnica más importantes de la OPS durante el período 2008-2009 fue la elaboración de recomendaciones para la integración de las redes de prestación de atención de salud, con la participación de proveedores públicos y privados, como una solución basada en la atención primaria de salud a la fragmentación de los sistemas de salud. La iniciativa se basa en los datos probatorios que muestran que los servicios de salud mal integrados son una causa importante del desempeño deficiente del sistema de salud, que da lugar al uso ineficiente de los recursos, a la poca calidad de los servicios, a la falta de continuidad en la atención, a los costos elevados y al nivel bajo de satisfacción de los usuarios.
La fragmentación está estrechamente vinculada a la segmentación institucional y, en parte, resulta de ella; consiste en que diferentes subsistemas prestan servicios de salud para diferentes grupos según su capacidad de pago o su situación laboral (empleado del sector público o privado o desempleado). La segmentación produce fragmentación cuando la infraestructura y las capacidades de estos subsistemas no se coordinan ni se integran. La fragmentación también puede ser el resultado de otras tendencias, entre otras, la descentralización de los servicios de salud sin coordinación adecuada de los niveles de la atención; la prevalencia de programas centrados en enfermedades, riesgos o grupos de población especiales; la especialización excesiva y la importancia desmedida asignada a la atención curativa en lugar de la preventiva; modelos de organización deficientes; y la proliferación de programas “verticales” y otros centrados en temas muy específicos, financiados por donantes y organismos de cooperación internacional. Entre las características de los sistemas de salud fragmentados se encuentran las tasas bajas de resolución de casos al primer nivel de la atención, el uso de los servicios de urgencia para recibir atención especializada, la hospitalización de pacientes que podrían haberse tratado en forma ambulatoria, y estadías hospitalarias prolongadas debido a dificultades para dar de alta a pacientes que carecen de apoyo social.
Para abordar estos problemas, la OPS elaboró una propuesta de política regional sobre Redes Integradas de Servicios de Salud (RISS), definidas como redes de organizaciones que prestan -o hacen arreglos para prestar- servicios de salud integrales a una población definida y que están dispuestas a rendir cuentas por sus resultados clínicos y económicos y por el estado de salud de la población a la que prestan servicios. El concepto permite hacer arreglos contractuales o alianzas estratégicas entre diferentes proveedores, que pueden ser públicos y privados (y aun en diferentes países), que ofrecen servicios complementarios. Las redes pueden basarse en varios modelos, a condición de que satisfagan unos cuantos requisitos clave, como el de contar con:
En junio del 2009, se presentó al Comité Ejecutivo una “hoja de ruta” para establecer las Redes Integradas de Servicios de Salud (RISS) en toda la Región, a fin de someterla luego a consideración por el 49.º Consejo Directivo que tendrá lugar a fines de septiembre y principios de octubre. La OPS ha forjado alianzas con el Ministerio de Salud del Brasil, la Sociedad Alemana de Cooperación Técnica (GTZ), el Consorcio Hospitalario Cataluña (España) y la Cooperativa Hospitalaria de Antioquia (Colombia), y está buscando otros asociados que puedan prestar apoyo a la iniciativa.