Desde el año 2003 han convergido múltiples esfuerzos que han promovido y facilitado importantes avances en el desarrollo institucional de la Organización. De esta manera, se ha podido progresar de manera efectiva con los cinco objetivos del Plan Estratégico 2003–2007 de la Oficina Sanitaria Panamericana: responder mejor a las necesidades de los países; fomentar nuevas modalidades de cooperación técnica; transformarse en un foro regional; convertirse en una organización de aprendizaje basada en el conocimiento, y mejorar las prácticas de gestión.
Este proceso de fortalecimiento institucional ha estado reflejando las recomendaciones de varios equipos que han analizado a la Organización desde diferentes perspectivas: el Grupo de Trabajo sobre la OPS en el Siglo XXI, para posicionar a la Organización frente a los desafíos estratégicos de la salud pública en las Américas; la Dependencia Común de Inspección de Naciones Unidas, que examinó la aplicación de la gestión orientada a resultados, y los auditores, tanto internos como externos. El objetivo común ha estado centrado en fortalecer la labor de la Organización como instrumento para el desarrollo nacional de salud, mejorando el apoyo a los países, reforzando las prácticas de salud y aportando de manera efectiva al funcionamiento de los sistemas de salud. Progresivamente, se han ido concretando varios resultados y muchas acciones han servido para dinamizar y potenciar iniciativas que ya estaban en curso, lo que ha constituido una experiencia de aprendizaje y crecimiento que ha involucrado a toda la Organización.
En 2005, el Comité Ejecutivo conformó un Grupo de Trabajo sobre la Racionalización de los Mecanismos de Gobernanza, con el objetivo de revisar algunos cuerpos de gobierno de la Organización y producir recomendaciones sobre el funcionamiento y las finalidades del Subcomité de Planificación y Programación, del Subcomité sobre la Mujer, la Salud y el Desarrollo y del Comité Permanente de Organizaciones no Gubernamentales. También se incluyó entre sus competencias la revisión del proceso de elección del Director de la Oficina Sanitaria Panamericana y el mejoramiento de los reglamentos internos de los Cuerpos Directivos.
En cuanto a la armonización con el Programa General de Trabajo de la OMS, entre todas las regiones de la OMS se han redefinido los puntos focales por áreas de trabajo, los cuales han venido trabajando en una red activa y participativa, lo que facilita la definición y distribución de responsabilidades entre las partes y niveles de la OMS para el logro de los objetivos acordados. Esto ha mejorado el flujo de recursos para lograr los resultados esperados, que han sido pactados con los países miembros. Desde el año 2005 ha habido una asignación de recursos globales (de contribuciones regulares y voluntarias) de la OMS a las Américas de $30 millones. Por otro lado, Canadá ha sido el primer país en aportar recursos voluntarios específicos para el fortalecimiento institucional de la OPS y es un país que vigila con cuidado la asignación justa de recursos globales para los trabajos de la Región y para los países prioritarios de las Américas.
A nivel financiero, los Cuerpos Directivos aprobaron en 2004 la Estrategia para Aumentar la Tasa de Recaudación de las Cuotas, la cual incluye: hacer accesible, a través de la Intranet y la Internet de la OPS, el estado actual de las cuotas adeudadas; aceptar abonos en moneda local; promover el pago de las cuotas a lo largo del ejercicio financiero, y asignarlo como una responsabilidad fundamental a los Representantes de la OPS y del personal directivo superior. En 2005 hubo un logro institucional histórico, ya que todos los Estados Miembros, los Miembros Participantes y el Estado Miembro Asociado efectuaron algún pago de sus contribuciones señaladas, hecho que no ocurría desde 1990.
En 2005, los ingresos provenientes de fondos extrapresupuestarios o voluntarios fueron US$ 64,3 millones, lo que representa un incremento de aproximadamente 25% respecto al mismo período en el bienio anterior. El monto recibido para ayuda a la mitigación de desastres naturales aumentó extraordinariamente, de US$ 0,8 millón en 2004 a US$ 9,5 millones en 2005. En este proceso tan exitoso, cabe destacar que varios de los principales gobiernos contribuyentes voluntarios a la OPS han ido estableciendo una modalidad de apoyo programático integrado y plurianual, lo que demuestra una mayor confianza en la capacidad del Secretariado. Los aportes voluntarios para proyectos regionales específicos también se han incrementado haciéndose más importantes en volumen y extensión de tiempo, lo cual permite establecer resultados más ambiciosos y reduce los costos de transacción.
Se ha mantenido un diálogo y participación permanente para armonizar la definición de los programas de país con los objetivos nacionales, el Programa General de Trabajo de la OMS y las metas mundiales. Esto se ha visto claramente reflejado en los procesos de análisis del Presupuesto Bienal por Programa (BPB, por su sigla en inglés) 2004–2005 y 2006–2007; también se han elaborados BPB subregionales y se instaló una nueva versión del sistema AMPES/OMIS para la gestión de proyectos, que incorpora la política regional de programa y presupuesto aprobada recientemente, con su nuevo nivel subregional. El proceso de armonización se ha visto reforzado por las visitas de seguimiento de los analistas de la Unidad de Apoyo a los Países, a fin de fortalecer los procesos de articulación entre los programas y los objetivos nacionales y mundiales. Los resultados y enseñanzas extraídas de la evaluación se han ido incorporando en la planificación, la programación y el presupuesto de cada Unidad.
Como parte de la definición de nuevas modalidades de cooperación técnica, se preparó un marco conceptual sobre los Planes Regionales de Salud Pública, buscando una mayor coherencia de los mismos con los mandatos y prioridades regionales, así como una estandarización de la terminología de planificación y programación de la Organización. Estos Planes constituyen un instrumento estratégico y de convergencia, que busca la articulación de todos los niveles y socios para el desarrollo (agencias, organizaciones no gubernamentales, instituciones de financiamiento y sociedad civil) a fin de lograr en forma eficiente el cumplimento de metas y objetivos comunes. Este proceso continuará con la revisión y ajuste de los Planes Regionales y Subregionales actuales, servirá de base para la formulación de nuevos Planes y se sumará al perfeccionamiento de los instrumentos del Sistema Americano de Programación, Presupuestación y Evaluación (AMPES). Cabe recordar que el AMPES ha sido altamente reconocido por auditores y socios de la OPS por más de 20 años y es uno de los elementos fundamentales para el avance de la Gestión Orientada a Resultados (RBM, por sus sigla en inglés).
Los centros panamericanos están trabajando de manera más integrada con las oficinas de país, y sus recursos y actividades se incorporan progresivamente dentro del programa presupuesto (BPB) acordado entre cada Representación y el ministerio de salud respectivo. Siguiendo la estrategia aprobada por los Cuerpos Directivos, y en estrecha colaboración con el Gobierno de la República Argentina, se procedió al cierre del Instituto Panamericano de Protección de Alimentos y Zoonosis (INPPAZ) y la reorganización de la cooperación técnica en el área de protección de alimentos. La cooperación técnica regional en agua y saneamiento básico ha sido asignada al Centro Panamericano de Ingeniería Sanitaria y Ciencias del Ambiente (CEPIS), el cual funciona ahora como una Unidad dentro del área de Desarrollo Sostenible y Salud Ambiental, y la correspondiente a la salud de la mujer y salud materna ha sido asignada al Centro Latinoamericano de Perinatología y Desarrollo Humano (CLAP), el cual funciona ahora como una Unidad dentro del Area de Salud Familiar y Comunitaria. También se revisó la asignación de responsabilidades y recursos de cooperación técnica para nutrición, a fin de adecuarlos a la Estrategia y Plan de Acción Regional que está en discusión en los Cuerpos Directivos. Se descentralizaron a diversos países tanto algunas posiciones que estaban ubicadas en la Sede regional, manteniendo sus responsabilidades regionales, como las nuevas posiciones regionales, subregionales e interpaís creadas, cuyas sedes se ubicaron dentro de las oficinas de país o centros panamericanos.
Se ha logrado un gran avance en el esfuerzo por colocar a los países en el centro de la cooperación técnica de la Organización, orientando los programas hacia la consecución de resultados y abarcando todos los niveles y componentes de la Organización.
La Estrategia de Cooperación con el País constituye el eje de articulación de la cooperación técnica sobre el que se desarrollan las transformaciones en los países. En los últimos cuatro años, se han establecido ECP en Bolivia, Costa Rica, Guyana, Honduras, México, Nicaragua y Venezuela; están en la fase final de aprobación Bahamas, Colombia, El Salvador, Guatemala, Jamaica, Suriname y Trinidad y Tabago; están en curso actualmente en Belice, Cuba, Panamá, Perú, República Dominicana y Uruguay; en Bahamas está programada para empezar en octubre de 2006, y Argentina, Belice, Brasil, Chile, Ecuador y Haití han decidido iniciarlas en 2007.
La Región de la Américas ha sido la primera en realizar una Estrategia de Cooperación Multipaís que abarca a Barbados y los Países del Caribe Oriental (Antigua y Barbuda, Dominica, Granada, Saint Kitts y Nevis, Santa Lucía, y San Vicente y las Granadinas), experiencia que se compartió con las Islas Estados del Pacífico Occidental. Se ha iniciado el desarrollo de ECP Subregionales, en diálogo con las instituciones de integración. También se llevó a cabo una evaluación rápida de las 10 ECP concluidas de la Región, lo que permitió analizar tanto los contenidos de los documentos producidos como los procesos seguidos en su preparación.
Frente a la realidad y en diálogo permanente y cooperativo con la Asociación de Personal de la OPS, se decidió lanzar un proceso de evaluación estratégica y alineamiento de los recursos (SARA, por sus sigla en inglés) , con el objetivo de responder a los mandatos y relaciones de la Organización derivados de los nuevos desafíos de la salud pública internacional. Los escenarios actuales y futuros de la cooperación internacional incorporan los avances tecnológicos y determinan la necesidad de ajustes periódicos en las responsabilidades y en la misión de cada una de las partes del Secretariado, teniendo en cuenta, además, que las capacidades individuales y colectivas de sus Estados Miembros van evolucionando y modificándose. Este proceso busca alinear los programas con los recursos necesarios para llevarlos adelante y de manera adecuada y estratégica, determinar la infraestructura y las competencias necesarias y facilitar el desarrollo y capacitación del personal existente, así como guiar adecuadamente el reclutamiento del nuevo personal que se requiera para cumplir con los mandatos programáticos establecidos.
El análisis de las funciones y responsabilidades ha llevado al ordenamiento de unidades y áreas, principalmente en la Sede, y se creó la Unidad de Desarrollo Institucional, avanzando sobre la experiencia previa del Equipo de Gestión del Cambio Institucional. Una de las responsabilidades de esta nueva unidad es vigilar los avances de la Organización en la Gestión Orientada a la Consecución de Resultados, la cual se concibe como un sistema para proporcionar a todos los gerentes los medios para desempeñar su trabajo de la manera más eficaz y eficiente, al mismo tiempo que se garantiza la rendición de cuentas. Otra responsabilidad es coordinar el avance de las 11 Iniciativas de la Hoja de Ruta para la Transformación Institucional, la mayoría de las cuales ya han cumplido con sus términos de referencia y han presentado varios resultados intermedios y finales.
Se adoptó el Código de Principios Éticos y Conducta, que se refiere al comportamiento del personal, incluida la declaración de conflicto de intereses en caso de que corresponda, así como la confirmación de su entendimiento y el compromiso de su cumplimiento. Se seleccionó al mediador y se estableció y cubrió el puesto de Oficial de Ética, figura clave en la instrumentación del sistema exigido por el nuevo Código.
Se han realizado múltiples acciones para coordinar y forjar asociaciones y alianzas estratégicas y sobre todo para profundizar la coordinación de las actividades de la OPS con otros organismos del sistema de Naciones Unidas y del sistema Interamericano. Entre las numerosas actividades interinstitucionales se destaca, por la importancia y actualidad de la temática, el Grupo de Revisión e Implementación de la Cumbre de las Américas y el conjunto de actividades de coordinación relacionadas con la gripe aviar.
Con el objetivo de potenciar la armonización y el alineamiento de la cooperación internacional para lograr mayor efectividad de la ayuda para el desarrollo se puede mencionar la participación y coordinación de OPS, en Honduras, de la Mesa de Cooperantes en Salud y Reforma, conformada por varios organismos de cooperación externa bilaterales y multilaterales, tales como Organismo Japonés de Cooperación Internacional (JICA), Organismo Canadiense de Desarrollo Internacional (CIDA), Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Banco Mundial (BM), Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Fondo de Población de las Naciones Unidas (FNUAP), Programa Mundial de Alimentos (PMA) y Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
Otro ejemplo de acciones intersectoriales fue el establecimiento de una alianza estratégica entre salud (salud y seguridad de los trabajadores del sector y profesionalización de los recursos humanos); educación (escuelas promotoras de salud y prevención del VIH); trabajo (salud y seguridad de los trabajadores y prevención del VIH), y ambiente (agua, químicos y ambientes saludables para niños y trabajadores). En esta alianza se interrelacionan la protección social y los ambientes saludables, los mandatos de la Cumbre de las Américas y el fortalecimiento para alcanzar las metas del milenio. También se realizaron encuentros interministeriales de los sectores de salud y agricultura, y de salud y ambiente, así como tripartitas entre salud, ambiente y trabajo.
A fin de fomentar y fortalecer nuevas modalidades de trabajo, se han creado grupos de trabajo interdisciplinario para fortalecer la calidad de la respuesta técnica en el Secretariado y en los países. Actualmente existen los grupos de alerta y respuesta frente a epidemias; la estrategia y el plan de acción regional en materia de nutrición y desarrollo; la estrategia regional sobre un método integrado para la prevención y control de enfermedades crónicas, y el Plan Regional sobre el VIH/SIDA 2006–2015.
Asimismo, se han desarrollado herramientas técnicas que facilitan el establecimiento de sitios virtuales para la colaboración con socios externos. En este sentido, se mantienen sitios de sharepoint para el Análisis de Salud y Sistemas de Información Sanitaria; los Objetivos de Desarrollo del Milenio; el Grupo de Estudio de Influenza Pandémica; el Comité Consultivo Técnico sobre VIH y las ITS; las Redes Iberoamericanas sobre las Normas de Prácticas Clínicas; los miembros de las Américas que integran el Comité Ejecutivo de la OMS, etc. Se han creado hasta el momento más de 40 espacios o sitios para la participación y colaboración, cada uno de los cuales tiene entre 3 y 50 sitios secundarios. En promedio, más de 300 funcionarios y socios interactúan dentro de estos sitios, en los cuales se realizan más de 2.000 consultas semanales.
El establecimiento de alianzas y asociaciones con otros organismos de la comunidad internacional facilitan el esfuerzo conjunto para abordar la agenda inconclusa, proteger los logros y afrontar los nuevos desafíos en materia de salud en la Región. Por ejemplo, la OPS está colaborando estrechamente con la Organización de los Estados Americanos (OEA) para vincular las prioridades de salud de la Región con la agenda política del continente. En este sentido, la OPS es miembro del Grupo de Trabajo Conjunto de Cumbres y del Grupo de Revisión de la Implementación de Cumbres (GRIC), y como tal, apoya el trabajo de implementación de la Declaración y el Plan de acción de las Cumbres de las Américas y toma parte en los trabajos de organización de las próximas Cumbres.
En coordinación con la Secretaría General de la OEA, la OPS ha participado en las reuniones y conferencias interamericanas de ministros de otros sectores diferentes a los de la salud; por ejemplo: la Conferencia de Ministros de Trabajo realizada en México sobre el tema de Salud y Seguridad Ocupacional; la Reunión Interamericana de Ministros de Educación en Trinidad y Tabago, donde la OPS recibió el encargo de articular los esfuerzos intersectoriales de lucha en contra de la infección por VIH/SIDA, la Reunión de los Ministros de Salud y Medio Ambiente, realizada en Mar del Plata, y la reunión de ministros y otras altas autoridades de desarrollo social en Venezuela, donde se discutió una primera versión de la Carta Social de las Américas.
Los trabajos de colaboración con agencias del sistema interamericano incluyen a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la Comisión Interamericana de la Mujer (CIM), la Comisión Interamericana de Control de Abuso de Drogas (CICAD), la Comisión Interamericana de Control del Terrorismo y Crimen (CICTE), el Instituto Interamericano de Cooperación Agrícola (IICA) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En este mismo sentido, y con el objetivo de alcanzar la meta de salud para todos, la OPS ha venido trabajando en el fortalecimiento de sus redes ya existentes. Entre ellas podemos mencionar: la Red de Municipios y Comunidades Saludables, cuyo foro permite unir esfuerzos conjuntos para promover la salud de las poblaciones; la Red para la Vigilancia Aviar, cuyo papel es fundamental para la preparación y respuesta a una posible pandemia; la Red para la Armonización y Regulación farmacéutica, que es una de las iniciativas de mayor importancia en la Región ya que ha permitido la disponibilidad de productos farmacéuticos inocuos, eficaces y de buena calidad, contribuyendo así a proteger la salud pública, y la Red de Escuelas Promotoras, cuyos objetivos contribuyen a promover y cuidar la salud tanto de las futuras generaciones como las de sus familias y comunidades, así como mantener y crear ambientes de estudio y trabajo saludables. Otro ejemplo de este trabajo cooperativo es el de Observatorio de Recursos Humanos de la Salud; este es un claro ejemplo de cooperación entre los países de la Región, ya que por medio de su red de grupos nacionales se ha podido introducir el tema de los recursos humanos en las políticas sanitarias y en los procesos de planificación nacionales.
En este contexto y definiendo otras estrategias de cooperación, es importante destacar que en la XV Cumbre Iberoamericana, celebrada en Salamanca, España, en 2005, se constituyeron cuatro redes iberoamericanas de salud, las que deben presentar un informe de avance en la siguiente Cumbre que tendrá lugar en Noviembre de 2006 en Uruguay. Estas redes iberoamericanas son: la de Donación y Trasplantes, coordinada por España; la de Políticas de Medicamentos, coordinada por Argentina; la de Enseñanza e Investigación en Salud Pública, coordinada por Costa Rica y la de Lucha contra el Tabaquismo, coordinada por Brasil.
Como miembro fundador del Grupo de Directores Regionales de las agencias copatrocinadores de ONUSIDA, la OPS ha continuado asistiendo a las reuniones permanentes, y presidiendo de manera rotativa, para fortalecer la respuesta de las Naciones Unidas a la infección por VI H/SIDA en los países de América Latina y el Caribe. La OPS también forma parte del Equipo de Directores Regionales de las Naciones Unidas en América Latina y el Caribe; este Equipo —normalmente reservado a los Directores Regionales de las agencias miembros del Comité Ejecutivo del Grupo de las Naciones Unidas (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, UNICEF, UNFPA y PMA)— se reúne trimestralmente para coordinar la acción conjunta de estas agencias en la Región. Entre los principales temas abordados está el proceso de reforma de las Naciones Unidas, las misiones conjuntas a países prioritarios y el apoyo coordinado al desarrollo del país (en particular a Haití), la coordinación interagencial, bajo el liderazgo de la OPS, sobre el tema de la gripe aviar y de una posible pandemia de influenza, el impulso al avance de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, y temas administrativos vinculados a la reforma de las Naciones Unidas (como el Programa de Servicios Comunes a través de la Región, en el que la OPS participa activamente y cuyas principales ventajas han sido el ahorro de recursos al incorporar economías de escala, la simplificación de la gestión administrativa y la transparencia del proceso. Varios de estos temas serán abordados durante la reunión del Equipo de Directores Regionales de las Naciones Unidas en América Latina y el Caribe que se llevará a cabo en la Sede de la OPS el 31 de agosto y 1 de septiembre de 2006. Aprovechando su carácter de anfitrión de esta reunión, la OPS presentará los últimos avances logrados en el campo de la inmunización, y lanzará el sitio web "Caras y Lugares" sobre los ODM en nuestra Región.
En 2005 se presentó un informe de progreso de la aplicación de la CTP, incluyendo informes finales de los proyectos apoyados por la Organización, y todo se colocó a disposición del público en la página web de la Unidad de Apoyo a los Países. La CTP constituye un ejemplo concreto sobre las ventajas de forjar y consolidar alianzas para la salud entre los países y sus instituciones, en beneficio de las poblaciones más vulnerables de las Américas. La CTP es una de las modalidades de cooperación técnica que figura de manera prominente en la nueva Estrategia de Gestión para el Trabajo de la Organización, junto con la promoción y el fortalecimiento de las Instituciones Nacionales de Excelencia, el uso de los Centros Colaboradores y la Cooperación Técnica Descentralizada. Esta estrategia de cooperación se ha ido afianzando desde que se inició, en 1998. Cada uno de los países de la Región ha participado con algún proyecto, en temas como desarrollo sostenible, información sanitaria y tecnología, acceso universal y servicios de salud, control de enfermedades y manejo de riesgos, salud familiar y comunidad. Durante 2005, todos los países prioritarios definidos por la Organización —Bolivia, Guyana, Haití, Honduras y Nicaragua— participaron activamente en proyectos de CTP, lo cual refleja la generosidad y solidaridad regional para compartir recursos y superar las disparidades en salud.