La naturaleza visionaria de la Declaración de Alma-Ata y los conceptos originales de la atención primaria de salud siguen siendo válidos, incluso ahora que el mundo ha adoptado un nuevo llamamiento a la acción —los Objetivos de Desarrollo Sostenible— que plantea metas ambiciosas para el año 2030. El ODS 3, “Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades”, es un eco de la meta audaz de “Salud para todos en el año 2000” establecida en 1978. Aunque el mundo no alcanzó esa meta, se lograron grandes avances y se extrajeron enseñanzas. Ese caudal de conocimientos, experiencia y capital social impulsó a la Oficina a replantear y reinventar sus intervenciones durante el período en análisis, con la intención de fortalecer la atención primaria de salud como estrategia decisiva para avanzar hacia la salud universal en el siglo XXI.
Párrafo I de la Declaración de Alma-Ata, 1978: visión original de la atención primaria de salud
“La Conferencia reafirma firmemente que la salud, estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades, es un derecho humano fundamental y que el logro del grado más alto posible de salud es un objetivo social sumamente importante en todo el mundo, cuya realización exige la intervención de muchos otros sectores sociales y económicos, además del de la salud”.
Para convertir la atención primaria de salud en realidad en la Región de las Américas en el siglo XXI hay que hacer frente a las inequidades en materia de salud que retrasan el progreso hacia la salud universal y el desarrollo sostenible. La formulación de intervenciones diferenciadas que permitan a las personas que se encuentran en condiciones de vulnerabilidad tener acceso a servicios de salud integrales y de buena calidad y vivir una vida sana será la piedra angular del trabajo de la OPS. Un enfoque de atención primaria de salud en el siglo XXI, con miras a abordar las inequidades y avanzar hacia la salud universal, requiere liderazgo, con una visión renovada y compromiso político. En consecuencia, la Oficina coordinó la elaboración de la ASSA2030, que representa un llamamiento a la acción para la salud y el bienestar en la Región de las Américas sobre la base de la salud universal y los ODS. En la ASSA2030 se describe la acción colectiva necesaria para que los países y la Región avancen hacia la equidad y el bienestar para todas las personas a lo largo de todo el curso de la vida.
La ASSA2030 – plan regional detallado para la salud
La ASSA2030, surgida de un amplio proceso consultivo coordinado por la Oficina, es el documento de planificación estratégica y política de más alto nivel sobre la salud en la Región de las Américas. La ASSA2030 representa la respuesta regional del sector de la salud a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, junto con los temas inconclusos de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y la Agenda de Salud para las Américas 2008-2017, así como los retos regionales emergentes para la salud pública. Abarca todos los aspectos de los ODS relacionados con la salud,y proporciona una visión y orientación a las intervenciones de salud en el período indicado. En la Agenda se describe la acción colectiva necesaria para que los países y la Región en conjunto logren, para el 2030, el grado máximo de salud que sea posible, con acceso universal a la salud y cobertura universal de salud, sistemas de salud resilientes y servicios de salud de buena calidad, avanzando hacia la equidad y el bienestar para todas las personas a lo largo de todo el curso de la vida.
El objetivo 1 de la ASSA2030 es “ampliar el acceso equitativo a servicios de salud integrales, integrados y de calidad, centrados en la persona, la familia y la comunidad, con énfasis en la promoción de la salud y la prevención de las enfermedades”, que incluye la meta 1.5, “incrementar la capacidad resolutiva del primer nivel de atención de salud, medida como un 15% de reducción de las hospitalizaciones prevenibles con atención ambulatoria de calidad”, y la meta 1.6, “organizar los servicios de salud en redes integradas de prestación de servicios de salud con capacidad resolutiva alta en el primer nivel de atención”. La ASSA2030 se pone en práctica por medio de los planes estratégicos, los programas bienales y los presupuestos de la OPS, así como los planes nacionales y subregionales de salud.
Foro Regional sobre la salud universal en el siglo XXI: 40 años de Alma-Ata.
En diciembre del 2017, la Directora de la OPS inició un movimiento regional para la salud universal en el Foro Regional sobre la salud universal en el siglo XXI: 40 años de Alma-Ata, que tuvo lugar en Ecuador. Participaron más de 200 líderes políticos, expertos y representantes de la sociedad civil y del ámbito académico de alrededor de 30 países y territorios de la Región, con la finalidad de señalar los obstáculos y forjar alianzas para ayudar a los países a alcanzar la meta de la salud para todos para el año 2030. Para complementar el foro regional, en febrero del 2018, la Directora estableció la Comisión de Alto Nivel “Salud Universal en el siglo XXI: 40 años de Alma-Ata”, bajo la hábil conducción de la excelentísima doctora Michelle Bachelet, a fin de examinar el futuro de los sistemas de salud en la Región, analizar el progreso en el contexto de Alma-Ata y determinar la forma de promover una mayor participación social en la formulación de políticas de salud. La Comisión reúne diferentes perspectivas, agentes estatales y no estatales y expertos que trabajan con diferentes grupos poblacionales, como las personas indígenas, los afrodescendientes, las personas LGBT, los jóvenes, las personas con necesidades especiales y los migrantes. El Foro y la Comisión de Alto Nivel seguirán trabajando a lo largo del 2018-2019 para abogar por una fuerte contribución de esta Región a la reunión de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la cobertura universal de salud que tendrá lugar en el 2019.
Durante el período abarcado por el informe, la Oficina colaboró con los Estados Miembros en la aplicación de la estrategia de salud universal de conformidad con el contexto y las necesidades de cada país.
Durante el período abarcado por el informe, la Oficina llevó a cabo varias iniciativas para responder a las necesidades diferenciadas de las personas, incluidas las personas que viven en condiciones de vulnerabilidad. Además, 15 países iniciaron un análisis de las inequidades y desigualdades en la salud, y formularon planes para abordar los desafíos encontrados.
La Comisión sobre Equidad y Desigualdades en Salud en las Américas, establecida por la Directora de la OPS en 2016 y presidida por Sir Michael Marmot, avanzó en su misión de obtener evidencia sobre las inequidades y desigualdades en materia de salud en la Región, con miras a reducirlas. El primer proyecto de informe de la Comisión se trató en junio del 2018, y se prevé que el informe final, con recomendaciones para reducir o eliminar las brechas de la equidad en la salud, estará listo para fines del 2018. En el 2017, la Comisión convocó varias reuniones de expertos y de promoción de la causa para tratar temas clave relativos a las inequidades, entre ellas una en Colombia para examinar la etnicidad y su impacto en la salud, y otra en Costa Rica sobre género y violencia. En el 2018, la Comisión se reunió en Trinidad y Tabago para abordar temas de derechos humanos y en Atlanta (Estados Unidos de América) para tratar temas relacionados con los derechos civiles y las poblaciones minoritarias en América del Norte, con el auspicio de la Facultad de Medicina Morehouse.
Mais Médicos, Trocará, Pará, Brasil
En la 29.a Conferencia Sanitaria Panamericana, celebrada en el 2017, se aprobó una nueva política de la OPS sobre etnicidad y salud (documento CSP29/7, Rev. 1), al cabo de extensas consultas con ministerios de salud, pueblos indígenas, afrodescendientes, romaníes y otros interesados clave. La política tiene por objeto asegurar el acceso de todos los grupos étnicos a la salud con la incorporación de enfoques interculturales en la cooperación técnica. Las deliberaciones en torno a la política suscitaron una mayor atención a las disparidades étnicas en la salud e impulsaron la demanda de cooperación técnica y evidencia sobre este tema. Varias iniciativas de la Oficina respondieron a este mayor interés o reflejaron la colaboración interprogramática resultante de los esfuerzos para incorporar las inquietudes con respecto al género y la etnicidad en toda la cooperación técnica de la OPS. Por ejemplo, la Oficina colaboró con la División de Población (CELADE) de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y con el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) para elaborar un informe completo en español sobre la situación de las personas afrodescendientes en América Latina y el Caribe. El informe está usándose como fuente de datos para el análisis de la salud de los afrodescendientes en la subregión andina y en otras subregiones. Además, se prepararon varios informes con análisis de las necesidades de las poblaciones indígenas y afrodescendientes en relación con problemas de salud específicos. La Oficina hizo un análisis de la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), la hepatitis y las infecciones de transmisión sexual (ITS) en los indígenas y los afrodescendientes, con metodologías específicas para abordar los problemas detectados.
La Oficina adaptó “Innov8”, herramienta programática integrada de la OMS centrada en el género, la equidad y los derechos, para que sea usada en la Región. La herramienta, a la cual la Oficina agregó un componente de etnicidad, se usó en Jamaica y la República Dominicana en la formulación y ejecución de programas de salud, con el fin de asegurar la inclusión. La Oficina también redobló los esfuerzos para asegurar la inclusión de las perspectivas de género y etnicidad en las estrategias de cooperación en los países (ECP) de la Oficina, en particular en Jamaica y Trinidad y Tabago.
La Oficina elaboró documentos conceptuales regionales y organizó seminarios técnicos por internet para apoyar las resoluciones y facilitar nuevas áreas de cooperación técnica en los campos del género, las masculinidades y la salud; las identidades de género, y el acceso de las personas LGBT a la salud. La Oficina avanzó en la preparación de un informe sobre la situación de la salud y el acceso de las personas LGBT a la atención, los obstáculos que pueden enfrentar en el acceso a los servicios de salud y los efectos del acceso reducido. Este informe se preparó en cumplimiento de la resolución sin precedentes de la OPS titulada Abordar las causas de las disparidades en cuanto al acceso y la utilización de los servicios de salud por parte de las personas lesbianas, homosexuales, bisexuales y trans (resolución CD52.R6), aprobada por el 52.o Consejo Directivo de la OPS en el 2013 y basada en datos aportados por 33 Estados Miembros y 28 organizaciones no gubernamentales (ONG) de la Región. Tras un proceso de arbitraje, se terminará de preparar el informe y se lo presentará a los Estados Miembros de la OPS para fines del 2018. Sus conclusiones sobre los obstáculos, como la estigmatización y la discriminación, la falta de políticas o servicios integrales y la falta de capacitación adecuada del personal servirán de base para una mayor atención a la utilización de los servicios de salud por las personas LGBT y a la cooperación técnica centrada en esta área.
La Oficina preparó un informe interprogramático regional sobre el género, las masculinidades y la salud, cuyas conclusiones serán abordadas por interesados clave a nivel subregional. Este informe servirá de base para introducir nuevas respuestas de política con el fin de abordar brechas relacionadas con las masculinidades y la salud de los hombres. Los países están avanzando con la promoción de la igualdad de género en la salud bajo la égida de la salud universal, incluida la documentación de la protección social en la salud, con especial atención a la atención de salud gratuita; los compromisos con la salud de las mujeres, los niños y los adolescentes en el período 2018-2030, y el seguimiento de la equidad con indicadores de género específicos.
Durante este período, la Oficina aumentó el liderazgo y el apoyo técnico para fomentar la salud de las mujeres, los niños y los adolescentes. La puesta en marcha de Todas las Mujeres, Todos los niños - América Latina y el Caribe (EWEC-LAC) y el Compromiso a la acción de Santiago, con el patrocinio de la excelentísima doctora Michelle Bachelet, Presidenta de Chile, en el 2017, llevó a un compromiso político a nivel interministerial con la ejecución de la Estrategia mundial para la salud de la mujer, el niño y el adolescente en la Región. EWEC-LAC es un movimiento interinstitucional que apoya los esfuerzos de los países a fin de reducir las inequidades en el acceso a la salud para las mujeres, los niños y los adolescentes.[1] La Oficina reorientó la cooperación técnica para la aplicación de la estrategia y avanzó en la elaboración de un plan de acción que se presentará en el 56.o Consejo Directivo de la OPS en septiembre del 2018.
En este marco, durante este período se aceleró la ejecución de la iniciativa emblemática de la Directora “Cero muertes maternas por hemorragia”, cuya finalidad es reducir la brecha de equidad en la mortalidad materna en diez países prioritarios con indicadores de la mortalidad materna en riesgo: Bolivia, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Nicaragua, Paraguay, Perú, República Dominicana y Suriname. La Oficina empleó un enfoque interprogramático, creando sinergias entre los departamentos técnicos y las representaciones para mejorar la eficiencia de la cooperación técnica. Se han asignado diez asesores más sobre salud de la mujer y reducción de la mortalidad materna a estos países a fin de aumentar la cooperación técnica para intervenciones adaptadas a cada país, en particular intervenciones innovadoras con la finalidad de fortalecer la capacidad local para llegar a las mujeres que corren el mayor riesgo y que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad. En estas intervenciones se tienen en cuenta los nexos claros entre las desigualdades en materia de género y las tasas elevadas de mortalidad materna en las mujeres indígenas de la Región. Esta modalidad de cooperación técnica ha resultado eficaz. Cuatro de los países participantes (Bolivia, Guatemala, Perú y República Dominicana) informaron que, desde que se ejecutó esta iniciativa, no ha habido muertes maternas por hemorragia. Paraguay notificó reducciones de 30% de la razón de mortalidad materna y de 18,6% de la tasa de mortalidad neonatal a diciembre del 2017. La Oficina inició actividades de cooperación técnica con 32 países de la Región. Se consolidó la red regional de vigilancia de la mortalidad materna y neonatal con la ejecución de dos proyectos relacionados con la mortalidad materna: la morbilidad materna extremadamente grave o cuasincidentes [near miss] y la Red de Asistencia a Mujeres en Situación de Aborto (MUSA). La red de vigilancia procura mejorar el análisis de los datos sobre la salud materna y neonatal en la Región. La Región de las Américas es la única región de la OMS que ha puesto en marcha esta iniciativa de vigilancia.
Trabajo interprogramático centrado en el país – salud materna y perinatal y medioambiente
Nicaragua: En el marco del proyecto interprogramático “Casas maternas saludables, ecológicas y sostenibles” se prepararon instrumentos para hacer una autoevaluación de los riesgos ambientales y determinar las intervenciones de mitigación prioritarias. Esto forma parte de una estrategia más amplia para reducir la mortalidad materna y perinatal con una mejora de la atención obstétrica materna y la creación de ambientes que protejan y promuevan la salud en el hogar. El proyecto fue patrocinado por autoridades e instituciones nacionales y locales, entre ellas el Centro de Investigaciones y Estudios de la Salud y el Centro de Investigación en Salud de los Trabajadores y del Ambiente. El financiamiento proviene del proyecto de Sistemas Integrados de Salud en América Latina y el Caribe de la Oficina Sanitaria Panamericana y Canadá.
A fin de abordar mejor la salud y el desarrollo de los niños, la Oficina promovió políticas y servicios integrados para acelerar el progreso en esta área mediante la difusión de las enseñanzas extraídas de prácticas óptimas en los países, la actualización de los países en lo que se refiere a enfoques basados en la evidencia y estrategias para la acción multisectorial, el fomento de la participación de los ministerios de salud y desarrollo social en la acción mundial para mejorar el desarrollo de los niños pequeños, y la capacitación en el cuidado que responda a las necesidades de los niños. Estos esfuerzos contribuirán a un aumento del acceso y la cobertura de intervenciones que promuevan la salud y el desarrollo infantil durante los primeros años de vida. Todas estas actividades se realizaron junto con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la OMS, en colaboración con otros asociados, entre ellos la Fundación Bernard Van Leer, Plan International y el Banco Mundial. La Oficina facilitó la elaboración del marco Cuidado cariñoso, con la participación de más de 15 países, y lo dio a conocer en la Asamblea Mundial de la Salud del 2018. La Oficina también estableció una red de expertos e instituciones especializados en la primera infancia, en la que participan el UNICEF, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y centros de investigación y universidades de diversos países. La promoción de la causa política, la formación de alianzas y la participación de las comunidades han sido elementos centrales de esta tarea.
Como parte de la cooperación técnica, la Oficina colaboró con 21 países para examinar y actualizar sus estrategias de salud de los adolescentes, establecer normas para los servicios de salud de los adolescentes y formar capacidad para aplicar medidas mundiales aceleradas en favor de la salud de los adolescentes (AA-HA!) por medio de talleres subregionales y de país, estos últimos en Barbados, Brasil, Guyana, Haití, San Vicente y las Granadinas, y Suriname. La Oficina también puso en marcha actividades de cooperación técnica para la formulación de planes de salud dirigidos a los jóvenes indígenas y afrodescendientes, basados en las prioridades indicadas por estos grupos. Se terminó de preparar el informe regional Accelerating Progress Toward the Reduction of Adolescent Pregnancy in Latin America and the Caribbean [acelerar el progreso hacia la reducción del embarazo en la adolescencia en América Latina y el Caribe] y se está preparando un informe sobre la salud de los jóvenes.
La Oficina avanzó en la ejecución del proyecto de Sistemas Integrados de Salud en América Latina y el Caribe, en colaboración con Asuntos Mundiales Canadá. El proyecto, que abarca el período 2016-2019, está llevándose a cabo en once países: Bolivia, Colombia, Ecuador, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Nicaragua, Paraguay, Perú y Suriname. El objetivo es mejorar la salud de los niños, las niñas y las mujeres (incluidas las madres) en situaciones de vulnerabilidad en América Latina y el Caribe. Por medio de este proyecto, las autoridades nacionales de salud han podido llegar a comunidades desatendidas, de difícil acceso y socioeconómicamente desfavorecidas. Entre los resultados obtenidos en este período cabe señalar la lactancia materna exclusiva de los niños (más de 11.000) nacidos en casas de maternidad; la provisión de equipo básico, productos básicos y otros materiales para apoyar la prestación de servicios en 150 establecimientos de salud y dos redes comunitarias en ocho países (Bolivia, Colombia, Ecuador, Guatemala, Haití, Honduras, Nicaragua y Perú), y la acción de la comunidad, incluido el apoyo a la implementación de servicios de telemedicina en Paraguay. Otros resultados obtenidos durante esto período fueron la desparasitación de alrededor de 305.214 personas, el examen de 1.457 menores de 15 años para detectar la enfermedad de Chagas, el examen de 1.500 mujeres para detectar el cáncer cervicouterino y la concientización de más de 11.000 mujeres sobre temas relacionados con el empoderamiento, entre ellos la actividad empresarial, el liderazgo, la participación y el derecho al trabajo remunerado. Además, el proyecto apoyó la formulación de políticas, planes, normas, pautas y herramientas basados en enfoques de equidad, derechos humanos, etnicidad y género. En los 11 países se realizaron actividades de formación de capacidad de recursos humanos y más de 11.000 prestadores de servicios de salud se beneficiaron de actividades de capacitación o concientización.
La Oficina realizó una labor de promoción de la causa e intervenciones estratégicas para apoyar la aplicación de la resolución CD55.R13 sobre la salud de los migrantes, que fue aprobada por el 55.o Consejo Directivo de la OPS en el 2016. En un evento paralelo realizado en ocasión de la 29.a Conferencia Sanitaria Panamericana en septiembre del 2017 que había sido propuesto por México y otros países, los panelistas estuvieron de acuerdo en que la salud debe estar en el centro de toda política de migración, y que la Oficina y los Estados Miembros de la OPS deben abogar conjuntamente por su inclusión en el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular, actualmente en elaboración. Esta labor de promoción de la causa se basa en la Declaración Ministerial sobre Salud y Migración, firmada en abril del 2017 por 10 países de Mesoamérica (Belice, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá y República Dominicana), para la cual la Oficina proporcionó apoyo político y técnico. En la Declaración Ministerial se estableció una serie de acuerdos de trabajo conjunto para mejorar la información sobre la situación de salud de los migrantes y formar alianzas para atender sus necesidades de salud de una manera integral y oportuna.
Consciente de la necesidad de fortalecer la integración de los temas transversales de la OPS (derechos humanos, género, etnicidad y equidad) para avanzar hacia la salud universal, durante el período abarcado por el informe la Directora de la OPS inició una reorganización de la Oficina que colocó la Oficina de Equidad, Género y Diversidad Cultural en el nivel de la Gerencia Ejecutiva. La finalidad de esta medida es aumentar la acción estratégica y política para que se tengan en cuenta los temas transversales en todos los programas y las intervenciones de la OPS.
Intervenciones apoyadas por la Oficina dirigidas a los grupos en condiciones de vulnerabilidad
Argentina: Los ministerios de salud y educación colaboraron en la ejecución de una política integrada de cuidado para niños en el Programa Nacional de Salud Escolar (PROSANE), que incluye exámenes odontológicos, oftalmológicos y fonoaudiológicos, así como la vacunación. En el marco del proyecto del Gran Chaco, se terminó la fase preparatoria de la iniciativa de Escuelas Promotoras de la Salud en la provincia de Salta. Esta iniciativa fomentará la acción intersectorial en relación con el agua, el saneamiento, la higiene, la seguridad alimentaria y nutricional y la gestión del riesgo de desastres. En la fase preparatoria se organizaron talleres sobre etnicidad y salud intercultural, con la participación de la comunidad en la selección de tareas para mejorar el acceso de las personas indígenas a servicios de salud de buena calidad.
El Salvador: En junio del 2018 se terminó de elaborar una política nacional sobre salud intercultural, bajo la dirección del Ministerio de Salud y con plena participación de grupos indígenas, asociaciones de derechos humanos, instituciones del sector de la salud y la comunidad académica. La inclusión de grupos indígenas representa un paso importante para llegar a las personas excluidas y que nadie se quede atrás.
Estados Unidos de América: La Oficina colaboró con el Consejo Nacional de Salud de los Indígenas Urbanos (NCUIH) a fin de adaptar el Programa de acción para superar las brechas en salud mental (mhGAP) a las comunidades indígenas y probar una guía adaptada con un grupo de agentes sanitarios comunitarios indígenas.
Guyana: Se realizaron actividades de concientización de la comunidad y sesiones de sensibilización sobre la violencia de género y la violencia contra las mujeres y los niños junto con agentes de policía y prestadores de atención de salud en las regiones 1, 7 y 8.
Jamaica: En diciembre del 2017 concluyó un análisis integral de la situación de las personas mayores y en enero del 2018 se elaboró un marco nacional para el envejecimiento saludable, en el cual se presentan constantemente las mejores prácticas de atención primaria de salud en esta área.
México: Se introdujo un enfoque de comunidad y género para el cuidado de las personas con diabetes en dos estados (México y Campeche) en colaboración con las autoridades locales de salud y la Fundación Mundial para la Diabetes.
Panamá: El equipo de país de las Naciones Unidas contribuyó a los avances hacia la salud universal en el marco de las redes integradas de servicios de salud. Prestando especial atención a las personas indígenas y las zonas fronterizas, la Oficina colaboró con el UNICEF en las escuelas saludables, con el UNFPA en la salud materna y con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en la nutrición familiar huertas comunitarias.
Suriname: Los programas del Ministerio de Salud para el control de la malaria, la leishmaniasis, la lepra, la infección por el VIH y las ITS colaboraron para proporcionar servicios integrados de atención primaria de salud a la población minera del interior de Suriname.
Subregión sudamericana: En mayo del 2018 se convocaron reuniones en Paraguay y Brasil para tratar, respectivamente, la salud fronteriza en países del Mercado Común del Sur (MERCOSUR) y la salud de las personas indígenas en los sistemas nacionales de salud del Chaco sudamericano. La finalidad de la reunión en Paraguay era promover la cooperación Sur-Sur, mientras que en el evento en Brasil se abordó la incorporación de un enfoque intercultural en los sistemas nacionales de salud respectivos.
Promover y acompañar la transformación de los sistemas de salud sobre la base de la atención primaria de salud para la salud universal
Durante este período, la Oficina promovió la adopción de un enfoque integral, centrado en los países, para la cooperación técnica con los países que estaban iniciando o continuando importantes iniciativas de transformación o fortalecimiento de los sistemas de salud. La modalidad de cooperación técnica, orientada a la elaboración de hojas de ruta integrales o planes nacionales para avanzar hacia la salud universal, se adaptó a las diferentes necesidades, realidades, prioridades, lógica y dinámica de los procesos de los países. Se inició la cooperación técnica con un enfoque interdisciplinario en varios países (Bahamas, Belice, Bolivia, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guyana, Haití, Jamaica, Panamá, Perú y República Dominicana) para fortalecer la gobernanza y la rectoría, el financiamiento de la salud, la legislación sobre la salud y los modelos de prestación de servicios compatibles con un enfoque de atención primaria de salud y con la estrategia de salud universal. Esta modalidad de cooperación técnica abarcó apoyo técnico directo, ejercicios de formación de capacidad, promoción de la causa con funcionarios de alto nivel, facilitación de diálogos intersectoriales nacionales y difusión de experiencias y evidencia de los países, según las necesidades.
Transformación centrada en el país de los sistemas de salud hacia la salud universal
Dominica: Se está preparando un plan de acción para la recuperación después de los huracanes, orientado a la salud universal, con estrecha colaboración entre la Oficina y las autoridades del gobierno, para reconstruir y transformar el sistema de salud del país a fin de que sea más resiliente y eficaz en la prestación de atención de salud de buena calidad. El trabajo incluyó una primera misión para llegar a un acuerdo con las autoridades nacionales sobre el alcance y las áreas de la cooperación técnica, de conformidad con el Plan Estratégico Nacional, y una evaluación rápida de los servicios de salud después del huracán María. En misiones de seguimiento se evaluaron establecimientos de atención de primer nivel, la gobernanza y rectoría, y los recursos humanos para salud. El plan de acción estará listo para agosto del 2018.
Haití: En el contexto de la iniciativa actual del gobierno para llevar a cabo una transformación integral del sistema de salud, los miembros de la nueva Comisión Nacional para la Reforma del Sistema de Salud y la Atención Hospitalaria fueron invitados a una conversación de alto nivel en la sede de la OPS. El equipo de la Oficina facilitó el diálogo entre la Comisión y autoridades del Ministerio de Salud, presentando estudios de casos de otros países de la Región y facilitando el análisis de opciones factibles para Haití y de una hoja de ruta para intensificar la colaboración. Al mismo tiempo, se realizó una misión especial para abordar importantes problemas con el principal hospital público de Puerto Príncipe (Hôpital Universitaire de la Paix). Durante la misión se formularon recomendaciones sobre la forma de resolver problemas urgentes en el hospital, a fin de convertirlo en una parte integrante de una red de atención. Además, considerando la importancia de los programas prioritarios y el financiamiento proporcionado por los asociados en el desarrollo en Haití, se llevó a cabo una misión conjunta para evaluar la respuesta del país a la tuberculosis, con un fuerte componente programático y una perspectiva de sistemas de salud.
Jamaica: Respondiendo a una solicitud del gobierno para evaluar los éxitos, los retos y las enseñanzas de un programa de reforma del sector de la salud iniciado en 1997, la Oficina realizó una evaluación integral de los servicios de salud pública en Jamaica. La evaluación concluyó con recomendaciones específicas sobre el fortalecimiento de la estrategia de atención primaria de salud, la mejora de la capacidad de rectoría del Ministerio de Salud y el aumento del financiamiento para la salud, entre otras áreas. Los resultados se presentaron en una reunión del Gabinete en la que participó el Primer Ministro. Al mismo tiempo, la Oficina proporcionó cooperación técnica para la preparación de un plan nacional de seguro de enfermedad, apoyando al comité supervisor nacional mediante la participación virtual en reuniones y aportes a las versiones preliminares del plan.
Suriname: Después del trabajo comenzado en el 2017, la Oficina realizó una misión intensiva de dos semanas en Suriname para elaborar el esquema del plan estratégico para la salud y el bienestar y una hoja de ruta de las actividades para alcanzar las metas del plan. En una misión anterior, la cooperación técnica incluyó el análisis y la preparación de un documento sobre el modelo de atención y la organización de los servicios para Suriname. Además, la Oficina hizo un estudio especial sobre el margen fiscal para la salud a fin de proporcionar a las autoridades del gobierno opciones específicas factibles para destinar más recursos al sector de la salud, en el contexto de la delicada situación macroeconómica y fiscal en que se encuentra el país. La presentación del informe incluirá la facilitación del diálogo nacional necesario entre las autoridades de los sectores de la salud y las finanzas.
La Oficina elaboró marcos de cooperación técnica y herramientas orientadas a fortalecer la rectoría y la gobernanza. Durante este período se terminó de preparar el marco de seguimiento para la salud universal, que se usó para analizar el progreso de los países en el aumento de la utilización de servicios de salud, la eliminación de obstáculos al acceso y la reducción de las inequidades en materia de salud. Esto incluyó el análisis del acceso a la salud y la equidad usando bases de datos de salud nacionales de siete países de la Región (Canadá, Chile, Colombia, Estados Unidos de América, México, Perú y Uruguay) con metodologías robustas estandarizadas por la Oficina. Los resultados de este análisis suministraron información para la Perspectiva regional del progreso realizado en los últimos cinco a diez años en el desempeño y el impacto de los sistemas de salud en los métodos de medición de la salud universal en la Región de las Américas (“La búsqueda de la salud universal: resumen de los indicadores sobre el desempeño de los sistemas de salud”), que se encuentra en la edición del 2017 en internet de la publicación emblemática de la OPS Salud en las Américas+, en la que se proporciona información y datos sobre la salud en la Región. También se avanzó en la actualización del marco de funciones esenciales de salud pública, mediante consultas con ministerios de salud, expertos en salud pública y la comunidad académica. El marco y las herramientas serán cruciales para la formación de capacidad en materia de rectoría con las autoridades nacionales de salud.
La cooperación técnica para el financiamiento de materia de salud abordó la presupuestación, los recursos financieros y el margen fiscal, el seguro, la segmentación y las cuentas de salud, entre otros temas. Los expertos de la Oficina se reunieron con representantes de 19 países para tratar temas relacionados con la asignación de recursos y los retos que enfrentan los países para aumentar el gasto público destinado a la salud con equidad y eficiencia. La cooperación técnica de la Oficina apoyó el diálogo y el intercambio de experiencias para fundamentar las opciones de política a fin de mejorar el financiamiento sanitario, incluidos los sistemas de pago y las compras estratégicas en los servicios de salud. Durante este período, la Oficina proporcionó apoyo técnico directo a 17 países[2] para la mejora y la reglamentación de sistemas de financiamiento orientados a acelerar el progreso hacia la salud universal dando prioridad a las inversiones en la atención primaria de salud. Por otro lado, Chile, Colombia, Guyana, Haití y Perú ahora incluyen la protección social en la salud como principio básico de sus sistemas de salud, en tanto que México, Perú y Uruguay han establecido o actualizado conjuntos de servicios de salud garantizados. Concluyeron estudios del financiamiento sanitario en Barbados, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guyana, Honduras, Jamaica, Nicaragua, Paraguay y Perú, a fin de ofrecer opciones concretas para optimizar la eficiencia del financiamiento de los sistemas de salud y ampliar el margen fiscal para la salud. En abril del 2018 se dio a conocer una publicación de la OPS en español sobre el margen fiscal para la salud en la convención Cuba Salud 2018.
Se ha reconocido que la colaboración interprogramática mejora la eficiencia de los servicios de salud, en vista de los conceptos y las plataformas comunes que caracterizan muchas intervenciones de salud pública. Se consolidó esta colaboración, en particular con respecto a la prevención de la infección por el VIH, a fin de destacar la sostenibilidad, especialmente en los países que están graduándose del apoyo del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria (Fondo Mundial). También se mejoró el trabajo conjunto para fortalecer los sistemas de salud, el curso de vida sano y el envejecimiento sano, el manejo y la incorporación de vacunas con GAVI, el control y el tratamiento del cáncer y los trastornos mentales, y el control y el tratamiento de los brotes de virus del Zika. La Oficina apoyó la plena ejecución del proyecto interprogramático para combatir la enfermedad renal crónica (documento CSP29/INF/7, punto b) a nivel regional y de país durante el 2017.
El marco de la OPS de cooperación entre países para el desarrollo sanitario sobre la cooperación Sur-Sur y la cooperación triangular siguió recibiendo apoyo de los Estados Miembros y asociados. En el 2017-2018 se han puesto en marcha varias iniciativas nuevas de cooperación en este sentido, entre ellas una intervención para mejorar la salud materna e infantil en la frontera entre la República Dominicana y Haití y otra intervención para mejorar la salud de la población del Chaco sudamericano, que abarca partes Argentina, Bolivia, Brasil y Paraguay.
Países que ayudan a otros países – la Oficina como facilitadora de la cooperación entre países para el desarrollo sanitario
Belice, Costa Rica, El Salvador y México: Estos cuatro países, que están en camino de eliminar la malaria, iniciaron una evaluación integral de sus programas en diciembre del 2017, con el objetivo de fortalecer su capacidad de vigilancia epidemiológica y entomológica, sus sistemas de información, la detección de focos de transmisión y la calidad de su respuesta, a fin de prevenir la transmisión endémica.
Belice y Guyana: Integrantes clave del personal de salud mental de Guyana participaron en un viaje de estudios de una semana a Belice, durante el cual se realizaron actividades de formación de capacidad y se preparó un esquema de hoja de ruta para un programa de salud mental comunitaria en Guyana.
Canadá y Cuba: En abril del 2018 se firmó un convenio entre Canadá y Cuba para el fortalecimiento de la bioseguridad en la red de laboratorios cubana, en particular en el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK). Los resultados incluyen la compra de medios para la transferencia de sustancias infecciosas a la red nacional, equipo de protección personal y suministros, así como la orientación proporcionada por expertos internacionales para el establecimiento de un laboratorio de nivel de bioseguridad 3 y la capacitación en Canadá de especialistas de laboratorio cubanos.
CARICOM y Chile: CARICOM reconoce desde hace mucho tiempo la prevención y el control de las ENT como asunto prioritario para la subregión, como se demuestra en la Declaración de Puerto España del 2007 y la reciente Cooperación para la Salud en el Caribe, Fase IV 2016-2025. El control de la obesidad ha surgido como estrategia subregional clave para la reducción de las ENT, especialmente la prevención de obesidad de la niñez, como lo demuestra el Plan de acción del CARPHA para promover el peso saludable en el Caribe: Prevención y control de la obesidad en la niñez 2014-2019. Chile tiene una trayectoria de trabajo para establecer un marco normativo a fin de abordar el sobrepeso y la obesidad que se remonta al 2007. El senado de Chile aprobó una ley en el 2012, que entró en vigor en el 2016, con disposiciones sobre la rotulación nutricional en el frente del envase, la restricción de la venta y promoción de productos poco saludables en las escuelas y la prohibición del mercadeo de productos poco saludables dirigido a los niños. Chile y CARICOM están llevando a cabo un proyecto con el objetivo de aprender de los conocimientos y la experiencia de Chile a fin de adoptar la rotulación nutricional en el frente del envase en el Caribe. Además de la Oficina, el equipo de cooperación abarca el Escritorio de Salud de CARICOM, la Universidad de las Indias Occidentales, la Coalición Caribe Saludable, el CARPHA, el Centro del Instituto Jurídico del Caribe (CLIC), la Organización Regional de CARICOM para Normas y Calidad (CROSQ), la Oficina de Negociaciones Comerciales de CARICOM y el Gobierno de Chile.
América Central y del Sur: El Instituto Nacional del Cáncer de Argentina y el Instituto Nacional de Cancerología de Colombia colaboraron con los ministerios de salud de El Salvador, Guatemala, Panamá, Paraguay y Perú a fin de elaborar un proyecto de cooperación entre países para el desarrollo sanitario que aborda el registro del cáncer basado en la población. Participaron también el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) y la Red de Institutos Nacionales del Cáncer de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR). El proyecto reforzará la vigilancia y los sistemas de información de los países participantes, y facilitará las decisiones y la formulación de políticas para la prevención y el control del cáncer.
Cuba y Nicaragua: En el contexto de la transferencia de tecnología para la fabricación de vacuna antigripal en Nicaragua, Cuba continuó con su tradición de cooperación Sur-Sur, colaborando con Nicaragua por medio del Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (CECMED) en el desarrollo de todas las funciones recomendadas por la OMS para medicamentos y sustancias biológicas, entre ellas la concesión de licencias, la vigilancia posterior a la comercialización y la supervisión reglamentaria de productos de elaboración local. Actualmente, el CECMED es una autoridad reguladora nacional reconocida por la OPS como centro de referencia regional.
Proyecto del Gran Chaco: En el 2017 se inició un proyecto de cooperación entre países para el desarrollo sanitario llamado “Hacia la salud universal de la población del Chaco suramericano”, con la participación de los gobiernos de Argentina, Bolivia, Brasil y Paraguay en esfuerzos colaborativos para avanzar hacia la salud universal en 20 municipios del Chaco. El proyecto beneficiará a unas 400.000 personas que viven en condiciones de vulnerabilidad, entre ellas personas indígenas y pobladores rurales.
Políticas de salud pública y acción intersectorial
La Oficina siguió fortaleciendo la capacidad regional en el enfoque de la salud en todas las políticas (STP) y se han documentado 30 experiencias y prácticas adecuadas de 16 países en la plataforma en línea de la OPS sobre la salud en todas las políticas. Un curso virtual sobre este tema para la Región de las Américas, que está en preparación, ofrece un programa estructurado de formación de capacidad que puede desplegarse en toda la Región, propiciando de este modo la sostenibilidad de la programación de la salud en todas las políticas. Al centrarse en enfoques multisectoriales para abordar desigualdades urgentes en la salud, el curso equipará a los responsables de las políticas y otros interesados para promover la equidad en salud en múltiples dimensiones, incluidas las intervenciones orientadas a las brechas en los resultados en materia de salud de acuerdo con los temas transversales de la OPS de género y etnicidad. Este curso virtual es el primer ejemplo de una adaptación en línea del manual de la OMS de capacitación sobre la salud en todas las políticas, que ofrece una oportunidad única para integrar los temas transversales en la formulación de políticas intersectoriales y podría servir de modelo para otros cursos adaptados a la Región.
El enfoque de la atención primaria de salud requiere rever las intervenciones de promoción de la salud y ciudades saludables, y tomar decisiones, basadas en las enseñanzas extraídas, sobre la forma de avanzar con un enfoque integral anclado en el siglo XXI, armonizado con la ASSA2030 y los ODS, que permita avanzar hacia la salud universal. Durante el período abarcado por el informe, la Oficina inició la elaboración de una nueva estrategia y plan de acción sobre la promoción de la salud, con un examen de las experiencias de la Región y consultas oficiosas con redes de promoción de la salud y Estados Miembros de la OPS. Se prevé que la que estrategia y el plan de acción sobre la promoción de la salud estarán listos en el 2018.
Como parte de sus esfuerzos para reactivar la Red de Municipios, Ciudades y Comunidades Saludables de las Américas, en el 2017 la Oficina creó un conjunto de herramientas para tomar medidas de acción a fin de promover las ciudades saludables, que proporciona orientación a líderes municipales sobre la planificación de iniciativas y políticas de promoción de la salud. En enero del 2018 se inició una prueba piloto de la caja de herramientas en nueve municipios de El Salvador y se prevé que comenzará a utilizarse en municipios de otros países de la Región para fines del 2018.
La Red de Gerentes de Promoción de la Salud de América Latina y el Caribe (REDLACPROMSA) desempeñó un papel decisivo para llevar la promoción de la salud al nivel local. El trabajo de base para apoyar la red durante el período abarcado por el informe llevó a la formación de una nueva red de alcaldes de municipios saludables. También contribuyó a la sostenibilidad de las iniciativas y acciones acordadas entre los países de la red para impulsar las agendas de desarrollo sostenible y promoción de la salud en el contexto de diferentes gobiernos.
La Oficina fomentó una mejor compresión de la economía de las ENT con dos objetivos principales: 1) ayudar a las autoridades de salud a convencer a los jefes de Estado y los ministerios de finanzas de la urgencia de financiar programas de prevención y control de las ENT, y 2) demostrar la forma en que las políticas económicas que están fuera de la cartera de los ministerios de salud pueden ayudar a frenar la epidemia de ENT y tener un impacto económico positivo. Con esos fines, la Oficina obtuvo y fomentó la obtención de evidencia sobre el impacto de las ENT en el desarrollo social y económico a nivel de país y regional, así como los costos y beneficios de adoptar medidas de prevención y control en el contexto de cada país. La Oficina también promovió la coherencia de la política fiscal y de salud, especialmente la incorporación de la tributación como medida de salud pública, y abogó por la coherencia de la política comercial y de salud. La Oficina destacó la necesidad de aprovechar los beneficios de los convenios de comercio, inversión e integración económica, adoptando al mismo tiempo medidas para prevenir las repercusiones negativas en la salud y el bienestar de la mayor accesibilidad y asequibilidad de bienes como el tabaco, el alcohol y productos ultraprocesados de alto contenido calórico y bajo valor nutricional.
La Oficina fortaleció su papel singular de facilitadora del diálogo intersectorial entre funcionarios de finanzas, comercio y salud al asociarse con la OMS, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Banco Mundial, el Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (CIID), RTI Health Solutions y el Organismo de Salud Pública de Canadá. En febrero del 2018, la Oficina presidió una reunión sobre los aspectos económicos del control del tabaco, en la cual el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) explicaron su papel en el uso de impuestos al tabaco como medida de salud. La Oficina también organizó cursos sobre tributación de los factores de riesgo de las ENT, como el tabaco, el alcohol y las bebidas azucaradas.
En este mismo orden de ideas, en el 2017 la 29.a Conferencia Sanitaria Panamericana aprobó la nueva Estrategia y plan de acción para fortalecer el control del tabaco en la Región de las Américas 2018-2022 (documento CSP29/11), con el objetivo de acelerar la aplicación del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT). Los objetivos principales son tener ambientes 100% libres de humo en todos los espacios públicos y de trabajo cerrados,y tener advertencias sanitarias gráficas en el envase de los productos de tabaco en todos los Estados Miembros para el 2022. La estrategia procura intensificar el debate sobre el control del tabaco en la agenda de política pública, a la luz de la meta 3.a de los ODS: “Fortalecer la aplicación del Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud para el Control del Tabaco en todos los países, según proceda”.
La Oficina también abordó el etiquetado de los alimentos para reducir el consumo de alimentos poco saludables, proporcionando apoyo a 12 países (Brasil, Canadá, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, República Dominicana y Uruguay) y dos mecanismos de integración (la Comunidad del Caribe [CARICOM] y el Sistema de Integración Centroamericana [SICA]) para el diseño, la formulación, la revisión, el uso o el seguimiento y la evaluación de advertencias nutricionales en el frente de los envases. Estas advertencias colocadas en productos alimentarios envasados y bebidas alertarán a los consumidores sobre el alto contenido de azúcar, grasas o sodio. Tales iniciativas son fundamentales para abordar las ENT y proteger el derecho a la salud de todas las poblaciones, pero especialmente las que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad, como los niños y las personas con poca alfabetización.
En colaboración con entidades de integración regional y subregional y organizaciones de la sociedad civil, la Oficina desempeñó un papel importante en la preparación de los Estados Miembros para participar en la Tercera reunión de alto nivel de las Naciones Unidas sobre las ENT, programada para septiembre del 2018. La Oficina proporcionó material técnico y realizó una labor de promoción para que los países estuvieran representados por los niveles políticos más altos, instando a las capitales de los Estados Miembros a que se cercioraran de que sus ministerios de relaciones exteriores y misiones permanentes ante las Naciones Unidas estuvieran bien preparados para contribuir a las negociaciones de las versiones preliminares y finales de los documentos producto de la reunión. Como parte de esta labor de promoción de la causa, y en vista de que la OPS es el organismo de salud especializado del sistema interamericano, los representantes de la Oficina participaron en la sesión conjunta de alto nivel del Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y el Consejo Interamericano para el Desarrollo Integral que tuvo lugar en marzo del 2018. La Oficina también estuvo representada en el foro sobre las ENT de la Coalición Caribe Saludable, que tuvo lugar en Jamaica en abril del 2018, y su contribución a la preparación de la subregión del Caribe para la Tercera reunión de alto nivel de las Naciones Unidas sobre las ENT fue reconocida en el comunicado de la 39.a reunión ordinaria de la Conferencia de Jefes de Gobierno de CARICOM, celebrada en julio del 2018.
La Oficina apoyó varias iniciativas subregionales y de país para abordar el alto nivel de violencia contra las niñas, los niños y las mujeres en el Caribe, entre ellas talleres organizados en colaboración con CARICOM, la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer (ONU-Mujeres), el UNFPA, el UNICEF y la Escuela de Enfermería de la Universidad Johns Hopkins, con el fin de fortalecer la capacidad de los sistemas de salud para prevenir y responder a la violencia contra la mujer. También se proporcionó cooperación técnica a los países para que la orientación normativa (políticas y protocolos) que fundamenta la respuesta de los servicios de salud a la violencia contra la mujer se base en la evidencia más reciente y en las recomendaciones de la OMS. La alianza de la Oficina con Canadá en esta área ha contribuido a promover la salud de las mujeres, las niñas y los niños sobrevivientes de la violencia sexual y de pareja en la Región de las Américas, con el apoyo de la Política Asistencial Internacional Feminista del país, que se lanzó en junio del 2017. La Oficina colaboró con las Bahamas, Barbados, Guyana y Trinidad y Tabago en un análisis de su orientación y se asoció con ONU-Mujeres y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para llevar a cabo encuestas nacionales sobre la violencia contra la mujer en siete países del Caribe (Bahamas, Barbados, Guyana, Islas Turcas y Caicos, Jamaica, Suriname y Trinidad y Tabago).
Con una metodología elaborada por la OMS, la Oficina proporcionó cooperación técnica a la República Dominicana para reducir los traumatismos causados por el tránsito sobre la base de la evidencia.
La seguridad vial en la República Dominicana
Clasificada como el país con la tasa más alta de mortalidad causada por el tránsito (41,7 por 100.000 habitantes) en el Informe sobre la situación mundial de la seguridad vial 2015, la República Dominicana decidió dar máxima prioridad a la seguridad vial en su Programa de Gobierno 2016-2020 y estableció una comisión presidencial sobre el tema. Con la cooperación técnica de la Oficina y el liderazgo de la comisión, el país elaboró un Plan Estratégico Nacional para la Seguridad Vial, promovió una nueva ley (Ley 63-17) sobre la seguridad vial y estableció el Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (INTRANT). Paralelamente a estas actividades, se elaboró el Plan Estratégico de Movilidad Urbana Sostenible (2017-2022), que complementa el plan nacional para mejorar la seguridad vial.
En la cooperación técnica de la Oficina durante el período abarcado por el informe se abordaron temas de salud ambiental y adaptación al cambio climático. La contaminación del aire en el interior de las viviendas es un riesgo importante y evitable para la salud pública en la Región, que puede eliminarse o reducirse considerablemente, de acuerdo con la meta 7.2 de los ODS (“aumentar considerablemente la proporción de energía renovable en el conjunto de fuentes energéticas”) y la meta 3.9 (“reducir sustancialmente el número de muertes y enfermedades producidas por productos químicos peligrosos y la contaminación del aire, el agua y el suelo”). En los países donde todavía se usan combustibles sólidos y queroseno regularmente para cocinar, se está llevando a cabo una iniciativa especial a fin de acelerar la transición a energía y tecnologías limpias, haciendo hincapié en los entornos urbanos. Esto representa un enfoque progresivo de la energía limpia para todos para el 2030 y ofrece una oportunidad para obtener numerosos beneficios colaterales para la salud y el medioambiente, incluida la mitigación del cambio climático. Los pequeños Estados insulares en desarrollo se encuentran entre las naciones más vulnerables al cambio climático y sus efectos en la salud, y el Caribe no está exento de este impacto. La Oficina está llevando a cabo una iniciativa especial sobre el cambio climático y la salud en dichos Estados. La Oficina está elaborando, junto con los Estados Miembros pertinentes, un plan de acción del Caribe para asegurar que, para el 2030, todos los sistemas de salud de los pequeños Estados insulares en desarrollo del Caribe sean resilientes a la variabilidad y el cambio del clima.
La Oficina siguió fortaleciendo el papel de los agentes de salud en la respuesta para reducir los efectos nocivos para la salud de la contaminación del aire, en particular para los niños, los adultos con enfermedades cardiovasculares y respiratorias y las personas mayores. Con este fin se lanzó la campaña regional BreatheLife durante la 29.a Conferencia Sanitaria Panamericana en el 2017. La iniciativa aumenta la conciencia del impacto de la contaminación del aire de la vivienda y el ambiente en la salud, así como los beneficios colaterales de la reducción de la contaminación del aire para mitigar los efectos del cambio climático. Diez ciudades se han sumado a la campaña, comprometiéndose a reducir las emisiones a niveles seguros para el 2030 y a medir los resultados conexos en materia de salud. El lanzamiento estuvo seguido de un taller técnico para representantes de ministerios de salud y del medioambiente en 15 Estados Miembros, organizado en colaboración con ONU Medio Ambiente, la Coalición para el Clima y el Aire Limpio y el Instituto para el Aire Limpio. Noruega proporcionó financiamiento para la Coalición.
Como parte de una iniciativa más amplia para incorporar el cambio climático en las políticas y estrategias nacionales de salud, la Oficina organizó talleres de formación de capacidad para representantes del sector de la salud del Caribe, Centroamérica y América del Sur, a fin de preparar capítulos sobre la salud para los planes nacionales de adaptación al cambio climático. Los trabajos fueron cofinanciados por los mecanismos de integración subregional respectivos e instituciones subregionales, entre ellas la Secretaría de CARICOM, el Organismo de Salud Pública del Caribe (CARPHA), el Centro de Cambio Climático de la Comunidad del Caribe (5C), la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) y el Organismo Andino de Salud (ORAS).
Énfasis estratégico en el primer nivel de atención en las redes integradas de servicios de salud para abordar los problemas de salud prioritarios
Un enfoque de atención primaria de salud de la organización de la prestación de servicios requiere modelos de atención centrados en la persona y la comunidad para asegurar el acceso a servicios de salud integrales y de buena calidad que abarquen servicios de promoción, prevención, curación, rehabilitación y cuidados paliativos para afecciones comunes. Durante este período, la cooperación técnica de la Oficina llevó a mejoras en la organización de los servicios de salud mediante el desarrollo de modelos de atención de salud centrados en las necesidades de las personas y las comunidades, y el aumento de la capacidad de respuesta en el nivel primario de atención por medio de redes integradas de servicios de salud a fin de abordar una amplia gama de prioridades de salud pública, entre ellas la salud maternoinfantil, la salud sexual y reproductiva, las ENT, la salud mental, la prevención de traumatismos, las enfermedades transmisibles y las emergencias de salud.
Como parte de la implementación de las hojas de ruta para la salud universal, la Oficina proporcionó cooperación técnica para la organización de los servicios de salud a Belice, Chile, Ecuador, Guatemala, Guyana, Jamaica, República Dominicana y Suriname en áreas como políticas, legislación, administración de hospitales, fortalecimiento del primer nivel de atención y redes integradas de servicios de salud. A fin de facilitar el desarrollo de redes integradas de servicios de salud en los países, la Oficina creó una herramienta para evaluar el progreso en este campo, que se probó en cinco países: Colombia, Cuba, Honduras, Panamá y Paraguay. La herramienta permite evaluar el grado de integración de las redes de acuerdo con el marco para las redes integradas de servicios de salud, detectar las brechas y definir intervenciones para fortalecer la gestión de las redes, incluidos el nivel primario de atención y los servicios especializados. Durante el primer semestre del 2018 se ofreció un curso de capacitación virtual sobre redes integradas de servicios de salud para todos los Estados Miembros por medio del Campus Virtual de Salud Pública, con la finalidad de facilitar el desarrollo de estas redes. Para mediados del 2018, el curso había atraído a 290 participantes de 16 países. Además, más de 200 gerentes recibieron capacitación sobre redes integradas de servicios de salud en Belice, Guyana, Panamá, Perú y Santa Lucía, y se puso en marcha un curso sobre la salud universal en el Campus Virtual de Salud Pública en el cual habían participado 1.200 personas a julio del 2018.
Siete países aplicaron la metodología actualizada de gestión productiva de los servicios de salud creada por la Oficina: Brasil, Chile, Ecuador, El Salvador, Honduras, Panamá y República Dominicana. Se facilitaron herramientas nuevas a los países, entre ellas la herramienta PERC (producción, eficiencia, recursos y costo), para el análisis de la productividad, la eficiencia y el costo de los servicios de salud, y la herramienta de valoración de condiciones esenciales (VCE), para el análisis de la calidad de los servicios de salud. Usando la herramienta VCE, se proporcionó cooperación técnica a 32 hospitales de cinco países (Brasil, Colombia, Honduras, Panamá y República Dominicana) para el análisis de las condiciones esenciales.
La cooperación técnica de la Oficina para la elaboración de modelos de atención centrados en la persona también abordó la promoción de los enfoques interculturales, incluidas la medicina tradicional, complementaria e integradora. Durante este período, se ejecutó el plan de acción interprogramático que se había elaborado junto con los países en una reunión regional de junio del 2017 sobre la medicina tradicional y complementaria para avanzar hacia la salud universal. El trabajo se centra en la cooperación técnica con los Estados Miembros a fin de fortalecer su capacidad de incorporar la medicina tradicional, complementaria e integradora en los sistemas nacionales de salud. La Oficina facilitó la creación de una red de expertos en esta área, y en marzo del 2018 la Directora de la OPS puso en marcha la Biblioteca Virtual en Salud sobre las Medicinas Tradicionales, Complementarias e Integrativas (BVS MTCI), cuya finalidad es mejorar el acceso a la información y fomentar la capacidad para la investigación y la colaboración en esta área, con la meta de facilitar las decisiones fundamentadas.
En mayo del 2018, la Oficina patrocinó un seminario web sobre las contribuciones de la medicina tradicional, complementaria e integradora a la atención primaria de salud, en el cual se presentaron la experiencia brasileña, la perspectiva de los pueblos indígenas y las iniciativas del Centro Nacional de Estados Unidos para la Atención Primaria de Salud Integradora. La Oficina también facilitó la participación de delegados de Brasil, Cuba y Curaçao en un taller de capacitación interregional de la OMS sobre la integración apropiada de la medicina tradicional y complementaria en los sistemas y servicios de salud, así como la participación de delegados de Chile y Perú en un taller de capacitación interregional de la OMS sobre la calidad de los servicios de medicina tradicional y complementaria. Ambos eventos tuvieron lugar en la región administrativa especial de Macao (China). La Oficina apoyó otras iniciativas encabezadas por la OMS, como una actualización de la segunda encuesta mundial sobre políticas nacionales y reglamentos en materia de medicina tradicional y complementaria, a la cual respondieron 25 Estados Miembros de la OPS, y la participación de expertos regionales en reuniones de trabajo para establecer puntos de referencia para la capacitación y la práctica en materia de medicina tradicional, complementaria e integradora.
La funcionalidad y el bienestar de las personas mayores que tienen algún trastorno crónico mejoraron con programas de autocuidado de enfermedades crónicas basados en la evidencia en 13 países: Anguila, Antigua y Barbuda, Argentina, Barbados, Chile, Dominica, Granada, Martinica, México (Ciudad de México y Guadalajara), Perú, Saint Kitts y Nevis, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas.
La Oficina apoyó la ejecución de la iniciativa Corazón Global en consultorios de atención primaria de Barbados, Colombia, Chile y Cuba para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares por medio del control de la hipertensión y la prevención secundaria. Se establecieron sitios de demostración en Bridgetown (Barbados), Santiago (Chile), Cali (Colombia) y Matanzas (Cuba). Las intervenciones comprenden la aplicación de directrices estandarizadas para el control del tratamiento de la hipertensión, la capacitación de prestadores, el establecimiento de un conjunto básico de medicamentos y el uso de un registro para el seguimiento de los pacientes. Se estableció una red de 12 municipios y estados en los cuatro países participantes con organizaciones asociadas, como la Sociedad Latinoamericana en Hipertensión Arterial, la Fundación Interamericana del Corazón y la Sociedad Interamericana de Cardiología. Los resultados iniciales indican que estas intervenciones pueden llevar a una mayor cobertura y accesibilidad de los servicios de control de la hipertensión y a un mejor control de la hipertensión en las poblaciones atendidas. Las actividades se llevaron a cabo en colaboración con los ministerios de salud de los países y con el apoyo de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), la Liga Mundial de la Hipertensión y varios expertos internacionales destacados en el control de la hipertensión.
Por medio de su trabajo de cooperación técnica, la Oficina logró mejorar el acceso y la calidad de los servicios de prevención y control del cáncer cervicouterino, centrándose en la promoción de las pruebas del virus del papiloma humano (VPH) para detectar el cáncer cervicouterino y el diagnóstico y tratamiento de lesiones precancerosas en el ámbito de la atención primaria. Como parte de esta labor, se difundieron evidencia nueva y las directrices de la OPS sobre la eficacia de la prueba del VPH en toda la Región; se actualizaron las directrices nacionales para el cáncer cervicouterino en Perú, República Dominicana y Suriname; se capacitó a prestadores de atención primaria en El Salvador y Guyana sobre exámenes de detección; se ofrecieron cursos de actualización para ginecólogos en Bolivia, Colombia, Honduras, Paraguay y Perú sobre colposcopia, biopsia y tratamiento de lesiones precancerosas; se equiparon consultorios en Bolivia y Honduras con nuevas unidades de colposcopia, y se hizo una evaluación de las necesidades del programa contra el cáncer cervicouterino en Bolivia, en colaboración con el Programa Mundial Conjunto de las Naciones Unidas sobre la Prevención y el Control del Cáncer Cervicouterino.
La Oficina también puso en marcha un curso de capacitación por internet sobre el control integral del cáncer cervicouterino por medio del Campus Virtual de Salud Pública de la OPS, en el cual, a mediados del 2018, habían participado más de 3.000 prestadores de atención primaria. Colaboraron en estas actividades varios ministerios de salud, los CDC y el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC). Se recibió apoyo financiero del Gobierno de Canadá, los CDC y el Fondo OPEP para el Desarrollo Internacional.
La Oficina apoyó los esfuerzos para integrar las intervenciones de salud ocular en la atención primaria, con la ejecución de iniciativas notables en cuatro países durante el período abarcado por el informe: Argentina, Chile, Colombia y Trinidad y Tabago. En Argentina, la Oficina apoyó una política y un esfuerzo de promoción legislativa por profesionales de contratación nacional que lograron una mayor cobertura del control de la pérdida de visión por la retinopatía del recién nacido prematuro. En Chile, la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas documentó prácticas óptimas y los obstáculos a la cobertura de servicios para errores de la refracción relacionados con la deficiencia visual, así como el aumento del porcentaje de niños que usan anteojos. En Colombia se mejoró la salud ocular de las personas indígenas del departamento de Vaupés mediante la capacitación del personal de atención primaria de salud en la detección de deficiencias visuales en los adultos y de cirujanos en técnicas de eliminación de cataratas, así como mediante el uso de una alianza publicoprivada para ofrecer atención a las personas indígenas en medios rurales remotos. En Trinidad y Tabago se usó un marco de “dinámica del sistema de salud” para sintetizar datos y detectar obstáculos del sistema de salud, a fin de priorizar las medidas encaminadas a fortalecer la atención primaria para la detección temprana de las enfermedades oculares.
Fortalecimiento centrado en el país de redes integradas de servicios de salud
Chile: La Oficina apoyó la implementación de la herramienta PERC en los 25 hospitales de referencia y la elaboración de modelos de costos y gastos que tienen en cuenta la complejidad de los servicios ofrecidos. El Ministerio de Hacienda y el Ministerio de Salud usan estos modelos para mapear mecanismos de pago equitativos basados en la eficiencia y la calidad de los servicios de salud.
El Salvador: En el marco del programa de reforma sanitaria 2017-2018, la Oficina apoyó al Ministerio de Salud en la implementación del sistema PERC, que genera información actualizada sobre producción, eficiencia y costos de todos los servicios de atención primaria y los hospitales de 17 sistemas básicos de salud integral (SIBASI) y cinco regiones de salud. Este proceso incluyó la transferencia por la OPS de tecnología apropiada y el desarrollo de capacidades institucionales en el país. Actualmente, además del Ministerio de Salud, la herramienta PERC está instalada y funcionando en todos los establecimientos del Instituto Salvadoreño de Rehabilitación Integral (ISRI) y el Fondo Solidario para la Salud (FOSALUD).
Honduras: El uso de la evaluación de las condiciones esenciales en los hospitales nacionales como parte de la metodología de gestión productiva de los servicios de salud facilitó la formulación de planes de mejora continua encaminados a garantizar el acceso a servicios de salud y la atención de buena calidad. Estos procesos han producido transformaciones en la cultura institucional que son evidentes para los pacientes, en tanto que la transferencia de conocimientos a los equipos de trabajo de los hospitales ha posibilitado la continuidad de los procesos.
Nicaragua: La Oficina apoyó la integración de profesionales de la medicina complementaria que estaban en centros de salud y hospitales de nivel primario como parte del Modelo de Salud Familiar y Comunitario (MOSAFC) y facilitó la capacitación para la incorporación de nuevos protocolos en
11 consultorios del Instituto de Medicina Natural y Complementarias del Ministerio de Salud.
Perú: Se han hecho estudios sobre el uso de plantas medicinales y sigue avanzando el proceso para que la Gerencia de Medicina Complementaria de EsSalud, el programa de seguridad social nacional, se convierta en centro colaborador de la OMS.
Venezuela:La pérdida gradual de capacidad operativa en el sistema nacional de salud durante los cinco últimos años se intensificó durante el 2017. Desde abril del 2017, la Oficina y el Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior (MPPES) han colaborado para fortalecer los servicios en 11 hospitales prioritarios de alta complejidad en las principales ciudades, incluida Caracas. Se capacitó al personal en seguridad hospitalaria, prevención de infecciones vinculadas a la atención de salud y evaluación de las capacidades esenciales en estos hospitales. Además, los 11 hospitales recibieron unidades básicas y complementarias del Botiquín Médico Interinstitucional de Emergencia, con medicamentos y dispositivos médicos para atender a 10.000 personas durante tres meses, aproximadamente, y recibirán más unidades. La Oficina está trabajando con el MPPES para fortalecer la red nacional de atención primaria de salud, que ha recibido cooperación médica cubana durante 16 años. Con el apoyo de la Oficina, se capacitó a profesionales de 24 estados en metodologías esenciales para mejorar los servicios obstétricos y otros servicios médicos.
La integración de la salud mental en los servicios de atención primaria es esencial para fomentar la prestación equitativa de los servicios, cerrar la brecha del tratamiento en el ámbito de la salud mental y avanzar hacia la salud universal. La Oficina proporcionó cooperación técnica en esta área por medio de la Guía de intervención mhGAP. En coordinación con ministerios de salud, universidades locales y centros colaboradores de la OPS/OMS, la Oficina colaboró en la capacitación sobre el mhGAP en 12 países[3] y en un curso regional para instructores durante el período abarcado por el informe. Además, se usó el mhGAP por medio del Campus Virtual de Salud Pública de la OPS para capacitar a prestadores de atención primaria de salud en entornos de recursos limitados y se creó un consultorio virtual piloto para la supervisión y el seguimiento de los profesionales de atención primaria de salud capacitados en línea sobre el mhGAP. Se inició un estudio financiado por el BID para examinar la relación entre el consumo de alcohol o de drogas y los traumatismos relacionados con el tránsito en departamentos de urgencias de cuatro países de la Región (Chile, Jamaica, Perú y República Dominicana). El estudio aportará evidencia para fundamentar intervenciones breves en el nivel de atención primaria para pacientes lesionados, a fin de prevenir episodios posteriores.
Mejoras centradas en el país de los servicios de salud mental en la atención primaria: mhGAP
Argentina: Se capacitó a instructores del Ministerio de Salud sobre el mhGAP y posteriormente se ofreció capacitación en tres provincias, lo cual marca el comienzo de la formación de capacidad y la ejecución del programa en diferentes localidades de todo el país.
Jamaica: En marzo del 2018 se capacitó a dos instructores en la versión actualizada del mhGAP para facilitar la instrucción de los prestadores de atención primaria de salud sobre la integración de la atención de salud mental en los servicios de atención primaria.
Trinidad y Tabago: Hubo dos sesiones de capacitación de instructores sobre el mhGAP, que después se extendieron a diversas autoridades regionales de salud para fortalecer la capacidad de los médicos y las enfermeras de atención primaria que atienden pacientes directamente para el diagnóstico, el manejo inicial y la derivación de personas con trastornos de salud mental.
Brasil: La cooperación técnica para la traducción al portugués de la guía mhGAP facilitó la capacitación de alrededor de 300 profesionales de atención primaria y de salud mental en los estados de Rio Grande do Sul, Minas Gerais, Goiás, Tocantins y Ceará y en el Distrito Federal.
México: Los equipos de atención primaria de salud de seis estados fronterizos recibieron capacitación sobre el mhGAP, en colaboración con la Comisión de Salud Fronteriza México-Estados Unidos.
Venezuela: Se capacitó a trabajadores de atención primaria de salud en la detección y el tratamiento de problemas de salud mental.
Recursos humanos para la salud universal
Los líderes de salud de la Región aprobaron la Estrategia de recursos humanos para el acceso universal a la salud y la cobertura universal de salud (CSP29/10) por medio de la resolución CSP29.R15 en la 29.a Conferencia Sanitaria Panamericana en septiembre del 2017. Posteriormente, la Oficina dirigió la elaboración del Plan de acción sobre recursos humanos para el acceso universal a la salud y la cobertura universal de salud 2018-2023 (documento CE162/16) mediante un proceso de extensas consultas con los países y los interesados clave. El plan de acción se presentará al 56.o Consejo Directivo de la OPS en septiembre del 2018. Al igual que la estrategia, se centra en la importancia de los recursos humanos como componente fundamental para el logro de la salud universal, en particular utilizando un enfoque de atención primaria de salud para ampliar el acceso a servicios integrales de buena calidad para grupos poblacionales en condiciones de vulnerabilidad en zonas subatendidas. Ambos marcos destacan la necesidad de una acción intersectorial entre la salud, la educación, el trabajo y las finanzas, entre otros sectores; la planificación y previsión a largo plazo de recursos humanos; una mayor inversión pública en recursos humanos; la ampliación del acceso a equipos interprofesionales en los entornos de atención primaria, y la reorientación de la educación en las profesiones de la salud hacia la atención primaria de salud.
La Oficina creó un instrumento de diagnóstico denominado “Indicadores de la responsabilización social” (ISAT) para ayudar a las instituciones de enseñanza dedicadas a las profesiones de la salud a evaluar su progreso hacia la responsabilización social. Esta herramienta, que es un producto del Consorcio para la Responsabilización Social en la Educación de Profesiones de Salud en la Región de las Américas, apoyado por la Oficina, mide el grado en que los programas de educación ofrecen estudios que concuerdan con las necesidades sociales, seleccionan estudiantes de una manera focalizada para garantizar la diversidad y la equidad de género, incluyen cursos sobre el contexto de atención primaria en el cual se prevé que sirvan los graduados, incluyen capacitación regional de posgrado y carreras en regiones desatendidas, ofrecen educación y práctica interprofesional y fomentan asociaciones útiles con las comunidades y otros interesados. El ISAT estará disponible en español, inglés y portugués, y se pondrá a prueba en Argentina, Barbados, Brasil, Canadá, Chile, Cuba, Estados Unidos de América, Guyana, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Suriname y Trinidad y Tabago durante el 2018.
Para fortalecer la planificación del personal de salud, la Oficina realizó talleres para más de 50 funcionarios de ministerios de salud, técnicos de la OPS/OMS y otros interesados en Costa Rica y Guatemala. Los talleres fueron un primer paso con el fin de introducir un modelo innovador para el fortalecimiento de la fuerza laboral que se centra en el pensamiento sobre el futuro y la exploración del horizonte, un análisis de las características de la fuerza laboral y la generación y cuantificación de escenarios. A fin de dar seguimiento a esos talleres, el Campus Virtual de Salud Pública de la OPS proporcionará recursos virtuales y ofrecerá seminarios web. Se han programado más talleres para el 2018 en Belice, Dominica, El Salvador, Guyana, Paraguay y Suriname. La Oficina también está colaborando con la sede de la OMS, la Oficina Regional de la OMS para Europa e instituciones académicas con el fin de formar una red para la planificación de personal de salud que complemente la capacitación.
La Oficina apoyó un estudio subregional sobre la migración del personal de salud en el Caribe. Los resultados se usarán como base para el plan de acción del Caribe sobre recursos humanos para la salud universal 2019-2023, producto de un taller subregional realizado en abril del 2018. Este plan de acción concuerda con el Plan de acción sobre recursos humanos para el acceso universal a la salud y la cobertura universal de salud 2018-2023, que se trató en la 162.a sesión del Comité Ejecutivo en junio del 2018 (documento CE162/16) y se presentará al 56.o Consejo Directivo de la OPS en septiembre del 2018 para su aprobación. El plan de acción del Caribe también concuerda con la agenda de salud de CARICOM, denominada Cooperación Caribeña en Salud, que está ahora en su cuarta fase (CCH IV 2016-2025).
La Oficina organizó una iniciativa regional con el centro colaborador de la OPS/OMS sobre atención primaria y recursos humanos para la salud situado en la Universidad McMaster (Canadá), que se centró en la enfermería de práctica avanzada. Se ofreció un seminario web de seis partes en inglés y español, con el objetivo de aumentar el interés y la conciencia con respecto al papel de la enfermería de práctica avanzada, dirigido a enfermeras y otros interesados de América Latina. De la iniciativa también surgieron publicaciones con una orientación regional sobre la enseñanza de la enfermería para la salud universal, los doctorados en enfermería y la orientación estratégica de la enfermería. Además, durante la celebración del Día Internacional de la Enfermería 2018 se dio a conocer una publicación nueva, titulada Expanding the Roles of Nurses in Primary Health Care [ampliación del papel del personal de enfermería en la atención primaria de salud].
Se estableció la Red Regional de Educación Interprofesional de las Américas con el apoyo de los ministerios de salud de Argentina, Brasil y Chile durante una reunión técnica regional sobre la educación interprofesional celebrada en Brasilia en diciembre del 2017. En el evento, al cual asistieron alrededor de 120 participantes de 23 países[4] de la Región, se presentaron los planes nacionales de educación interprofesional preparados por 18 países y un plan regional de actividades y publicaciones para 2018-2019. La Oficina está dando seguimiento a las actividades y proporcionando cooperación técnica para el desarrollo de la red.
El Campus Virtual de Salud Pública de la OPS siguió creciendo como plataforma de aprendizaje basada en personas, instituciones y organizaciones que intercambian cursos, recursos, servicios y actividades para la educación, la información y la gestión del conocimiento. Se estableció un nodo nuevo para el Caribe de habla inglesa en colaboración con el CARPHA y se actualizó un nodo en Centroamérica en colaboración con los Consejos de Ministros de Salud de Centroamérica (COMISCA). El número de usuarios del Campus Virtual de Salud Pública aumentó de 174.568 en el 2016 a 568.037 para mediados del 2018. En el 2017 se ofrecieron 13 cursos con tutores, en los cuales participaron 525 profesionales, en tanto que más de 200.000 profesionales al año tomaron cursos autodidácticos. Hasta mediados del 2018, el curso más popular era un curso sobre la preparación correcta de certificados de defunción, que se ofrece en inglés, español y francés y ha atraído a más de 80.000 participantes certificados hasta la fecha.
La Región tiene numerosas iniciativas eficaces para fortalecer los recursos humanos para la salud universal, varias de ellas a nivel subnacional, centradas en la ampliación del acceso a servicios integrales de buena calidad.
Fortalecimiento de los recursos humanos para la salud universal centrados en el país
para mejorar el acceso a servicios de calidad
Argentina: En el marco del proyecto del Gran Chaco y en colaboración con la Fundación Garrahan, se realizaron actividades de formación de capacidad del personal de salud, promotores de salud, enfermeras, médicos y obstetras en la provincia de Salta, con la finalidad de fortalecer los servicios en zonas con los niveles más altos de pobreza y mortalidad materna e infantil. En la provincia de Santiago del Estero, 1.015 agentes de salud de la comunidad y 31 médicos recibieron capacitaron en el manejo y la aplicación de la estrategia de Atención Integrada a las Enfermedades Prevalentes de la Infancia (AIEPI), a fin de mejorar la atención administrada a los niños y las embarazadas en el nivel primario. Con la formación de capacidad también se procuró validar el papel de los agentes de salud de la comunidad, empoderarlos y contribuir a su promoción profesional.
Brasil: El programa Mais Médicos comenzó en el 2013 y se ha prorrogado hasta el 2023. Ha desplegado más de 17.281 profesionales de la salud brasileños y extranjeros en más de 3.819 municipios, la mayoría en zonas socioeconómicamente vulnerables y alejadas, en las afueras de las ciudades o en los 34 distritos indígenas especiales de salud en Brasil. A junio del 2018, el programa estaba atendiendo a unos 59 millones de personas de comunidades desatendidas. La participación de profesionales de la salud extranjeros, muchos de ellos cubanos, es una demostración de la cooperación triangular en apoyo de la salud universal. La Oficina siguió proporcionando cooperación técnica con el programa Mais Médicos para el establecimiento de un marco de seguimiento y evaluación, así como la documentación de las mejores prácticas y enseñanzas extraídas. Se hizo un análisis sistemático centrado en la eficacia del programa, cuyos resultados mostraron una disminución de hasta 20% de las hospitalizaciones por trastornos que pueden tratarse en el nivel de atención primaria, una reducción de hasta 32% de los costos hospitalarios y mejoras en las tendencias de los indicadores de la lactancia materna exclusiva, entre otros efectos.
Caribe: En septiembre del 2017, el Consejo para el Desarrollo Humano y Social (COHSOD) de CARICOM llegó a un acuerdo sobre siete áreas prioritarias para la hoja de ruta del Caribe 2018-2022 con el objetivo de fortalecer los recursos humanos para la salud universal en la subregión, de acuerdo con la Estrategia para el acceso universal a la salud y la cobertura universal de salud. Diez países del Caribe han terminado (o están terminando) de preparar planes de recursos humanos para la salud universal concordantes con los objetivos estratégicos de la estrategia de la OPS y con la atención primaria de salud. Las alianzas fortalecidas y ampliadas de la subregión para el desarrollo de recursos humanos para la salud universal facilitarán la ejecución de dichos planes. Entre los asociados se encuentran CARICOM, la Organización de Estados del Caribe Oriental (OECO), la Universidad de las Indias Occidentales, la Universidad de Belice, la Universidad de Guyana, la Universidad de Suriname, el BID, el Banco de Desarrollo del Caribe, la Unión Europea, NextGenU.org (la primera universidad gratuita acreditada en línea del mundo), el Hospital Humber River, Axon Medical Technologies e IBM.
Chile: La Oficina hizo una evaluación del Examen Único Nacional de Conocimientos de Medicina (EUNACOM) en Chile, el primer país donde la Oficina ha hecho una evaluación de ese tipo. El EUNACOM se administra a todos los graduados de facultades de medicina de Chile y a los médicos formados en el exterior que desean ejercer la profesión en el país. La finalidad del examen es asegurar que estos profesionales de la salud tengan el perfil y el desempeño apropiado para las necesidades de Chile y proporcionen atención de calidad en todos los niveles. La finalidad de la evaluación fue contribuir al fortalecimiento de los recursos humanos para la salud universal en Chile, especialmente en el nivel de atención primaria.
Nicaragua: Con la cooperación técnica de la Oficina, la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN) en León agregó un curso de prácticas comunitarias con orientación en atención primaria de salud a su programa de estudios básicos. El curso permitirá a los estudiantes rotar de seis a nueve semanas al año, entre el segundo y el sexto años, en diversos entornos (aula, laboratorios, centros de salud y hospitales). El objetivo es mejorar la cobertura en las zonas donde se encuentren los estudiantes, incluso en comunidades más alejadas.
Perú: La Oficina se asoció con las autoridades de salud nacionales y locales y con el sector académico para reducir la morbilidad y mortalidad por diabetes en nueve regiones del país con alta prevalencia del trastorno, con financiamiento de la Fundación Mundial para la Diabetes. Se fortaleció la capacidad de 979 profesionales de la salud con un curso con diploma universitario sobre el manejo integral de la diabetes mellitus de tipo 2 ofrecido por la Universidad Peruana Cayetano Heredia. En el marco de ese curso se proporcionaron suministros a establecimientos de atención primaria de salud y se implementó una estrategia de comunicación.
Trinidad y Tabago: La Oficina apoyó un curso aprobado por el Gabinete para cuidadores y progenitores de niños con autismo y otros trastornos del desarrollo, en colaboración con la Oficina del Primer Ministro, la Unidad de Asuntos Género y de los Niños (que proporcionó financiamiento), la OMS y Autism Speaks.
Acceso a medicamentos y tecnologías sanitarias
La selección, la incorporación y el uso de medicamentos y otras tecnologías sanitarias afectan notablemente la eficiencia de los sistemas de salud y son determinantes fundamentales de los resultados en materia de salud. La cooperación técnica de la Oficina ayudó a los países a fortalecer e institucionalizar las evaluaciones de tecnologías sanitarias, como lo recomendara la 28.a Conferencia Sanitaria Panamericana en el 2012 (resolución CSP28.R9). Para mediados del 2018, 13 países habían establecido unidades, comisiones o institutos de evaluación de tecnologías sanitarias y 33 instituciones de 16 Estados Miembros eran miembros de la Red de Evaluación de Tecnologías en Salud de las Américas (RedETSA). En noviembre del 2017 se puso en marcha la primera Base Regional de Informes de Evaluación de Tecnologías en Salud de las Américas (BRISA), inicialmente con 600 informes, y alrededor de 450 profesionales de la salud recibieron capacitaron sobre la evaluación y gestión de tecnologías sanitarias por medio de actividades de formación de capacidad de la Oficina y RedETSA.
Se adoptó un enfoque integrado de la evaluación y el uso racional de las tecnologías sanitarias y se elaboró una primera hoja de ruta con los países de habla inglesa del Caribe. En esta hoja de ruta se presentan propuestas para la evaluación, la selección, la incorporación, la prescripción, la dispensación, el uso y el seguimiento de medicamentos y otras tecnologías sanitarias para los países del Caribe, así como la aplicación de directrices pertinentes. El COHSOD de CARICOM está examinando la hoja de ruta, cuya coordinación está a cargo de un grupo de trabajo subregional. La cooperación técnica de la Oficina también abordó el fortalecimiento de las listas de medicamentos esenciales en Guatemala, Guyana, Haití, Honduras y Jamaica.
La Oficina continuó la cooperación técnica para mejorar la supervisión reglamentaria de los medicamentos mediante el fortalecimiento de las autoridades reguladoras nacionales (ARN). Esta iniciativa procura formar capacidad, promover la transparencia y buenas prácticas reguladoras, evitar la duplicación de tareas y fomentar un ambiente cooperativo donde las ARN puedan intercambiar información y colaborar para velar por la calidad, la eficacia y la seguridad de los medicamentos y otras tecnologías sanitarias. Para mediados del 2018, 16 Estados Miembros de la OPS[5] estaban informando activamente e intercambiando información por medio del sistema mundial de alerta rápida de la OMS sobre productos de calidad inferior y falsificados, mientras que 17 países[6] estaban intercambiando alertas de farmacovigilancia por medio de la red regional de puntos focales apoyada por la Oficina.
En este ámbito, la Oficina está administrando el establecimiento de una plataforma de intercambio de información regulatoria basada en la web, que permite intercambiar información que no sea pública o que sea confidencial sobre la regulación de dispositivos médicos y sobre los resultados de inspecciones regulatorias. La Oficina está colaborando con Australia, Brasil, Canadá, Estados Unidos de América y Japón en el desarrollo y la implementación de la herramienta.
La Oficina también siguió colaborando con el CARPHA en el desarrollo y la implementación del Sistema Regulador del Caribe (SRC). El SRC ha ayudado a revelar retos regulatorios y ha proporcionado una plataforma para actualizar los conocimientos e introducir las mejores prácticas internacionales, impulsando a los países (entre ellos Bahamas, Belice, Guyana, Haití, Jamaica y Trinidad y Tabago) a iniciar reformas para modernizar sus sistemas regulatorios. El propio SRC ha llevado al Caribe medicamentos de buena calidad aprobados por organismos regulatorios fuertes (incluida la precalificación por la OMS). Ha recomendado 18 medicamentos esenciales precalificados por la OMS, algunos de los cuales han sido registrados mediante procesos acelerados en los países y han sido adquiridos por los responsables nacionales de adquisiciones. El SRC también lanzó una nueva plataforma regional para informar sobre las reacciones adversas y los medicamentos de calidad inferior y falsificados. Además, el laboratorio de pruebas de medicamentos del CARPHA ahora realiza la vigilancia posterior a la comercialización de los medicamentos de una manera proactiva y basada en el riesgo.
La Oficina colaboró estrechamente con cinco países (Ecuador, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Paraguay) para fortalecer las cadenas de insumos de salud pública. Este programa tiene como finalidad mejorar la capacidad nacional para detectar las brechas en las previsiones, el almacenamiento y los procesos de gestión de la oferta y la demanda. En el período de julio del 2015 a agosto del 2017, las actividades fueron apoyadas en parte mediante un convenio con el Fondo Mundial para mejorar los sistemas de información para la gestión logística y el acceso a tratamientos para la infección por el VIH, la tuberculosis y la malaria en países meta de América Latina y el Caribe.
La Oficina, por medio de una subvención de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), proporcionó cooperación técnica a Guyana y Paraguay para aumentar el acceso a tecnologías relacionadas con la salud materna para grupos vulnerables del interior de Guyana y del Chaco paraguayo. Este proyecto apoyó una evaluación de más de 65 centros de salud en ambos países clave. La fase actual del proyecto abarca la ejecución de medidas correctivas.
La Oficina formuló recomendaciones a todos los países para mejorar la calidad, la seguridad y la accesibilidad de los servicios radiológicos y los evaluó en Bahamas, Bermuda y Trinidad y Tabago. Se evaluaron más de 150 haces de fotones utilizados en radioterapia en más de 25 países y territorios[7] por medio del programa de calidad de la dosificación del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y la OPS, cuya finalidad es asegurar la calibración apropiada de los haces utilizados en radioterapia para evitar el tratamiento incorrecto de los pacientes con cáncer y prevenir accidentes de radiación. Además, la Oficina organizó cursos, talleres y actividades educativas nacionales sobre imaginología en Guatemala, Guyana, Suriname y Trinidad y Tabago, así como seminarios web y cursos en línea regionales sobre imaginología y ecografías pediátricas, y sobre el papel de la radiología en la tuberculosis.
Durante el 2017, el Fondo Rotatorio Regional para Suministros Estratégicos de Salud Pública de la OPS (conocido más comúnmente como el Fondo Estratégico de la OPS) siguió asegurando el acceso oportuno a medicamentos y otras tecnologías sanitarias mediante la asistencia relacionada con las previsiones, la administración proactiva de las existencias y la cooperación técnica. El Fondo Estratégico recibió solicitudes de más de 200 productos de los 33 países signatarios y realizó compras por un total US$ 90,4 millones. Los Estados Miembros utilizaron US$ 14,9 millones de la Cuenta de Capital del Fondo Estratégico. El Fondo Estratégico de la OPS proporciona un mecanismo para la compra mancomunada de medicamentos esenciales y suministros estratégicos de salud y asegura que haya medicamentos asequibles y de buena calidad en todo momento en un país, en la presentación y en las cantidades necesarias.
Durante este período, la Oficina celebró acuerdos plurianuales a largo plazo con proveedores de medicamentos esenciales y suministros de salud estratégicos, en particular medicamentos para tratar la infección por el VIH, la tuberculosis y la malaria. Los acuerdos a largo plazo aseguran que los Estados Miembros de la OPS cuenten con medicamentos asequibles y de buena calidad, en la presentación y en las cantidades necesarias, con mayores ahorros. La Oficina también participó en negociaciones directas con proveedores para reducir los precios de las vacunas y aumentar la disponibilidad de la vacuna contra la fiebre amarilla, la vacuna con poliovirus inactivados y la vacuna antisarampionosa, esta última para controlar el brote en Venezuela.
Gestión de la información y los conocimientos sobre la salud
Para lograr la salud universal se necesita información de nivel nacional, subnacional y local a fin de que las autoridades puedan priorizar asuntos, asignar recursos y formular políticas que aseguren que nadie se quede rezagado. En respuesta a los retos y las lagunas encontrados en la capacidad de los sistemas de información para la salud, y aprovechando los logros de los países y las estrategias subregionales anteriores, la Oficina, junto con la OMS, elaboró un marco innovador para estos sistemas. Los objetivos del marco son mejorar los mecanismos de los países para la toma de decisiones y la formulación de políticas usando un enfoque estratégico basado en la salud universal, y fortalecer los sistemas de información para la salud a fin de asegurar el acceso universal, gratuito y oportuno a datos abiertos y de buena calidad, así como a información estratégica. El marco utiliza las herramientas de información y comunicación más costoeficaces y proporciona una hoja de ruta integral para adoptar y aplicar normas para sistemas interoperables e interconectados. También ofrece soluciones basadas en la tecnología de la información y las comunicaciones (TIC), y mejores prácticas con respecto a las estadísticas vitales y de salud y la gestión de datos y de la información, todo esto con el fin de facilitar que se tomen mejores decisiones.
Para mediados del 2018, la Oficina había proporcionado cooperación técnica a siete países y territorios (Anguila, Belice, Ecuador, Guyana, Islas Vírgenes Británicas, Jamaica y San Martín) para aplicar el nuevo enfoque de sistemas de información para la salud, con evaluaciones integrales, el establecimiento de marcos modelo de gobernanza y orientación para la creación de comités nacionales y grupos de trabajo. La Oficina siguió colaborando con el Grupo de Trabajo Técnico sobre sistemas de información para la salud del Caribe tras la reunión de alto nivel sobre el tema celebrada en esa subregión en el 2016 y convocó una reunión con coordinadores nacionales de sistemas de información para la salud de Centroamérica en la sede de la OPS en el 2017 para generar un consenso subregional sobre el marco de los sistemas. La Oficina está planificando una reunión similar con personal sudamericano para el 2018. En esta iniciativa colaboran la OMS, la Universidad Federal de Santa Catarina (Brasil), la Universidad de Illinois (Estados Unidos de América) y el Hospital Italiano de Buenos Aires (Argentina).
La Oficina siguió coordinando el Grupo de Trabajo de Medición y Monitoreo de EWEC-LAC, cuya misión es asegurar que la medición y el monitoreo de las desigualdades sociales en la salud estén incluidos en los análisis sistemáticos de salud de los países y facilitar la utilización de datos desglosados a nivel subnacional para determinar los grupos sociales más vulnerables. El grupo de trabajo ha catalizado esfuerzos regionales y de país que han llevado a la formación de 14 equipos de país[8] responsables de la medición y el monitoreo de las desigualdades en la salud, la creación de herramientas para medir y responder a las inequidades en materia de salud, y la preparación de guías y temas para la actuación a fin de reducir la desigualdad y mejorar la salud.
La Oficina apoyó la ejecución de la iniciativa iPIER (Incorporación de las investigaciones para mejorar la ejecución de programas) en diez países: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, México, Panamá, Perú, República Dominicana y Santa Lucía. La iniciativa iPIER pone de relieve los beneficios de la incorporación de las investigaciones para apoyar la política, los programas y los sistemas de salud. Los principales resultados de la iniciativa hasta la fecha han sido el establecimiento de prioridades nacionales para la investigación en Brasil, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú y República Dominicana; la creación de mecanismos para la adopción rápida de decisiones basadas en la evidencia en Argentina, Brasil, Colombia, Chile y México, y el fortalecimiento de los mecanismos de uso de la evidencia para fundamentar las políticas (EVIPnet) a fin de facilitar la adopción de decisiones en Brasil, Colombia y Chile. Colaboraron en este trabajo la Alianza para la Investigación en Políticas y Sistemas de Salud, el Programa Especial de la OMS para la Investigación y Capacitación en las Enfermedades Tropicales (TDR) y el Instituto Nacional de Salud Pública de México (INSP).
Los productos de información de la OPS siguieron sirviendo de fuentes confiables de información técnica y científica fidedigna sobre la salud pública en la Región de las Américas. Durante el período abarcado por el informe, la Oficina publicó 19 títulos nuevos con ISBN[9] y 10 traducciones.
Documentar la salud en la Región de las Américas: algunas publicaciones
Las publicaciones de la OPS durante el período analizado incluyen la 15.a edición de su informe emblemático, Salud en las Américas. En Salud en las Américas+ Edición del 2017 se examinan los eventos en el ámbito de la salud pública en la Región entre el 2012 y el 2017, en particular los avances en la ampliación de la cobertura de atención de salud a nivel subnacional en cada país y territorio. Los capítulos sobre cada país presentan análisis de los principales indicadores de salud de grupos poblacionales como los niños, las personas mayores y las personas con discapacidad, así como los principales logros y retos para el sistema de salud de cada país. En el informe se analiza el papel de la sociedad civil, la reforma de los sistemas de salud para avanzar hacia la salud universal y la aplicación de nuevas tecnologías de la información para mejorar la salud. El informe se presentó en la 29.a Conferencia Sanitaria Panamericana en septiembre del 2017 y está disponible en forma impresa y electrónica.
La Oficina coordinó la preparación de un número especial de la Revista Panamericana de Salud Pública sobre el sistema de salud cubano, publicado en abril del 2018. La Oficina colaboró con la Escuela Nacional de Salud Pública Cubana (ENSAP) en la selección de los temas para los artículos y en 16 estudios de los adelantos del sistema.
La Oficina siguió fomentando la formación de capacidad nacional para la gestión de los conocimientos, y promovió el acceso y el intercambio de conocimientos relacionados con la salud pública. Eso incluyó el mantenimiento del Repositorio Institucional para el Intercambio de Información (IRIS), biblioteca de la memoria institucional en línea de la Oficina que, a junio del 2018, contaba con el texto completo de más de 40.000 documentos. Durante el período abarcado por el informe, la Oficina organizó 40 cursos in situ sobre acceso a la información y comunicación científica junto con ministerios de salud, y difundió metodologías y herramientas para apoyar la ejecución de políticas y programas sobre gestión del conocimiento en los países.
Durante el período abarcado por el informe, se designaron 17 centros colaboradores de la OPS/OMS en la Región de las Américas, con los cuales el número de centros activos en la Región llegó a 192. Estos centros efectúan una contribución importante a la cooperación técnica de la Oficina al generar conocimientos y evidencia relacionados con las áreas programáticas de la Organización.
Respuesta a brotes
Fiebre amarilla
Entre enero del 2017 y abril del 2018, siete países y territorios de la Región notificaron casos confirmados de fiebre amarilla: Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guayana Francesa, Perú y Suriname. El número de casos humanos y epizootias notificados colectivamente en este período en la Región fue el más alto que se haya observado en varios decenios.
Al responder al mayor brote de fiebre amarilla en Brasil desde los años cuarenta, la Oficina activó su Centro de Operaciones de Emergencia y el Sistema de Gestión de Incidentes en la Sede y en los países para coordinar la respuesta de salud, la gestión de la información sanitaria, la formación de capacidad y el seguimiento de las actividades de vacunación. Se desplegaron expertos técnicos especializados, entre ellos epidemiólogos y gerentes de datos, para ayudar a las secretarías de salud de cada uno de los cinco estados afectados (Minas Gerais, Espírito Santo, Rio de Janeiro, Bahia y São Paulo) con la recopilación de datos, el análisis y la notificación.
La Oficina también proporcionó apoyo interprogramático al Ministerio de Salud de Brasil para actualizar el plan de respuesta a emergencias causadas por la fiebre amarilla, con la introducción del uso de una fracción de la dosis de la vacuna antiamarílica, como recomendó hacer el Grupo de Expertos de la OMS de Asesoramiento Estratégico (SAGE) sobre inmunización en situaciones especiales. El equipo apoyó la planificación de la introducción de la vacunación con una fracción de la dosis para proteger las poblaciones de las zonas urbanas y la formulación de planes de acción para buscar activamente focos sin vacunar en municipios seleccionados. La vacuna antiamarílica se obtuvo por medio del Fondo Rotatorio de la OPS para la Compra de Vacunas (conocido comúnmente como el Fondo Rotatorio de la OPS). Entre enero y abril del 2018 llegaron al país 20 millones de jeringas con 0,1 ml, con las cuales las autoridades nacionales iniciaron actividades de vacunación con un plan que les permitirá proteger a los 77,5 millones de habitantes para el 2019. El Fondo Rotatorio de la OPS garantiza a los países y territorios un suministro adecuado de vacunas seguras y de buena calidad, así como precios más bajos. Por medio del Fondo Rotatorio, los Estados Miembros mancomunan sus recursos nacionales para comprar vacunas de buena calidad que salvan vidas y productos conexos al precio más bajo. La Oficina también ayudó a las autoridades nacionales de Brasil a fortalecer la vigilancia de los eventos adversos posvacunales, y a elaborar un plan integral y actualizado de vacunación que incluye la producción de vacunas y la comunicación de riesgos.
En el período de seguimiento 2017-2018, hasta el 8 de mayo del 2018, Brasil había registrado 1.261 casos confirmados por laboratorio de fiebre amarilla, con 409 muertes, y 738 epizootias confirmadas en primates no humanos.[10] La mayoría de los casos y epizootias se notificaron en el sudeste del país, en zonas que antes no se consideraban en riesgo, lindantes con grandes centros urbanos.
La Oficina representó a la Región en el grupo consultivo científico y técnico sobre la distribución geográfica del riesgo de fiebre amarilla y en la revisión de herramientas y procesos para actualizar los requisitos relacionados con el certificado internacional de vacunación o profilaxis. Entre enero del 2017 y abril del 2018 se hicieron seis revisiones y actualizaciones del mapa de riesgo.
El financiamiento para la respuesta a la fiebre amarilla provino principalmente de recursos propios de la Oficina, incluoido el Fondo de Emergencia para Epidemias de la OPS, y contribuciones voluntarias nacionales de Brasil.
Difteria
Al 7 de abril del 2018, cuatro países de la Región (Brasil, Colombia, Haití y Venezuela) habían notificado casos presuntos y confirmados de difteria.
La difteria en Haití
Haití notificó 515 casos probables acumulados de difteria desde el inicio del brote en la semana epidemiológica 51 del 2014 hasta la semana epidemiológica 18 del 2018. En apoyo de la respuesta a la emergencia, la Oficina activó el Sistema de Gestión de Incidentes a nivel de país e inició las siguientes actividades clave con el apoyo del Fondo de Emergencia para Epidemias de la OPS, los CDC y el Banco Mundial:
· Establecimiento de un sistema de alerta interno de la OPS/OMS para fortalecer la vigilancia de la difteria y las actividades de respuesta.
· Revisión de las directrices nacionales para la difteria, capacitación sobre el control y la prevención de infecciones, aspectos epidemiológicos y manejo clínico de la enfermedad, y apoyo para la gestión de datos.
· Movilización de epidemiólogos asignados al Ministerio de Salud en ocho departamentos (Artibonita, Centro, Grand'Anse, Oeste, Sur, Nordeste, Noroeste, Sudeste) para fortalecer la vigilancia y la gestión de datos a nivel de departamento, y apoyo continuo del nivel central por si se producían brotes en los otros dos departamentos (Nippes y Norte).
· Compra de 2.000 viales de suero de antitoxina diftérica, suficientes para tratar los casos graves que podrían producirse en un año en vista de las condiciones epidemiológicas. Se compró también equipo de protección personal para el control y la prevención de infecciones y el manejo clínico apropiado.
· Evaluación de 55 establecimientos de atención de salud de los 10 departamentos para determinar su grado de preparación y su capacidad para tratar casos de difteria.
· Distribución de eritromicina (95.500 comprimidos y 1.780 viales de suspensión) para el tratamiento y 50 kits para el control y la prevención de infecciones por difteria a los establecimientos de atención de salud y las direcciones de salud de nueve departamentos.
· Apoyo al Ministerio de Salud en la planificación y ejecución de la primera ronda de una campaña de vacunación masiva en marzo del 2018, que llegó a 2.251.581 personas de los 2,3 millones previstos (cobertura promedio estimada de 98%) en nueve departamentos (en el momento de la campaña de vacunación, no se habían notificado casos de difteria en el departamento de Grand'Anse). La OPS movilizó las vacunas antidiftéricas utilizadas en la campaña por medio de su Fondo Rotatorio.
Enfermedades infecciosas en Venezuela y países vecinos
En Venezuela han aumentado los brotes de enfermedades infecciosas, en particular de sarampión, difteria y malaria. La situación está agravándose debido al desplazamiento de personas tanto dentro del país como a los países vecinos.
Manejo de brotes de enfermedades centrado en el país: Venezuela y países vecinos
Venezuela: La cooperación técnica de la Oficina está contribuyendo a la ejecución del plan de respuesta rápida del Ministerio de Salud para detener el brote de sarampión y controlar la difteria en el país. El plan abarca la vacunación, una labor extensa de localización de contactos y el trabajo de laboratorio conexo. La Oficina sigue colaborando estrechamente con otros organismos del sistema de las Naciones Unidas, como el UNICEF, la FAO, el PNUD y el UNFPA. Venezuela es signatario del Fondo Estratégico de la OPS y compra una gran cantidad de medicamentos e insumos por medio del Fondo, entre ellos agentes antirretrovirales, medios de diagnóstico y reactivos. También ha obtenido mosquiteros y medicamentos para la malaria, la leishmaniasis, la lepra y otras enfermedades transmisibles.
Sarampión
Después del primer caso de sarampión notificado en Venezuela en julio 2017, hasta mayo del 2018 se habían registrado 1.631 casos confirmados, con 2 muertes. Cerca de 67% de los casos confirmados se notificaron en el estado Bolívar, y también hubo casos en los estados de Apure, Anzoátegui, Delta Amacuro, Miranda, Monagas y Vargas, así como en el Distrito Capital. Los menores de 5 años han sido el grupo más afectado entre los casos confirmados, seguidos de los niños de 6 a 15 años. La propagación del virus a otras zonas se debe en parte a los grandes desplazamientos de la población relacionados con la minería y el comercio, entre otros factores.
La cooperación técnica de la Oficina incluyó el apoyo a un plan nacional de respuesta rápida para interrumpir la transmisión del virus mediante la movilización de equipos nacionales, regionales y municipales de respuesta rápida. El 6 de abril del 2018, las autoridades de salud venezolanas pusieron en marcha una campaña para vacunar contra el sarampión a 4 millones de niños de 6 meses a 15 años. La campaña se inició en los ocho estados con el mayor número de casos de sarampión y difteria (Anzoátegui, Apure, Bolívar, Delta Amacuro, Miranda, Monagas, Vargas y Zulia) y el Distrito Capital. Se planea extender la campaña al resto del país con el objetivo de administrar otros 11 millones de dosis de la vacuna.
Difteria
Desde el inicio del brote de difteria en Venezuela en julio del 2016 hasta mayo del 2018 (semana epidemiológica 16), se han notificado 1.716 casos presuntos: 324 en el 2016, 1.040 en el 2017 y 352 en el 2018, de los cuales 1.086 fueron confirmados por diagnóstico clínico o de laboratorio. Se confirmaron 160 muertes (17 en el 2016, 103 en el 2017 y 40 en el 2018). El estado Bolívar, que linda con Brasil y Guyana, ha sido el epicentro de este brote. En el 2017 se notificaron casos confirmados en 22 estados y el Distrito Capital. La mayoría de los casos están produciéndose en estados con tasas bajas de vacunación, y la población que trabaja en la minería ha contribuido a la propagación de la enfermedad debido a su movilidad. Sin embargo, el riesgo de transmisión de difteria a otros países de la Región es moderado.
Se está vacunando en estados con casos confirmados y se prevé que 2,3 millones de niños recibirán la vacuna antidiftérica. Además, se prevé que 90.000 embarazadas serán vacunadas contra el tétanos neonatal y que más de 1 millón de adultos serán vacunados contra el tétanos y la difteria.
La vigilancia epidemiológica está fortaleciéndose con la búsqueda activa de casos y la localización de contactos, paralelamente a iniciativas de educación sanitaria. Se está actualizando constantemente la capacitación del personal de salud local y se está fortaleciendo la capacidad de diagnóstico de los laboratorios.
Malaria
Los casos de malaria aumentaron 69% entre el 2016 y el 2017 en Venezuela. Los 406.000 casos notificados en el 2017 superaron el promedio anual registrado desde 1988. Más de 50% de esos casos se notificaron en el estado Bolívar, seguido de los estados de Amazonas y Sucre. Este aumento está relacionado con la migración frecuente de los mineros ilegales y las poblaciones indígenas en zonas con ecosistemas favorables para la malaria, la sobrecarga del sistema de salud, la escasez de medicamentos antimaláricos y el debilitamiento de los programas de control de vectores.
El Gobierno de Venezuela ha mejorado su apoyo a la detección y el tratamiento de casos de malaria, centrándose en los cinco estados más afectados. La Oficina ha estado apoyando la compra de medicamentos antimaláricos y pruebas rápidas, proporcionando capacitación a trabajadores de salud y suministrando material de comunicación para promover el cumplimiento del tratamiento prescrito. En el 2017, la Oficina donó 130.000 tratamientos para malaria por Plasmodium vivax, 800 tratamientos completos para malaria por P. falciparum, 300 tratamientos para casos graves de malaria y 300.000 pruebas de diagnóstico rápido. A abril del 2018, la Oficina había entregado 52 kits para tratar casos graves de malaria y 25 para casos no graves, suficientes para casi 10.000 tratamientos, además de 20.000 pruebas de diagnóstico rápido. Más de 450 trabajadores de salud han recibido capacitación sobre manejo de casos en los estados de Bolívar, Sucre, Anzoátegui y Aragua.
Acceso a vacunas, medicamentos y suministros
La Oficina está colaborando con los programas nacionales y locales de vacunación de Venezuela y está facilitando la compra de vacunas por medio del Fondo Rotatorio de la OPS. En el 2017, Venezuela adquirió los siguientes suministros y vacunas por medio del Fondo Rotatorio: 1,15 millones de dosis de vacuna pentavalente, 8 millones de dosis de vacuna contra la difteria y el tétanos (DT) para la campaña de inmunización y 1.000 viales de antitoxina diftérica. La Oficina también ayudó a comprar material de laboratorio para el diagnóstico de la difteria y el sarampión.
Además del plan de respuesta rápida, Venezuela está ejecutando un plan nacional para aumentar la cobertura de vacunación en comunidades indígenas, zonas fronterizas, municipios con cobertura baja y zonas de difícil acceso. Sin embargo, las limitaciones económicas y, en algunos casos, la falta de medicamentos a nivel nacional están teniendo efectos negativos en el suministro continuo y oportuno de productos necesarios para atender las necesidades de salud pública del país.
La Oficina, en coordinación con el Ministerio de Salud de Venezuela, ha ampliado su apoyo a las compras de medicamentos de alta prioridad, como inmunodepresores y medicamentos para la atención de la salud maternoinfantil y para enfermedades crónicas muy prevalentes. La Oficina también está apoyando al país con la compra de antirretrovirales y medicamentos para la tuberculosis. Junto con otros organismos de las Naciones Unidas y grupos de la sociedad civil, la Oficina ha estado explorando otros mecanismos de apoyo para velar por la continuidad del acceso a los antirretrovirales y otros medicamentos esenciales en Venezuela. Se está gestionando la compra de más de 20 medicamentos oncológicos con el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS).
Países vecinos: La Oficina está colaborando con Brasil, Colombia y Guyana para fortalecer la respuesta de sus sistemas de salud en las zonas fronterizas y la vigilancia epidemiológica a nivel local y nacional, a fin de detectar y responder eficazmente a las necesidades de los migrantes venezolanos y de la población receptora. La Oficina ha establecido oficinas de campo o desplegado más personal en las zonas fronterizas.
Brasil: Hay un brote de sarampión en curso, con 995 casos notificados (611 en el estado de Amazonas y 384 en el estado de Roraima). De estos casos, 114 han sido confirmados en laboratorio (30 en Amazonas y 84 en Roraima) y se han registrado 2 muertes. La Representación de la OPS/OMS en Brasil está colaborando con las autoridades nacionales y locales para contener el brote en estos estados, vacunando a los residentes y a los migrantes venezolanos de 6 meses a 49 años contra el sarampión. A petición del Ministerio de Salud de Brasil, la Oficina está ayudando a establecer un puesto de vacunación en Pacaraima, en el estado de Roraima, en la frontera con Venezuela. La Oficina también está ayudando al gobierno federal de Brasil a obtener jeringas, adquirir suministros para mantener la cadena de frío de las vacunas, contratar profesionales para administrar las vacunas y otras intervenciones de salud y facilitar especialistas para ayudar a las autoridades nacionales y locales a capacitar a los trabajadores de atención de salud en el manejo de casos y la vigilancia epidemiológica intensificada.
Colombia: Entre las semanas epidemiológicas 11 y 21 del 2018, se notificaron 26 casos confirmados de sarampión en personas de 10 meses a 26 años. De estos casos, 17 se importaron de Venezuela, 7 fueron de transmisión secundaria (en personas procedentes de Venezuela que habían estado en Colombia más de cuatro meses) y 2 estaban vinculados a la importación. No se han notificado muertes. Los casos se notificaron en los departamentos de Antioquia, Bolívar, Cauca, Cesar, Norte de Santander, Risaralda y Sucre y los distritos de Cartagena y Santa Marta. Las autoridades de salud colombianas están ocupándose de la detección y el seguimiento de contactos, la búsqueda activa de casos en instituciones y comunidades, y la vacunación de personas susceptibles, en tanto que la Oficina está apoyando a las autoridades nacionales y locales por medio de las oficinas de campo con personal, incluidos epidemiólogos, y vehículos en zonas fronterizas de los departamentos de Arauca, La Guajira, Vichada y Norte de Santander.
Guyana: La representación de la OPS/OMS está colaborando estrechamente con el Ministerio de Salud Pública para vigilar la situación de los migrantes y fortalecer la detección, verificación y evaluación de riesgos de casos relacionados con enfermedades epidemiógenas. Asimismo, se está trabajando para evaluar la cobertura de vacunación, la capacidad en materia de laboratorios y las posibles necesidades de salud en las zonas donde hay migrantes.
Respuesta a los huracanes Irma y María
Los huracanes Irma y María, que se produjeron en rápida sucesión, batieron récords con la destrucción que ocasionaron, afectando a varias islas del Caribe en septiembre del 2017. Las islas más afectadas fueron Antigua y Barbuda, Cuba, Dominica, las Islas Turcas y Caicos, las Islas Vírgenes Británicas, las Islas Vírgenes de Estados Unidos, Puerto Rico, la colectividad francesa de San Martín y el estado autónomo de San Martín. Hubo 39 muertes relacionadas directamente con los dos huracanes, 31 de ellas en Dominica, donde también hubo 34 desaparecidos. Algunas islas perdieron más de 80% de las viviendas y enfrentaron grandes dificultades para restablecer el suministro de electricidad y el acceso a agua limpia. Se estima que más de dos millones de personas vivían en zonas que estuvieron expuestas a intensas lluvias y vientos de más de 120 kilómetros por hora.
La Oficina movilizó más de US$ 5 millones por medio de un llamamiento humanitario para apoyar a las autoridades locales y nacionales en la respuesta y la tarea de recuperación. En la mayoría de las islas afectadas, la OPS/OMS fue la primera organización internacional en el terreno, prestando apoyo inmediato para promover y proteger la salud de todos los damnificados. La Oficina se centró en cuatro líneas de acción principales: 1) la restauración de la capacidad para proporcionar servicios de salud y el acceso a los servicios de salud, incluida la atención de salud mental; 2) el aumento de la vigilancia epidemiológica para posibilitar la detección temprana y el tratamiento oportuno de brotes de enfermedades; 3) el acceso a agua potable, medidas de saneamiento de urgencia y control de vectores, y 4) la coordinación y la gestión eficiente de la información para atender eficazmente las necesidades humanitarias más urgentes.
La Oficina activó el Sistema de Gestión de Incidentes en Barbados para la respuesta de varios países a ambos desastres y envió 50 misiones de expertos a 11 países y territorios: Anguila, Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Cuba, Dominica, Haití, Islas Turcas y Caicos, Islas Vírgenes Británicas, la colectividad francesa de San Martín y el estado autónomo de San Martín. El apoyo de la Oficina consistió en evaluaciones conjuntas de los daños y las necesidades en Anguila, las Islas Turcas y Caicos, las Islas Vírgenes Británicas y el estado autónomo de San Martín y el suministro de medicamentos, vacunas, otros suministros médicos, equipo e insecticidas, que se enviaron desde un depósito estratégico de la OPS situado en Panamá o se obtuvieron de proveedores locales y regionales. Los productos se transportaron con el apoyo del Cuerpo Médico Internacional, Direct Relief, la Real Armada de los Países Bajos, Americares y otros asociados.
Para responder a solicitudes urgentes de Dominica y las Islas Vírgenes Británicas, la OPS coordinó donaciones de emergencia de vacunas e insumos médicos desde Barbados, Haití, Jamaica y Trinidad y Tabago, además de compras de vacunas por medio del Fondo Rotatorio de la OPS para la Compra de Vacunas. El trabajo de la Oficina y su impacto en el terreno se reforzaron con la intensificación y la racionalización de las actividades de diversas redes y asociaciones. Un ejemplo fue la coordinación con el Real Ejército de los Países Bajos para reparar la planta de agua del hospital de Dominica. También se activó la Célula de Información y Coordinación Médica (CICOM) para coordinar y dar seguimiento a los equipos médicos de emergencia. Se coordinaron 12 equipos médicos de emergencia y se informó sobre sus actividades a la CICOM durante su despliegue en Dominica.
Los huracanes Irma y María demostraron convincentemente la importancia de los preparativos para casos de desastre. Los esfuerzos del sector de la salud facilitaron una mejor respuesta, que se reflejó en el número relativamente bajo de muertes y de establecimientos de salud afectados a pesar de la capacidad destructora de ambos fenómenos. El apoyo continuo de la comunidad internacional será vital para la recuperación de las islas. En la respuesta a ambos desastres, proporcionaron apoyo financiero Asuntos Mundiales Canadá, la Oficina de Ayuda de Externa para Desastres (OFDA) de la USAID, la Dirección General de Protección Civil y Operaciones de Ayuda Humanitaria Europeas (ECHO) de la Comisión Europea, el Fondo central para la acción en casos de emergencia (CERF) de las Naciones Unidas y el Departamento para el Desarrollo Internacional del Reino Unido.
Respuesta a la erupción del volcán de Fuego en Guatemala
El domingo 3 de junio del 2018 hizo erupción el volcán de Fuego en Guatemala, situado a unos 16 kilómetros al oeste de Antigua, produciendo columnas de ceniza de hasta 10.000 metros sobre el nivel del mar, flujos piroclásticos constantes, lava, fango, emisiones balísticas (rocas pequeñas) y nubes ardientes con temperaturas de hasta 700 oC. Se depositaron partículas de ceniza y lahares en las comunidades cercanas a la cúpula del volcán en los departamentos de Escuintla, Chimaltenango y Sacatepéquez. En las primeras horas después de la erupción, la ceniza llegó hasta Ciudad de Guatemala, afectando las operaciones aéreas y llevando al cierre del Aeropuerto Internacional La Aurora durante casi 24 horas. Las erupciones continuaron de manera intermitente, generando lahares, flujos piroclásticos y columnas de ceniza durante varios días. Unas 1.702.130 personas fueron afectadas, con 110 muertos, 58 heridos y 197 desaparecidos. Además, se evacuó a más de 12.800 personas, entre ellas 4.175 que fueron trasladadas a albergues.
El apoyo de la OPS se centró en el fortalecimiento de la capacidad de respuesta del sector de la salud bajo la conducción del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social. La OPS desplegó de inmediato expertos en respuesta para ayudar a las autoridades de salud nacionales y locales a evaluar los daños, coordinar la gestión de información y las operaciones de respuesta sanitaria en el terreno, y facilitar la prestación de servicios de salud en los albergues, incluida la asistencia de salud mental. La OPS distribuyó equipo de protección personal, estuches para higiene personal, kits para el control de la calidad del agua y material estéril para pacientes con quemaduras en los hospitales y albergues del departamento de Escuintla. La Oficina también proporcionó a las autoridades departamentales de salud orientación técnica sobre el manejo de cadáveres y compró suministros y equipo para el establecimiento de centros de operaciones de emergencia en el terreno y salas de situación en el departamento de Escuintla. También se elaboraron mensajes de salud pública y material didáctico sobre prácticas adecuadas y apoyo psicosocial para difundir en las comunidades afectadas por medio de campañas de promoción de la salud y prevención.
La OPS movilizó más de US$ 310.000 del Fondo Central de las Naciones Unidas para la Acción en Casos de Emergencia a fin de apoyar la respuesta a la emergencia sanitaria y prevenir el deterioro del estado de salud de las comunidades afectadas por la erupción del volcán de Fuego, centrándose en cuatro líneas de acción principales: 1) el fortalecimiento de la salud pública y de la vigilancia epidemiológica y la prevención de enfermedades en los albergues y las comunidades afectadas; 2) la mejora del acceso a los servicios de salud mental y el apoyo psicosocial a las víctimas del desastre; 3) el aumento del acceso al agua potable y la intensificación del control de vectores para prevenir brotes de enfermedades transmitidas por el agua y por vectores, y 4) la concientizando acerca de los riesgos para la salud y la promoción de ambientes sanos y prácticas adecuadas mediante campañas de comunicación de riesgos e información sobre la salud.
Preparativos para situaciones de emergencia y reducción de riesgos de desastres en el sector de la salud
Durante el período analizado, la cooperación técnica de la Oficina contribuyó al fortalecimiento de la capacidad de respuesta sanitaria de los Estados Miembros en situaciones de emergencia. Doce países (Anguila, Antigua y Barbuda, El Salvador, Granada, Guyana, Honduras, Islas Caimán, Montserrat, Panamá, Saint Kitts y Nevis, San Martín y Trinidad y Tabago) actualizaron sus planes para desastres en el sector de la salud y El Salvador terminó de preparar su plan nacional de gestión de riesgos para la salud.
Anguila, Bermuda, Dominica, Montserrat y San Vicente y las Granadinas capacitaron al personal encargado de responder en la atención y el tratamiento de urgencias; Anguila, Dominica, las Islas Caimán, Jamaica, Guyana, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Suriname y Trinidad y Tabago capacitaron al personal encargado de responder en la atención de víctimas en gran escala; Bahamas, Dominica, Guyana, Jamaica, Montserrat y Trinidad y Tabago recibieron capacitación en el Sistema de Mando en Incidentes; y Ecuador y El Salvador realizaron talleres para fortalecer sus equipos nacionales de respuesta a los desastres.
Basándose en la experiencia con el huracán María, Dominica mejoró sus sistemas de alerta temprana y respuesta rápida para epidemias; Antigua y Barbuda mejoró su infraestructura de centros de operaciones de emergencia, y Dominica, Jamaica y Venezuela fortalecieron la capacidad técnica de sus centros de operaciones de emergencia.
Reglamento Sanitario Internacional
Para fomentar en los países el sentido de pertenencia del Reglamento Sanitario Internacional (2005) (RSI), la Oficina promovió activamente la participación de los Estados Partes en los procesos de los Cuerpos Directivos de la OPS y los Órganos Deliberantes de la OMS relacionados con el Marco de seguimiento y evaluación del RSI y la formulación de un proyecto de plan estratégico mundial quinquenal para mejorar los preparativos y la respuesta de salud pública. Los Estados Partes de la Región efectuaron importantes aportes durante las consultas presenciales y virtuales, entre ellas una consulta regional realizada en Brasil en julio del 2017. En todos los procesos consultivos formales del 2015 al 2018, los Estados Miembros de la OPS pusieron de relieve en medida creciente la necesidad de encuadrar la aplicación del RSI en el contexto del fortalecimiento de sistemas de salud.
Treinta y uno de los 35 Estados Partes de la Región informaron sobre su situación con respecto al RSI en la 71.a Asamblea Mundial de la Salud en el 2018. Los informes sobre el RSI presentados anualmente por los países a la Asamblea Mundial de la Salud entre el 2011 y el 2018 mostraron mejoras constantes o una estabilización de los puntajes para todas las capacidades básicas. Sin embargo, el estado de las capacidades básicas varía entre subregiones; los puntajes más bajos corresponden al Caribe, en particular en relación con las capacidades para responder a peligros químicos y relacionados con la radiación. En consecuencia, la Oficina aunó fuerzas con el OIEA y el centro colaborador de la OMS para el manejo de la exposición a sustancias químicas en el ámbito de la salud pública (que funciona en Salud Pública Inglaterra) para apoyar dos de sus iniciativas principales: “Establecimiento y fortalecimiento de infraestructura reglamentaria nacional sostenible” y “Fortalecimiento del control de las fuentes radiactivas durante toda su vida útil”. De los 14 Estados Partes del Caribe, 12 son miembros del OIEA (Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas y Trinidad y Tabago). La colaboración entre el OIEA y la OPS se reconoce como un modelo mundial.
La Oficina Sanitaria Panamericana y la Oficina Regional de la OMS para el Pacífico Occidental aunaron fuerzas para adaptar la herramienta de evaluación externa conjunta del RSI al contexto de los pequeños Estados insulares en desarrollo. Este trabajo está estrechamente relacionado con la colaboración entre la Oficina y las autoridades de Francia, los Países Bajos y el Reino Unido para apoyar las actividades de formación de capacidad en sus territorios de ultramar en las Américas. Para mediados del 2018 se habían presentado propuestas a la Sede de la OMS, a fin de formalizarlas a nivel mundial, para la realización de exámenes posteriores a la acción y ejercicios de simulación en pequeños Estados insulares en desarrollo.
Isla de Pascua: simulación de emergencia de salud pública de importancia internacional
La Isla de Pascua (Rapa Nui en la lengua autóctona), que tiene alrededor de 6.000 habitantes, en su mayoría indígenas, es un territorio insular volcánico remoto de Chile, ubicado a unos 4.000 kilómetros de la costa sudamericana, en el medio del Océano Pacífico. Es un importante lugar turístico debido a sus sitios arqueológicos y los famosos moáis, pero debido a su situación geográfica y a las enfermedades endémicas transmitidas por vectores los residentes y visitantes por igual son vulnerables a emergencias de salud pública.
En colaboración con el Ministerio de Salud de Chile y la población de Rapa Nui, en diciembre del 2017 la Oficina encabezó una simulación de una emergencia de salud pública de importancia internacional (ESPII) en el marco del RSI (2005). La simulación se hizo en el Aeropuerto Internacional Mataveri, en Hanga Roa, con la participación de todos los sectores que intervienen en la respuesta a emergencias, a fin de probar los protocolos actuales para el manejo de una probable ESPII en la isla. Los resultados de la simulación dieron lugar a un proyecto con la participación del Ministerio de Salud, la OPS/OMS y el BID para fortalecer la preparación y los sistemas de respuesta en Rapa Nui, incluido el control y la eliminación del mosquito vector Aedes aegypti, el tratamiento del dengue y el fortalecimiento de la capacidad de los equipos locales.
En junio del 2018 se hizo una evaluación externa conjunta del RSI en Canadá y otros cinco países han incluido evaluaciones de ese tipo en sus planes de trabajo con la OPS para el 2018-2019: Antigua y Barbuda, Dominica, Granada, Saint Kitts y Nevis, y San Vicente y las Granadinas. Además, Argentina, Colombia y México han expresado la intención de organizar evaluaciones externas conjuntas durante el bienio 2018-2019 y Haití ha solicitado un seguimiento de la evaluación que hizo en el 2016.[11]
La presidencia de Argentina del G20 durante el 2018 ofrece a la Oficina una oportunidad valiosa para abogar por inversiones sostenibles a fin de prevenir y mitigar el impacto de las emergencias de salud, incluida la organización de simulacros de alto nivel.
El trabajo de la Oficina en el ámbito del RSI durante el período se realizó con el apoyo de los CDC, el Organismo de Salud Pública de Canadá y contribuciones voluntarias nacionales de Brasil.
Equipos médicos de emergencia
En septiembre del 2017, Ecuador se convirtió en el segundo país de la Región, después de Costa Rica, en recibir la certificación de la OMS para sus propios equipos médicos de emergencia, que cumplen las normas internacionales de calidad para la atención clínica. El país recibió la certificación para dos equipos médicos de emergencia de tipo 2 y una célula quirúrgica especializada. Igual que los equipos médicos de emergencia de tipo 1, los de tipo 2 pueden atender por lo menos a 100 pacientes ambulatorios por día y estabilizar a pacientes que necesiten ser trasladados a servicios de un nivel más alto. Sin embargo, los equipos médicos de emergencia de tipo 2 y las células quirúrgicas especializadas tienen capacidad de internación por lo menos con 20 camas y pueden prestar atención de urgencia las 24 horas, realizar operaciones quirúrgicas generales y de urgencia (incluidas las intervenciones obstétricas) y tratar fracturas y traumatismos.
Con el apoyo de la Oficina, otros cuatro países (Chile, Colombia, Costa Rica y Perú) iniciaron procedimientos nacionales para solicitar y desplegar equipos médicos de emergencia y comenzaron a establecer células de información y coordinación médica, que están diseñadas para facilitar el manejo de la información y la coordinación de equipos médicos de emergencia durante emergencias y desastres.
A mediados del 2018, en la lista regional de coordinadores de equipos médicos de emergencia había 78 expertos de 23 países que han recibido capacitación con el apoyo de la Oficina y que se consideran competentes para actuar en situaciones de emergencia y ayudar a las autoridades nacionales a coordinar las solicitudes y la recepción de asistencia médica externa.
El apoyo financiero para el trabajo en la iniciativa de equipos médicos de emergencia durante el período provino principalmente de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), el Departamento de Salud y Servicios Sociales de Estados Unidos, el Programa de Emergencias Sanitarias de la OMS y recursos flexibles de la OPS.
Fortalecimiento de la capacidad en materia de laboratorios para responder a agentes patógenos virales emergentes y reemergentes
La Oficina, con el apoyo de los CDC y el BID, trabajó para fortalecer las redes de laboratorios de la Región y mejorar la respuesta a la amenaza regional creciente planteada por agentes patógenos virales y bacterianos emergentes y reemergentes. Esta labor produjo los siguientes resultados durante el período abarcado por el informe:
Para abordar las brechas encontradas en las evaluaciones de laboratorio, la Oficina capacitó a profesionales de laboratorio de 17 países.[14] En los países de habla inglesa del Caribe, la capacitación tenía como fin mejorar la capacidad de detección, con capacitación práctica centrada en la detección molecular del virus de la fiebre amarilla y el virus Mayaro, y la distribución de reactivos y materiales de laboratorio indispensables. Además, los CDC capacitaron a personal de cuatro países (Brasil, Colombia, Paraguay y Perú) en el uso de nuevos kits serológicos para el diagnóstico de fiebre amarilla. Con el apoyo de las personas que recibieron capacitación, la Oficina espera repetir el taller en otros países durante la segunda mitad del 2018.
El diagnóstico de las enfermedades virales emergentes con muestras tisulares ha sido crucial para caracterizar los casos mortales en el contexto del brote reciente de fiebre amarilla en Brasil. Sin embargo, muchos laboratorios no cuentan con los protocolos y la capacidad conexa. Con la cooperación técnica de la Oficina, 14 miembros del personal de diferentes laboratorios de Brasil se capacitaron en el diagnóstico histopatológico y protocolos de inmunohistoquímica para diagnosticar y diferenciar enfermedades arbovirales emergentes. Los cursos se hicieron en el Laboratorio de Patología del Instituto Nacional de Salud de Colombia.
La mejora de la calidad es un aspecto crucial de los servicios de laboratorio eficaces. Los resultados de una evaluación externa de la calidad realizada durante el primer semestre del 2018 con 26 laboratorios de 16 países[15] de la Región fueron positivos para el desempeño de los laboratorios, incluso en la detección molecular de la fiebre amarilla. Para mejorar aún más la formación de capacidad y seguir mejorando la calidad, la Oficina convocó una reunión de expertos en Washington, D.C., en junio del 2018, para examinar, actualizar y validar los algoritmos de diagnóstico actuales, los protocolos y las directrices regionales para la fiebre amarilla.
Iniciativa “Hospitales inteligentes”
La fase II del proyecto “Hospitales inteligentes”, financiado por el Departamento para el Desarrollo Internacional del Reino Unido, entró en su tercer año de ejecución en los siete países destinatarios: Belice, Dominica, Granada, Guyana, Jamaica, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas. Se modernizaron tres establecimientos de salud modelo para aumentar su resiliencia a los desastres y reducir su impacto en el medioambiente: Hospital Princess Alice en Granada, Centro de Salud La Plaine en Dominica y Hospital Chateaubelair en San Vicente y las Granadinas. Además, se evaluaron 362 establecimientos de salud en 12 países y territorios[16] usando la herramienta para hospitales inteligentes. Los evaluadores recibieron capacitación en el uso de la herramienta.
La Oficina siguió apoyando a los Estados Miembros para la eliminación de la transmisión maternoinfantil (ETMI) del VIH y la sífilis en el marco del Plan de acción para la prevención y el control de la infección por el VIH y las infecciones de transmisión sexual 2016-2021 (documento CD55/14). Entre mediados del 2017 y el 2018, se proporcionó cooperación técnica en el país a El Salvador, Haití, Honduras y Nicaragua por medio de misiones conjuntas integradas. Asimismo, se inició la cooperación técnica con Colombia y Uruguay para el lanzamiento del marco ETMI Plus y con los países que han solicitado a la OMS la validación del logro de la meta de la doble eliminación.
En la segunda mitad del 2017, Antigua y Barbuda, Bermuda y Saint Kitts y Nevis obtuvieron el reconocimiento de la OMS de la eliminación de la transmisión maternoinfantil del VIH y la sífilis. Esos tres países, junto con Anguila, las Islas Caimán y Montserrat, recibieron sus certificados en diciembre del 2017. Además, Cuba fue recertificada por la OMS por dos años más por haber mantenido hasta la fecha las metas de validación alcanzadas en el 2015, logro mundial sin igual. Los asociados en el proceso de validación de la ETMI son el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA), el UNICEF y los CDC. Un comité regional de validación integrado por expertos proporciona orientación en la Región. La mayor parte de los recursos financieros para esta tarea provino del presupuesto ordinario de la OPS.
En una decisión conexa, la Oficina de Países del Caribe Oriental priorizó las mejoras en la calidad de los servicios y la recopilación de datos para posibilitar la adopción de decisiones oportunas y fundamentadas y fortalecer los servicios maternos y perinatales de esos países en el primer nivel de atención, que también apoyará el fortalecimiento y la sostenibilidad de la estrategia de ETMI. El Sistema de Información Perinatal (SIP), creado por el Centro Latinoamericano de Perinatología, Salud de la Mujer y Salud Reproductiva (CLAP/SMR) de la OPS, es una herramienta decisiva para obtener datos perinatales oportunos y confiables. El SIP está comenzando a utilizarse plenamente en Anguila, Antigua y Barbuda, Santa Lucía, Saint Kitts y Nevis y Trinidad y Tabago, y se planea ponerlo en marcha dentro de poco en Granada, las Islas Vírgenes Británicas, Montserrat y San Vicente y las Granadinas.
Para fomentar la prevención de la infección por el VIH y poner fin a la epidemia de la infección por el VIH en la Región, la Oficina elaboró un informe titulado Prevención de la infección por el VIH bajo la lupa: Un análisis desde la perspectiva del sector de la salud en América Latina y el Caribe 2017, preparado en estrecha colaboración con el ONUSIDA y con importantes contribuciones de la sociedad civil de más de una docena países. Este primer informe regional sobre la prevención de la infección por el VIH se centró en los grupos poblacionales que son sumamente vulnerables y tienen una carga mayor de infección por el VIH. En el informe se examinan el progreso, las brechas y los retos para mejorar la prevención de la infección por el VIH, y se describe la necesidad de ampliar el acceso a servicios de salud para estos grupos de población.
La Oficina también movilizó misiones técnicas interprogramáticas para examinar la respuesta del sistema nacional de salud al VIH y las ITS en cuatro países (El Salvador, Honduras, Nicaragua y Suriname) y promover el diálogo entre todos los participantes en la respuesta a nivel nacional. De las interacciones surgieron recomendaciones y planes operativos para ampliar, innovar y aumentar la eficacia, la eficiencia y la sostenibilidad de la respuesta nacional.
La Región de las Américas, líder en la eliminación de enfermedades
El tétanos materno y neonatal
La eliminación regional del tétanos materno y neonatal, que solía causar la muerte de más de 10.000 recién nacidos cada año, se logró en el 2017 después que Haití declaró su eliminación.
Los asociados clave que participaron en esta tarea fueron los ministerios de salud de los Estados Miembros de la OPS/OMS, los CDC y el Gobierno de Brasil. Para la eliminación del tétanos materno y neonatal en Haití, el UNICEF colaboró con el Gobierno de Canadá, el UNFPA, la OMS, los Comités Nacionales del UNICEF y el sector privado.
Malaria
En junio del 2018, la OMS certificó la eliminación de la malaria en Paraguay, el primer país de la Región en recibir esta certificación después de Cuba en 1973. De 1950 al 2011, Paraguay elaboró sistemáticamente políticas y programas para controlar y eliminar la malaria, un importante reto de salud pública para un país que había notificado más de 80.000 casos en los años cuarenta. Como resultado de esta labor, en Paraguay se registró el último caso de malaria por P. falciparum en 1995 y por P. vivax en el 2011. Ese año se puso en marcha un plan quinquenal para consolidar los avances, prevenir el restablecimiento de la transmisión y prepararse para la certificación de la eliminación. Las actividades se centraron en el manejo robusto de casos, el trabajo con las comunidades y la educación para que las personas estuvieran mejor informadas sobre las formas de prevenir la transmisión de la malaria, así como sobre las opciones para el diagnóstico y el tratamiento.
El panel independiente de certificación de la eliminación de la malaria, al recomendar que el Director General de la OMS certificara que el país estaba libre de malaria, destacó factores como la calidad y la cobertura de los servicios de salud (incluida la concientización del personal de salud que proporciona atención directa para la malaria), la disponibilidad universal de tratamiento médico gratuito y un sólido sistema de vigilancia de la malaria.
La cooperación técnica de la Oficina, incluida la compra de tratamientos y la colaboración con otros asociados, como el Fondo Mundial, ha acompañado los logros de Haití y Paraguay, y estos dos países clave de la OPS merecen una felicitación especial por haber alcanzado estos hitos.
[1] Los integrantes de la iniciativa EWEC-LAC son el BID, la OPS/OMS, el UNICEF, el UNFPA, la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU-Mujeres), ONUSIDA, USAID y el Banco Mundial.
[2] Los 17 países fueron Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Bolivia, Chile, Costa Rica, Cuba, Dominica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Jamaica, Perú, República Dominicana y Suriname.
[3] Los 12 países fueron Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Guyana, Islas Turcas y Caicos, México, Perú, Suriname, Trinidad y Tabago y Venezuela.
[4] Los 23 países fueron Bahamas, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos de América, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Suriname y Uruguay.
[5] Los 16 Estados Miembros fueron Argentina, Barbados, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guyana, Nicaragua, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.
[6] Los 17 países fueron Argentina, Barbados, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guyana, Honduras, Nicaragua, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.
[7] Entre ellos se encontraban Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Bermuda, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guyana, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, la República Dominicana, Suriname, Trinidad y Tabago, Uruguay y Venezuela.
[8] Los 14 equipos de país estaban en Belice, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú y la República Dominicana.
[9] ISBN = número internacional estándar de identificación de libros.
[10] http://portalarquivos2.saude.gov.br/images/pdf/2018/maio/09/Informe-FA.pdf .
[11] https://www.paho.org/hq/dmdocuments/2016/CD55-12-s.pdf.
[12] Argentina, Belice, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Islas Caimán, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Santa Lucía, Suriname, Trinidad y Tabago, Uruguay y Venezuela.
[13] Costa Rica, Cuba, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Perú y República Dominicana.
[14] Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Guatemala, Guyana, Haití, Islas Caimán, Jamaica, Nicaragua, Perú, Suriname y Venezuela.
[15] Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Islas Caimán, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Guatemala, Guyana, Haití, Jamaica, Nicaragua, Perú y Suriname.
[16] Antigua, Bahamas, Belice, Islas Vírgenes Británicas, Dominica, Granada, Guyana, Jamaica, Saint Kitts, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas y Suriname.